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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
5
Ciencia ficción. Acción Rekall es una empresa que puede convertir los sueños en recuerdos reales, haciendo que la frontera entre realidad y memoria se difumine. Para Douglas Quaid (Colin Farrell) la idea de hacer un viaje mental que le proporcione recuerdos de una vida como superespía puede ser la solución perfecta para contrarrestar su frustrante vida. Lo malo es que el proceso sale mal, y Quaid se convierte en un hombre perseguido por los agentes de un ... [+]
11 de diciembre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1990 Paul Verhoeven realizaría una de las películas de ciencia-ficción más elaboradas y entretenidas de la historia del cine. “Desafío total” lo tenía todo: Arnold Schwarzenegger en su mejor momento, un guion con pedigrí, unos efectos especiales apabullantes, etc.22 años después, Len Wiseman se atrevió a realizar uno de los remakes más innecesarios de la historia del cine.

Para empezar, Wiseman ha intentado dar un enfoque distinto a la versión del holandés: mientras que en 1990 Quaid (Colin Farrell) vivía sus peripecias de agente secreto en Marte, en esta ocasión todo se queda en la Tierra, en un planeta de regímenes totalitarios, dividido y conectado por medio de una mastodóntica obra de ingeniería: un túnel que cruza el núcleo del planeta para trasladar a los obreros desde las islas británicas hasta Australia sin tener que dar la vuelta al globo. Quaid decide probar la implantación de recuerdos de la empresa Memory Call, y a partir de ahí deberá escapar de la que hasta entonces era su esposa (Kate Beckinsale) y contactar con el líder de la resistencia (Bill Nighy).

La nueva “Desafío total” viene en plena era del cine digital, de la imaginería CGI y del 3-D para mayor gloria de las grandes superproducciones de efectos especiales. El filme de Wiseman podría superar en este sentido al de Verhoeven, pero ni siquiera en este aspecto, a pesar de ser técnicamente superior, consigue igualar a la obra original, probablemente debido a la saturación de películas con efectos semejantes.

Tampoco resulta especialmente alentador el hecho de que el filme se desarrolle a trompicones, ofreciendo un escaso nivel de interés por la trama y dando en todo momento la incómoda sensación de dejá vu que ya se hace tan típica en este tipo de películas. El “Desafío total” de Wiseman era, en verdad, todo un desafío, del que no ha podido responder con suficiente solvencia.

A lo tonto, al final sí que nos podemos quedar con un par de cosas: la siempre agradable de ver Kate Beckinsale, ya conocida de Wiseman en “Underworld” (2003), y lo entretenida que es la cinta como película de acción, única y exclusivamente.

A veces hay cosas que es mejor no tocar, y películas que es mejor dejar en su sitio.
Richy
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