Grandísimo punto de partida, excelente planteamiento que augura cuanto menos un rato entretenido. Lo malo es que se queda en eso, nunca logra arrancar esa prometedora premisa, en ésta ocasión rebajada al tópico y a la solución fácil y precipitada.

Por que vamos, nadie se comportaría como Colin Farell en la misma situación. La forma que tiene el guión de desarrollar la historia es inverosímil y rebuscada, rayando a veces en la tontería; me remito a la actuación de la policía a la que el film deja en muy mal lugar, ¿tan tontos pueden llegar a ser? Y Forest Whitaker ahí currando y haciendo el ganso que su momento de gloría todavía estaba por llegar. A eso le añadimos el videoclipero montaje, y algunos discursitos y frases que no vienen a cuento y que van desde lo absurdo hasta lo estúpido.

El final se ve venir y sabiendo quien esta detrás de las cámaras tampoco es que haya espacio para la decepción.