Haz click aquí para copiar la URL
Voto de FERNANDO BERMEJO:
5
Drama Basada en hechos reales. Li Cunxin fue rescatado a los once años de una aldea china por delegados culturales de Mao y enviado a estudiar ballet a Pekín. Después de años de durísimo aprendizaje, se convirtió en uno de los mejores bailarines del mundo. Aclamado al principio como un héroe de la China comunista, acabó siendo acusado de traición porque, durante un intercambio cultural con Texas, se enamoró de una norteamericana e intentó ... [+]
26 de octubre de 2010
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Narradora de las chanzas y sinsabores del bailarín chino Li Cunxin, esta producción australiana se muestra mucho más preocupada en exponer su nada velada vertiente política (eminentemente crítica con el régimen maoísta), que en desarrollar su también evidente faceta de drama biográfico.

Anteriormente, películas como ¡Vivir! (1994), de Zhang Yimou, Balzac y la joven costurera china (2002), de Dai Sijie, o Memorias de China (2004), de Jiang Xiao, ya se atrevieron, desde los márgenes del melodrama costumbrista, a cuestionar el despotismo, la manipulación y la opresión que se vivía en China bajo el yugo comunista. Pero, a diferencia de la película del veterano Bruce Beresford (director de la aclamada Paseando a Miss Daisy), ninguna de ellas cayó en el error de hacer una comparativa entre oriente y occidente.

Y es que El último bailarín de Mao nos presenta, de manera algo capciosa, unos EE.UU que, bajo el mandato de Ronald Reagan, alcanzan el falsario estatus de paraíso terrenal y de centro mundial de la libertad y la abundancia. Un discurso que, a todas luces, resta emotividad (y credibilidad) al relato, que podría haber funcionado bastante bien si esta deriva “capitalista” hubiera sido más moderada.
FERNANDO BERMEJO
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow