La tenía en mente, porque Superlópez es uno de mis personajes preferidos, junto con Mortadelo y Filemón, del cómic patrio. Pero algo me decía que no iba a ser igual, que los ratos disfrutados en mi infancia con las historietas de Jan no se iban a ver reflejados en la película de Caldera. Me he resistido a verla hasta que ChorraCinco nos ha bombardeado con su estrategia publicitaria de acoso diario, y por fin la vi en la susodicha “cadena” entre medias de asquerosos cortes publicitarios.

Ni qué decir tiene que ya me lo esperaba, que ni Superlópez ni Juan López iban a ser los de mis cómics, que iba a ver otra mediocridad más de Mediaset realizada para mayor gloria de Dani Rovira: un “actor” con menos registros que una piedra pómez. Lo veas donde lo veas, siempre será Rafa de “Ocho apellidos vascos” (2014) y un gran monologuista, que todo hay que decirlo. Sospecho que no es culpa de él el hecho de que la personalidad de su Superlópez no pegue ni con cola con la del Superlópez de Jan, porque personajes tan carismáticos y memorables como los de Luisa o Jamie apenas si tienen atisbos de parecerse ni en el blanco de los ojos a los interpretados por Alexandra Jiménez o Julián López.

Javier Ruiz Caldera ya adaptó para la gran pantalla otro grande del cómic nacional en “Anacleto: Agente secreto” (2015) con bastante más inspiración que el presente trabajo y con unas interpretaciones algo más dignas (sin pasarse tampoco). Lo que le ha faltado a Caldera es leerse algunas historietas para haber podido conocer mejor a Superlópez, a Jaime y a Luisa, haber podido reflejar algo del buen sabor que queda después de leer “Los cerditos de Camprodón,” “El país de los ciegos”, “Al centro de la Tierra” o “Tronak el Kárbaro”.

Si nos olvidamos de las comparaciones (imposible, pero intentémoslo), la película medio entretiene, los efectos especiales son cuasi aceptables, y Julián López es el que ofrece la verdadera y genuina carcajada.

Una lástima, porque la intención era buena.