Compleja, absurda, críptica, visceral… pocos son los adjetivos para describir esta obra de David Cronenberg. No estaría lejos de la verdad si afirmo que “El almuerzo desnudo” es la película más surrealista y difícil de digerir del director canadiense, pero también es la que más resume sus inquietudes más especiales.

El filme es una especie de biografía no oficial del escritor norteamericano William S. Burroughs, donde se narra los momentos previos a la concepción de su novela “El almuerzo desnudo”. Su debilidad por las drogas le llevó a ser testigo de muchos delirios y alucinaciones, entre los cuales creía verse en un lugar llamado “Interzona”. Cronenberg elige a Peter Weller (el inolvidable “Robocop”, 1987) para hacer el papel de un exterminador de insectos que decide escribir un libro. El mismo insecticida que utiliza es el que lo lleva a aficionarse a su consumo, provocando en él horribles visiones de insectos que hablan por el ano y le instan a asesinar a su mujer, máquinas de escribir que se tornan escarabajos, y ciempiés homosexuales ávidos de sexo. Toda esa fauna se encuentra en un lugar de su mente que es muy real, “Interzona”, curiosamente parecido al Tánger donde Burroughs escribió su novela.

La historia que se narra es, en realidad, un compendio de alucinaciones inconexas, indescriptibles, sin un hilo conductor claro. Los mensajes subliminales y sus referencias directas a la vida y obra de Burroughs se escapan a casi cualquier espectador que no esté familiarizado con el escritor, y mucho más si tampoco está familiarizado con el personalísimo y, muchas veces pretencioso, estilo de Cronenberg.

La mezcla entre el ámbito del cine negro con el fantástico no puede ser más irreal que en esta cinta, en la que cualquier reflejo con la realidad o con el sentido común se torna imposible. Ni Peter Weller con su gran interpretación, ni la fauna estupefaciente de criaturas aberrantes insecto-humanoides de “Interzona”, consiguen levantar una película que, si bien es la más extraña y la más perturbadora que seguramente haya realizado Cronenberg, también es la más absurda y pretenciosa.

Exclusivamente para incondicionales de Cronenberg, y aun así no estoy muy seguro de recomendarla tampoco a ellos.