Después de haber sido galardonada con el Gran Premio del Jurado de Venecia 2005, Mary no fue estrenada en España, algo incomprensible si consideramos que, premios aparte, el último trabajo de A. Ferrara, además de contar con un plantel importante y un director controvertido y apesadumbrado pero siempre interesante, es poseedor de unos incuestionables valores cinematográficos, así como de unos contenidos profundamente reflexivos y transcendentes. Ferrara se vale de un trasfondo metalingüístico (Cine dentro de Cine) para, como Scorsese en La última tentación de Cristo, exponer sus dudas acerca de la Fe cristiana y de la bondad humana, y, tras dar voz a los evangelios apócrifos, reivindicar el mensaje unívoco que todos ellos, apócrifos y oficiales, transmiten pese a sus diferentes relatos: Amad al prójimo, premisa no demasiado en boga en los tiempos que corren.