Después de la mediocre 'Crueldad Intolerable' y la irregular 'LadyKillers', los hermanos Coen parecieron remontar el vuelo con dos buenas películas como son 'No es país para Viejos' y 'Quemar después de leer'. Por esto, las expectativas creadas por esta película hacia mí fueron enormes, y por ello he acudido al estreno ilusionado por ver lo nuevo de los hermanos, pero el resultado no ha sido el que me esperaba.

Tiene humor negro a raudales, personajes pintorescos y diálogos impresionantes, pero aún así no me ha terminado de llenar; La película empieza con un brutal prólogo para más tarde adentrarnos en las emociones de un profesor y cabeza de familia que poco a poco va perdiendo los nervios hasta rayar la desesperación. La historia tarda en coger fuerza, y se hace demasiado lenta en su primer tramo, y para cuando empieza a arrancar ya es tarde. Eso sí, durante toda la película la historia no es amenizada con una sensacional banda sonora.

Los personajes, a pesar de estar interpretados por actores desconocidos, son cojonudos, con muy buenas interpretaciones, destacando sobre todo al atormentado protagonista y a su excéntrico hermano.

Resumiendo, una interesante película con buenas interpretaciones, una crítica a la religión, sobre todo al judaísmo, cargada de momentos entrañables, y una buena combinación de comedia negra y drama, pero que por culpa de su lentitud, y su falta de ritmo en algunos diálogos, termina por aburrir en ciertos momentos. Aún así, bravo por los Coen, por seguir intentando innovar y creando nuevos personajes.