No podemos decir que exista el cine perfecto, pero si existiese sólo esta película formaría parte de él. Si todos los actores pudiesen hacer el papel de sus vidas, el compositor acertar con todos los actores y los guionistas clavar los puntos y las comas, estaríamos hablando de El Padrino. Es una de esas películas que no puedes no ver y que no te puede no gustar, pero elevado a la enésima potencia. Desde el momento en que la ves solo puedes pensar en un Marlon Brando inconmensurable, en un Al Pacino sobrehumano y en un Coppola que quedará para siempre como el mejor de los mejores. La mejor película que se ha rodado, la más perfecta de todas.