Llevo 25 años escuchando que "Johnny Mnemonic" (1995) es una cutrez de película. Unas críticas acentuadas tras el estreno de "Matrix" (1999). Pero yo no creo que sea tan mala.

Asumo, porque es cierto, que es limitada; que quizás quiere abarcar mucho, apretando poco; que Keanu Reeves es un dolor de huevos como actor (no lo apodan "carapalo" por casualidad); incluso reconozco, porque lo he sufrido, que su intento por relatar la historia de forma poco clara la hace confusa, aun cuando en realidad es simple.

Pero, como otros comentaristas han subrayado, tiene el mérito de ofrecer el universo de William Gibson en la gran pantalla, tanto en forma como en fondo. No sé a ciencia cierta si fue la primera en hacerlo en el cine, porque hay trabajos anteriores que beben del ciberpunk con fuerza, pero sin duda forma un conjunto bastante razonable y no muy desviado.

De hecho, los extrarradios-escombreras aquí mostrados me recuerdan a la televisiva, tremendamente ochentera y justamente olvidada "Max Headroom" (1987-1988). Unos recuerdos que se intensifican al observar la fascinación de ambas historias por la televisión; medio supremo de comunicación conviviendo con las redes informáticas. En "Max Headroom" este protagonismo de la televisión alcanzaba cotas superlativas, en desmedro de una informática aún incipiente, y cuyo principal valedor era el personaje virtual que le daba nombre.

Además, y partiendo de un breve pero denso relato de 1981, a este trabajo hay que reconocerle la habilidad de haber sido capaz de construir una historia potable anclada en un universo coherente. No es tarea fácil. Sí que es cierto que la infografía de la época ha envejecido muy mal, tanto por los recursos técnicos disponibles, como por esa concepción tan surrealista y colorida del ciberespacio que Gibson evocaba en sus textos. Y tampoco se ve favorecida por la forma en que se emplean algunos conceptos informáticos pero, siendo un trabajo estrenado en el 95, creo que se puede ser comprensivo. Por cierto, vaya con las comparaciones de algunos críticos profesionales con "Blade Runner" (1982) y "Desafío total" (1990), que más errradas no pueden estar. Esos no se han enterado de nada.

En resumen, fracasado intento por hacer del ciberpunk un éxito de taquilla. No está entre las grandes, y lleva décadas obligada a bajar la cabeza ante sus hermanas mayores. Pero creo que fue un ejercicio que no se valora con justicia. Me niego a crucificarla.