Siéntense en sus butacas y disfruten de una historia clásica de terror, sin grandes dosis de sangre, con escenas tensas y con un director y un reparto de altura. Solo disfrutar de la actuación de Cusack ya merece la pena pagar la entrada. El director nos embarca durante la primera mitad en un aviso del tornado de apariciones, sustos y escenas de terror psicológico en que deriva la segunda parte, con un golpe de efecto y con un final sencillo y aterrador a la vez. Se nota que se basa en un relato corto del genial King, pero la trama no desmerece en ningún momento. Un cambio de rumbo que esperemos que tome el cine de terror de hollywood con esta estupenda cinta y el reconocimiento que Cusack se merece por su hora y media de genial interpretación.