Psicosis II es de esas películas que uno se pregunta el porqué de su existencia. ¿Realmente era necesario hacer una continuación? Y peor aún ¿Realmente era necesario hacer lo que hacen con el personaje de Lilly Crane? Supongo que la razón más lógica sería pensar que tanto Anthony Perkins como Vera Miles necesitaban dar un empujón a sus alicaidas carreras y de paso embolsarse algún dinerillo en la cuenta de ahorros, quizás alguien debió avisarles que no merecía la pena ya que ni sus carreras iban ya a ser relanzadas ni el sueldo que cobrasen les iba a librar de la vergüenza de comprobar lo que hicieron a la memoria del original (algo que sí hizo Janet Leigh que aconsejó a su hija Jamie Lee Curtis rechazar cuando se lo ofrecieron el papel que posteriormente caería en manos de Meg Tilly, por considerar que la continuación no hubiese gustado a Hitchcock). Por fortuna, algo bueno dejó esta segunda parte: una más que convincente interpretación de Meg Tilly y algún que otro momento bien dirigido por Franklin, sobretodo la secuencia final, aunque obviamente no es suficiente para seguir denostando una película que nunca debió haber sido realizada.