Gran sorpresa me llevé cuando me enteré de que la fabulosa trilogía de las cruzadas de Jan Guillou tenía su versión en pantalla grande y, encima, de producción sueca.

Como suele pasar siempre, la vida de Arn de Gothia es mucho más compleja y rica en detalles en el libro de Guillou que lo mostrado en el filme, donde se centran más en la aventura amorosa de Arn con su prometida Cecilia Algotsdötter y en las relaciones amistosas y honorables del caballero con el más temido enemigo de la cristiandad, Saladino. Las complejas tramas políticas que tienen lugar en el reino sueco y las profundas conversaciones filosóficas y teológicas que se dan con profusión en el libro están más que ausentes en la proyección.

Se puede perdonar las muchas carencias con respecto al texto en el que se basa, pero en conjunto es una película disfrutable, emotiva y bien narrada, aunque peca de cierta lentitud y en algunos momentos no consigue despertar el interés del espectador a no ser que haya leído los libros. En poco más de 2 horas es muy difícil resumir tres libros tan complejos y tan llenos de situaciones, y por ello la historia se desarrolla con demasiada rapidez para mi gusto.

A pesar de todo, esta gran superproducción sueca cuenta con una notable fotografía, una buena ambientación medieval y una correcta escenificación. La historia es entretenida y los actores interpretan bien sus papeles, destacando a una genial Bibi Andersson como la mejor abadesa Rikissa que me podía imaginar.

Para incondicionales de aventuras medievales.