Tontería realizada para el lucimiento de Kutcher (para algo es uno de los productores) en la que interpreta a Nikki, un joven que vive de sus encantos, es decir ligando con mujeres mayores y adineradas de las que poder aprovecharse. Con lo que no cuenta es con encontrarse con la horma de su zapato en forma de némesis femenina.

American Playboy resulta una extraña mezcla entre el American Gigoló (American Gigolo) que protagonizó Richard Gere y cualquier película con jovenzuelos de hormonas alteradas al estilo American Pie con leves rasgos de melodrama romántico. A un guión aburrido y repetitivo se unen unas actuaciones irregulares capitaneadas por un muy poco convincente Ashton Kutcher (¿a que narices viene esa manera de caminar?), quién se dedica simplemente a lucir palmito y realizar una interpretación tan irritante como acostumbra, tanto o más que la terrible voz en off que acompaña el metraje y que lo único que consigue es que la animadversión por el protagonista aumente, incluso un poquito más.

La película cuenta con pocos puntos a su favor, el más destacable sería la elegante dirección de Mackenzie, sobre todo durante su primera parte, siendo más preciso resaltaría una de las escenas iniciales en la que vemos a Nikki buscando una nueva conquista. Poquito más se podría decir, el resto en un simple batiburrillo de ideas expuestas en un guión facilón y plano que no sólo no convence, sino que resulta tremendamente aburrido.