Muy buen documental. Deberían pasarlo en los colegios e institutos para disuadir a todos los tontos del c. que crean que las drogas son un buen escape, divertidas o accesorio imprescindible para los que van de malditos por la vida. Este documental es crudo, real, hecho por un heroinómano terminal. No es un paternalista anuncio contra las drogas a las que ningún adolescente hace ni puñetero caso. Este documental es un heroinómano diciendo: "mírame, esto es lo que me ha hecho la droga".

Ben, el protagonista, nos enseña que la droga te convierte en una piltrafa humana, en esclavo de una sustancia repulsiva, que dañas a tu familia, que te dañas a ti mismo y que acabas tirando tu vida a la basura.

Tan a la basura que Ben Rogers muere por culpa de la droga, porque es una tentación que una vez te atrapa, ya no puedes escapar de ella. Cruel y real epílogo para su documental: la muerte prematura es el destino del drogadicto.