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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
7
Aventuras. Romance Siglo XII, Europa entera está inmersa en las Cruzadas para recuperar la Tierra Santa. Godofredo de Ibelin (Liam Neeson), caballero respetado por el rey de Jerusalén y comprometido con el mantenimiento de la paz en la región, emprende la búsqueda de su hijo ilegítimo Balian (Orlando Bloom), joven herrero francés que llora la pérdida de su mujer y su hijo. Godofredo convence a su hijo para que lo acompañe en su misión. Tras la muerte de ... [+]
8 de febrero de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cinco años después, el Sr. Ridley Scott aún estaba saboreando las mieles del éxito de la monumental "Gladiator" cuando decidió darle otra nueva y esperanzadora visión al cine épico. Se decidió dirigir la historia de la conquista de Jerusalén por los musulmanes en la segunda cruzada, y ya los acérrimos seguidores de su "Gladiator" nos frotábamos las manos deseosos de más épica y más momentos gloriosos.

Pero esta vez, Ridley no nos dió tanto como hubiéramos querido. Este "Reino de los Cielos" es una especie de toma y daca, una amalgama de grandes momentos y mucha épica pero de sensaciones planas. La película se deja ver porque la sustenta su rigor histórico y la espectacularidad de las batallas, pero sus actores son, si no los más acertados, cuanto menos los menos indicados para encarnar personajes tan ilustres como Balián de Ibelin o Reinaldo de Chatillon, empezando por Orlando Bloom: uno de los actores más gélidos de la gran pantalla. Sus expresiones son las mismas tanto si descansa como si pelea, y un actor sin alma mata al personaje y, por inercia, la propia película. Por suerte, esa ineptitud se ve algo enmascarada gracias a la interesante trama, que narra los acontecimientos que dieron lugar al quebrantamiento de la paz entre cristinanos y musulmanes y que llevó a la inevitable toma de Jerusalén por el "Unificador del Islam", Saladino.

Las conspiraciones entre los diversos grupos cristianos se plasman acertadamente, incluso algunos momentos que forman parte de las leyendas. Entre ellos, se incluye el famoso episodio protagonizado por Reinaldo de Chatillon, Guy de Lusignan y Saladino, cuando aquéllos fueron hechos prisioneros por éste y Guy le dió de beber de la copa que Saladino le ofreció sólo a él. Estos detalles son importantes para los que nos interesamos por aquella época en la que el honor de la vieja caballería medieval sólo lo conservaba los grupos religiosos como los archiconocidos templarios y los hospitalarios, bien reflejados también en el filme. Las cruzadas eran una oportunidad para muchos de enriquecimiento rápido y de indulgencia plenaria, y el saqueo y las intrigas estaban más a la orden del día que cualquier honroso ideal caballeresco.

El filme se deja ver bastante bien a pesar de convencionalismos propios de las clásicas películas de aventuras de capa y espada, como hacer de los malvados mucho más malos de lo que son y los virtuosos mucho más buenos. Ni Guy de Lusignan fue tan depravado, ni Balián de Ibelin fue tan defensor de la igualdad entre religiones, pero en un filme como este es necesario exagerar a los personajes con estereotipos para dotar de ritmo a la historia, lo cual Ridley Scott hace de manera impecable sin que por ello se tambalee el rigor histórico.

Una película de grandeza visual y espectáculo épico, pero su alma cayó junto con las murallas de Jerusalén.
Richy
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