Es una película que, aunque muestra la cotidianidad de una ciudad de provincia -como bien dice el título- lo hace de un modo estéticamente muy bello. Tras cada plano se nota que hay un cineasta con experiencia tras la cámara. No obstante, también es cierto que tuve que esforzarme por no dormirme durante varios momentos de la película. No solo de belleza vive el hombre.