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Voto de kafka:
9
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31,481
Drama
Blanche, que pertenece a una rancia pero arruinada familia sureña, es una mujer madura y decadente que vive anclada en el pasado. Ciertas circunstancias la obligan a ir a vivir a Nueva Orleáns con su hermana Stella y su cuñado Stanley (Marlon Brando), un hombre rudo y violento. A pesar de su actitud remilgada y arrogante, Blanche oculta un escabroso pasado que la ha conducido al desequilibrio mental. Su inestable conducta provoca ... [+]
27 de mayo de 2007
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película mítica y una de las obras maestras que jalonan la filmografía de Elia Kazan y que lo redimen legitímamente de su caracter delator en la época maccarthysta.
Es la adaptación de la obra teatral del gran Tennessee Williams, el cual se encargó del guión, soberbio, y en la que Kazan respeta el espíritu teatral del original y pone al servicio del universo de Williams todo un arsenal de valores fílmicos y de lenguaje cinematográfico.
Así, queda una obra llena de densidad, espesura y amargura, de intemporal intensidad, con una captación más que buena del universo de Williams, recorrido de seres humanos repletos de frustraciones y deseos incumplidos dónde cualquier tiempo pasado fue mejor, y dónde habitan en una atmósfera abigarrada, hinchada, recargada, sudorosa como las míticas y memorables camisetas de Brando. Es una puesta en escena a la par funcional y servil, guiada por un texto magnífico y por unos actores/personajes perfectamente trazados y presentados (maravilloso el inicio, con Vivien Leigh saliendo entre el humo del tren, cuán un espectro vuelve a la vida desde la niebla), en una historia movida a los impulsos y emociones de éstos.
Es una película muy vigorosa, casi se devora, eléctrica, con memorables interpretaciones, siendo particularmente soberbios todos los momentos entre el violento, seco y áspero Brando y la arcaicamente elegante, disimuladamente machista Leigh en unos duelos dialécticos huracanados, desnudos, rudos, auténticos hasta la médula. Un clásico, sin duda.
Es la adaptación de la obra teatral del gran Tennessee Williams, el cual se encargó del guión, soberbio, y en la que Kazan respeta el espíritu teatral del original y pone al servicio del universo de Williams todo un arsenal de valores fílmicos y de lenguaje cinematográfico.
Así, queda una obra llena de densidad, espesura y amargura, de intemporal intensidad, con una captación más que buena del universo de Williams, recorrido de seres humanos repletos de frustraciones y deseos incumplidos dónde cualquier tiempo pasado fue mejor, y dónde habitan en una atmósfera abigarrada, hinchada, recargada, sudorosa como las míticas y memorables camisetas de Brando. Es una puesta en escena a la par funcional y servil, guiada por un texto magnífico y por unos actores/personajes perfectamente trazados y presentados (maravilloso el inicio, con Vivien Leigh saliendo entre el humo del tren, cuán un espectro vuelve a la vida desde la niebla), en una historia movida a los impulsos y emociones de éstos.
Es una película muy vigorosa, casi se devora, eléctrica, con memorables interpretaciones, siendo particularmente soberbios todos los momentos entre el violento, seco y áspero Brando y la arcaicamente elegante, disimuladamente machista Leigh en unos duelos dialécticos huracanados, desnudos, rudos, auténticos hasta la médula. Un clásico, sin duda.