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Voto de Sal Paradise:
8
Comedia La noche del 2 de marzo de 1953 murió un hombre. Ese hombre es Josef Stalin, dictador, tirano, carnicero y Secretario General de la URSS. Y si juegas tus cartas bien, el puesto ahora puede ser tuyo. Una sátira sobre los días previos al funeral del padre de la nación. Dos jornadas de duras peleas por el poder absoluto a través de manipulaciones, lujurias y traiciones.
24 de junio de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al igual que la “Amadeus” o “300” están basadas respectivamente en una obra de teatro y un cómic, no son históricas al pie de la letra, y aunque haya ficción por medio, los hechos y los conflictos que reflejan, ocurrieron de ese modo o parecido.

Tal vez el titulo debiera de ser “La sucesión de ... ” siendo los personajes más importantes Beria y Krushev; aunque contaban con posibilidades Molotov y Malenkov. Entre estos 4 “semifinalistas” a suceder al difunto, el máximo favorito era Laurenti Beria, el jefe da la temida policía NKVD, que al parecer ya se había ido posicionando para ello.

Beria era un fuera de serie, ya desde muy joven, en su epoca de estudiante y soldado a finales de la I Guerra Mundial. Conocía “El príncipe” de Machiavelo de memoria, Fue él, no se sabe por que métodos, quien consiguió que la Unión Soviética en unos pocos años tuviese la bomba atómica y que la carrera espacial naciese con ventaja para la URSS frente a EEUU. Pero sus capacidades y actividad incesante, estan manchandas por su uso indiscriminado de todo tipo de violencia y venganzas.

Era necesario evitar un nuevo Stalin para los nuevos tiempos, y se temía que Beria se comportase parecido, y mantuviese la represión, la eliminación de disidentes, y otras características negativas del periodo Stalin: las purgas políticas, las purgas por sabotajes (las ferroviarias fueron un autentico desmadre) las deportaciones en masa, el GULAG, las guerras civiles contra los blancos y contra los kulaks.
Eso, unido al miedo a que apareciese otro Rasputin o similar.

Las rivalidades dentro del politburó y Soviet Supremo eran terribles, las perspectivas eran de lucha en las que saldrían vencedores y vencidos.
Todos eran conscientes que el culto a la personalidad de Stalin fue excesivo y enfermizo.
Desaparecido, a todos gustaría que quedasen atrás los aspectos crueles y violentos que ocurrieron en la Union Sovietica y que tan caro pagaron. El asunto clave es que el poder estaba en el Partido, es decir en nadie, ya que el partido era un ente, cuya principal característica es que no se podía discutir, ya que siempre tenia razón. Algo que ya ocurría en el zarismo, sus sucesores lo heredaron.

Para contar lo sucedido, se escoge la factura de “gran guiñol”. El guión opta por el tipo esperpento, casi la astracanada, sin preocuparse mucho por detalles concretos. No es una pintura de brocha gorda, sino de paisaje cubista.
Ridiculiza para explicar a que limites de tipo kafkiano había llegado la situación del ejercicio del poder, y por lo tanto había que resolverlo. Todos lo tienen claro, por eso nadie quiere ser responsable de nada, para no quedar fuera de la carrera, o peor aun, ser acusado, con o sin razón

Las partes más satíricas son las referentes al culto a la personalidad y la obediencia al partido (algo que pudiendo tener su parte positiva, para evitar rivalidades, por irse al otro extremo, paralizaba a todos, incluidos los mejores y los peores.)
Introduce un personaje de gran importancia, el Mariscal Zhukov. En cierto modo deformado, o un poco forzado, pero no falsificado. Este hombre era muy respetado, no solo por sus importantes victorias militares, sino porque tenia “autorictas” y no debía nada a nadie. Se posicionó al lado de Krushev.

Ninguna de las tres veces que he visto me he reido. Como mucho me ha podido sorprender el desparpajo de cómo estan rodadas algunas secuencias.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sal Paradise
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