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España España · Castellón
Voto de Chon:
9
Drama. Comedia Tras la muerte de un Papa, obispos, arzobispos y cardenales de todo el mundo se reúnen en Cónclave para elegir a su sucesor. Después de varias votaciones infructuosas, que se anuncian con la salida de una humareda negra, se ve, por fin, la "fumata bianca" que indica que "habemus papam". Los fieles que se han congregado en la Plaza de San Pedro esperan con entusiasmo y fervor que el nuevo pontífice, siguiendo la tradición, se asome a una ... [+]
11 de noviembre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sólo un director romano podía hacer una crítica a la Iglesia con afán constructivo y reflexivo y mantener en todo momento el sentido del respeto, pues no pretende en absoluto denostarla, sino demostrar que desde la opinión más diametralmente opuesta (confesa abiertamente, hecho que le honra) se puede dialogar y llegar a entenderse, se puede convivir y respetarse.

Moretti se sirve de la renovación papal (totalmente verosímil al apoyarse en imágenes iniciales reales) para abogar por la condición humana y defenderla frente a los cánones impuestos por la sociedad, pues debe prevalecer el individuo (con sus virtudes y defectos, con su libertad de pensamiento y elección) frente al papel que nos imponen por causa de nuestra profesión en la vida. No todo el mundo está capacitado para aquello que desempeña, y cada uno debe ser consecuente con sus limitaciones, pues cualquiera no debería ser presidente de gobierno ni mucho menos Papa.

Y por supuesto esa lección magistral de humildad que brinda en la brillante plasmación del cónclave, alegoría de residencia de ancianos (porque es lo que son).

Al final el mensaje es claro, que queda patente en la portentosa hilvanación del tema “Todo cambia”, desde la habitación papal a la plaza romana, con el Papa mirando de frente a la cantante como quien mira la esencia de lo que canta, y que luego lo refrenda en su discurso.

Lo mejor: todo, y en especial la escena del autobús nocturno, cuando Piccoli empieza a hablar como si lo hiciera para el público de la sala. La verdad fue curioso, pues en un instante volví atrás en el tiempo y me encontré con Berlanga viendo “París Tombuctú” en un cine que ya no está.

Lo peor: la falta de optimismo.
Chon
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