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Voto de Gabriel Cuervo:
10
Drama. Musical Selma, inmigrante checa y madre soltera, trabaja en la fábrica de un pueblo de los Estados Unidos. La única vía de escape a tan rutinaria vida es su pasión por la música, especialmente por las canciones y los números de baile de los musicales clásicos de Hollywood. Selma esconde un triste secreto: está perdiendo la vista, pero lo peor es que su hijo también se quedará ciego, si ella no consigue, a tiempo, el dinero suficiente para que ... [+]
8 de abril de 2010
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empieza de una manera un tanto enigmática, bueno, te dices, nada de que preocuparse. Van los primeros diez minutos, parece un “dogma 95”, uno fascinante, de esos que con pocos planos logran un realismo fantástico –por paradójico que resulte el termino –, sabes que algo bueno se acerca, entran las inquietantes escenas musicales, te desconciertas y preguntas ¿dogma 95?, no entiendes pero no importa demasiado, después caes en la magnifica red creada por la soberbia interpretación de Bjork, no puedes evitar hacer cara de estúpido enamorado, empieza la tragedia –tan típica y digna de Vontrier, maestro en esta materia–, algo empieza a aruñar en tu corazón, no se siente nada bien, avanza la historia tejiendo una red simplemente maravillosa entre el realismo propio del dogma 95 y las perturbadoras y, por qué no decirlo, bellamente teatrales escenas musicales, ahora es un taladro él que quiere inmiscuirse en tu alma, se acerca el final, dios, cómo duele el taladro, se cierra el telón, y te dices, vamos disfruta el dolor, disfrútalo porque la magnifica melancolía que respira esta obra de arte es única y verla pro primera vez también lo es.

Pasan los primeros diez minutos con la pantalla en negro, escuchas la inquietante canción que hacen que los créditos sean letras sin sentido, la melodía te envuelve, el taladro sigue, el dolor no se va, piensas en escribir algo rápido antes de que se vaya. Pasan dos horas en donde le comentas a tus amigos la grandiosa obra que acabas de ver, y por fin decides escribir algo, y cuando lo haces, algo retuerce tus entrañas, dios, el dolor sigue ahí, taladrando cada vez más, y te preguntas ¿Cuándo acabara? y en el rincón más escondido de tu consciencia donde ni si quiera tú mismo puedas escuchar te dices, no quiero que acabe, por favor, me gusta.

Sí, daría lo que fuera por ser un lector cualquiera, extrañado por esta “crítica”, preguntándose de qué va tan polémica y mencionada película, cuanto daría por volverla a ver por primera vez. Malditos afortunados.
Gabriel Cuervo
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