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España España · Barcelona
Voto de edgar_33:
6
Drama Cuando pasas de los 45 años, puede parecer que ya has hecho todo en la vida: un marido, dos hijos, un perro y una casa bonita con jardín. Pero, ¿eso es todo? ¿Y qué hay de ti en esa ecuación sin nombre? ¿Dónde estás tú y tus deseos? Cuando eres un adolescente, tienes toda la vida por delante: tiempo para casarte, tener un par de hijos, un gato, y una casa bonita con jardín. Pero, ¿y si no tienes ni idea de qué hacer? ¿No sabes qué ... [+]
22 de febrero de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por una cara tenemos a Ana (Maribel Verdú), doctora, casada y madre de dos hijos, hastiada de su rutina, sin tiempo para ella misma. Por la otra cara tenemos a Eric (Germán Alcarazu) que, con problemas económicos familiares, trabaja en sus ratos libres en una página de sexo virtual. En el chat se conocen y se citan durante un fin de semana. Comparten experiencias y confidencias, pasean, filosofan e intiman. Y con eso, intercambian sus edades.

A través del diálogo, ambos consiguen conocerse y cruzarse las edades. Ana rejuvenece y se transforma en una adolescente emocionalmente inestable: miente por miedo a la situación, se esconde o se suelta la melena en una fiesta. Eric se hace mayor, deja citas sobre la muerte y el tiempo, ejemplificadas en una a lo Benjamin Button “Sería mejor que empezáramos a vivir con 80 años y en nuestra jubilación estuviésemos más guapos, más ágiles y más enérgicos”.

En el universo visual de la película no cabe otro espacio en la imagen que planos medio, corto y detalle de los protagonistas; el resto, el espacio que les rodea, sea cual sea, se nubla, casi siempre desenfocado. La borrosidad de la imagen nos sugiere que nada importa: todo está en sus cabezas, miradas y cuerpos. En focalizarse en tan solo ellos dos, el tu a tu, aumenta la importancia de cada gesto y cada palabra.

Es una película de diálogo y requiere de sutileza tejiendo lo que dice y muestra. Sin embargo, dice demasiado y muestra demasiado poco. Cuando se introducen detalles de la vida de los protagonistas de una historia cualquiera, éstos ganan en profundidad y nos permite como espectadores conocerlos de tal modo que los veamos únicos, con una personalidad que los hace ser ellos. No es el caso. Todo lo nuevo que aprendemos de ellos proviene de lo que hablan, no del lenguaje no-verbal. A sus escenas paseando en silencio juntos les falta sustancia; carece de atención a las particularidades de cada uno. Ante la falta de desarrollo de los caracteres, la narración no anda equilibrada en ritmo e historia y se impregna de clichés.
edgar_33
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