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Sala de espera al infierno

Acción. Thriller Quinta y última entrega de la serie policíaca iniciada con 'Harry, el sucio'. El protagonista vuelve a ser Harry Callahan, un controvertido inspector de la policía de Los Ángeles. Una lista de ocho personas célebres circula por San Francisco y se hacen macabras apuestas sobre cuál de ellas morirá primero. Uno de los nombres que figura en la lista es precisamente el del inspector que investiga el caso: Callahan. (FILMAFFINITY)
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Críticas 35
Críticas ordenadas por utilidad
20 de junio de 2017
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El título original es coincidente con un personaje del universo Marvel (algo que en su día no sabría casi nadie, suponiendo que ya existiera “Deadpool”, que no lo sé).
Es la quinta y última, pero no por ello menos interesante, entrega de la saga de Harry Callahan.
En esta ocasión, la investigación principal (que personalmente creo que es la más entretenida de todas) va de una trama de asesinatos en serie relacionada con un director de cine de películas malas de terror. Y ese personaje lo encarna ni más ni menos que un Liam Neeson con coleta, antes de convertirse en la estrella que es hoy en día.
Clint Eastwood estaba ya aquí un poquito mayor para hacer de policía de acción, pero hay que reconocer que peores cosas hemos visto en el cine en relación con las edades del héroe. Recuperamos además la voz del gran Constantino Romero en el doblaje.
En cuanto a la aparición estelar de Jim Carrey, también en un momento anterior a su fama (tanto que creo que no sale ni en los créditos iniciales), es digna de ver. Ya se notaba su gran vis cómica, y ese “playback” del “Welcome to the jungle” es muy divertido y memorable, aunque no esté hecho con esa intención.
Lalo Schifrin aporta su música extraña y caótica, sin un estribillo que consigamos retener. Su estilo es como el jazz, haciendo buena música pero sin melodía definida.
Y no se puede olvidar tampoco esa pequeña gran persecución con coches. La idea del coche teledirigido es muy original y da lugar a uno de los mejores momentos del film.
En cuanto a las frases de Harry, creo que en esta se sale del parchís. Ejemplos:
“Las opiniones son como los culos. Todo el mundo tiene uno.”
“- ¿Tiene hijos, teniente? –No. – Dios es sabio.”
“Te has olvidado tu galleta de la suerte. Dice: La has cagado.”
“Te voy a dar una patada en el culo que vas a tener que cagar por la boca.”
Está claro que la primera película es mítica, y no me atrevería a decir que esta es superior. Pero, si no lo es, entonces es la segunda mejor de la saga para mi gusto y sin la más mínima duda.
i42poloj
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26 de junio de 2017
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Su regreso parecía imposible pero ha vuelto para suerte de todos aquellos cuyas vidas sólo pueden confiar al único agente de la ley capaz de proteger como es debido al ciudadano de a pie.
Y es que, ¿quién quiere más héroes teniendo al indestructible e inmarchitable Harry Callahan velando por su seguridad?

La pregunta no es fácil, ya que precisamente en los '80 habían surgido un buen puñado de estrellas dispuestas a irrumpir con éxito dentro del cine de acción, el cual ya contaba con personalidades consolidadas como Stallone, Schwarzenegger o Mel Gibson y a las que habían de añadirse las incorporaciones de Van Damme, Willis o Seagal. El mismo año que se estrenaban "Jungla de Cristal", "Contacto Sangriento" y "Por Encima de la Ley" la Warner decidió desempolvar a una de sus figuras más icónicas y ponerla a trabajar en una nueva aventura.
Cinco años habían pasado desde que Clint Eastwood decidiera desenfundar, una vez más, el mágnum 44 que le convirtió en leyenda; "Impacto Súbito" devolvió a los fans a un Callahan más auténtico y fiel al original, ese mismo que, secuela tras secuela, iba perdiendo por el camino su identidad llegando a convertirse en una vergonzosa parodia de sí mismo. Alejado de su álter-ego para acometer proyectos más personales, el actor/director no haría sino un favor a los productores volviendo a encarnar, por última vez, al inspector de San Francisco, pues poco confiaban aquellos en las posibilidades de su magnífico film "Bird" de cara a la taquilla.

El pistoletazo de salida lo da el guión de un desconocido Steve Sharon, cuya responsabilidad otorga Eastwood a su longevo compañero de equipo Buddy Van Horn, quien posiblemente sólo sirve de "hombre de paja" y nada más (no era la primera vez que aquél colocaba a un colaborador suyo al frente de un rodaje mientras él manejaba los hilos). "La Lista Negra" se abre con una acelerada y molesta intro "techno" acompañando a un espectacular plano del San Francisco nocturno, comienzo antes visto que no augura nada bueno y que trae consigo la afirmación de ello.
Callahan perseguido por asesinos pagados por la mafia, mala situación para él, que debe mantenerse a cubierto por expreso deseo de sus jefes, quienes ahora quieren convertirle en un héroe (¿esto es de verdad?); sin vergüenza Sharon nos vende el mismo planteamiento con el que comenzaba "Impacto Súbito" (Janero sustituye a Threlkis), pero esta vez el inspector, al que le asignan de compañero un chino experto en artes marciales (signo de los tiempos que corrían), debe ocuparse de un misterioso asesinato ocurrido en el mundo del cine mientras se trata de una manera malévola la fascinación por la violencia y los medios de comunicación, presentados como los verdaderos enemigos de la sociedad y del sistema.

Estamos ante un argumento no enrevesado, sino inconsistente e incoherente que intentará de algún modo regresar a las raíces de la saga (literalmente, pues se hará historia, gracias a Samantha, de la excitante carrera del protagonista) enfrentando al inspector con un sádico asesino que tiene aterrorizada (bueno, no exactamente) a la ciudad; pero este duelo carece, como es lógico, de toda la profundidad del que mantenían Callahan y "Scorpio", cada uno antítesis y a la vez reflejo del contrario (el doble, la superficie de proyección, en este caso, pertenece a otro). Un duelo cuyo resorte será el "atractivo" y enigmático universo cinematográfico de la serie "B".
Es entonces cuando el estilo utilizado en "Impacto Súbito", dotada de un perturbador suspense y unos efectivos aires "noir" nunca antes vistos en una entrega anterior, se vuelve en contra de la que nos ocupa al usarlo Van Horn (o el mismo Eastwood, no se sabe) de forma tan burlona, torpe y casi autoparódica, como llevado por un DePalma nada inspirado; el absurdo de las situaciones llega a tal punto que se diría que nos hallamos ante un "giallo" "exploitation" del montón, tanto más cuanto que la idea de perpetrar un asesinato copiando un film de terror parece sacada de "Tenebre".

Por obra y gracia de Sharon tendremos una buena colección de subtramas (las de Janero, Samantha y Quan) incapaces de sostenerse entre sí orbitando alrededor de una principal nada original y que va desinflándose a medida que pasan los minutos hasta una conclusión final que parece llegar demasiado tarde (ya no supone ninguna sorpresa para el espectador) y terminar demasiado pronto, ofreciendo un duelo entre héroe y villano de lo más insípido, sobre todo teniendo en cuenta que éste último resulta muy patético.
Todo ello manejado por un Van Horn que no aporta personalidad al conjunto aun ofreciendo puntuales momentos de buena intriga y unas secuencias de acción filmadas con oficio, a destacar la persecución del coche-bomba teledirigido por toda la ciudad, un homenaje en toda regla no sólo a la obra de Siegel sino a todo el "thriller" de los '70 y convertida en la mejor escena de la película, donde vemos deambular a un Eastwood cansado, que pronuncia sus diálogos sin esfuerzo y cuyo personaje es sólo la sombra de lo que un día fue; harto por la situación en la que le ponen Callahan se revela furioso: "¡Yo no soy ningún payaso!". Se puede decir más alto pero no más claro.

¿Advertencia del inspector a sus superiores o lanzada por Eastwood de manera implícita a los productores de la Warner? El caso es que ni la buena fotografía de Jack Green, ni las correctas actuaciones de Patricia Clarkson, Liam Neeson, Michael Currie y Evan C. Kim (descartemos a los idiotas de David Hunt y Jim Carrey y a sus exagerados gestos faciales...), ni la colaboración de los Guns 'n' Roses sirvieron.
"La Lista Negra" fue un juguete de mala facturación y no cumplió su cometido, siendo la aventura de Harry que peor rindió en taquilla. Desagradable final para una saga hasta ese momento (con sus altibajos, sí) intachable. Hay quien opina que es la mejor de las cinco...bueno, en palabras del inspector diré que "las opiniones son como los culos: todo el mundo tiene uno".
Chris Jiménez
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3 de noviembre de 2020
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Ultima entrega de la saga, quizás sin el brillo de las dos primeras, en donde a nuestro héroe ya el tiempo le marca cosas que en otras épocas podía hacer sin problemas. Aquí debe investigar una serie de asesinatos basados en una lista, en donde está su nombre, y que todo parece conducir a un director de cine (un joven Liam Neeson). Hay acción, como siempre, muchos muertos, algo de suspenso, pero un argumento endeble y que por momentos no logra la total atención del espectador. Mas allá de eso puede verse sin problemas.
gustavof42
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4 de noviembre de 2020
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La saga estaba completamente agotada y acá se nota un montón. Ya los policiales de acción que la película original había ayudado a definir estaban pasados de moda, y para la época en la que salió ya había una división clara entre el policial y la acción, ya no se mezclaban como en los 70's.
Esta no sabe bien qué ser, si un policial con tintes de slasher, aderezados con los típicos elementos de la saga o qué, y la verdad que los enfrentamientos de Harry con asaltantes aleatorios se veían y oían repetitivos, además ya era un hombre de casi 60 y esa visión del macho alpha indestructible quedaba bastante inverosímil y patética. Las escenas donde se enfrenta con los burócratas son iguales a las de las 4 anteriores, por lo que además de predecibles son aburridas.
Creo que hubiera funcionado mejor como auto-parodia.
Dato de color: Jim Carrey antes de convertirse en estrella interpretando a un famoso rockero drogadicto.
Manuel
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9 de noviembre de 2020
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Con 'La lista negra' se cerró una trayectoria de cinco películas estrenadas desde 1971 hasta 1988 que sirvió para que Harry Callahan se instaurase en la cultura popular y diese más días de gloria a Clint Eastwood. Lástima que cerrase con el mayor tropiezo.

La sinopsis apuntaba a que Harry era miembro de una lista de potenciales víctimas. Dicho así sonaba bien, pero la ejecución no lo fue tanto; pudo ser bastante, bastante mejor.

Cuando la cinta lleva entre veinte minutos y media hora ya era consciente de que tenía todas las papeletas para llevarse el 'premio' de peor secuela desde aquel primer filme de Don Siegel. Los nuevos personajes no daban ningún interés, aún teniendo a Liam Neeson o Jim Carrey (aunque aún lejos de los picos de sus carreras, la participación de Carrey es digna de ver), y el único que parecía tener algo de chicha era la reportera, interpretada por Patricia Clarkson. Hasta el mismo Eastwood me parecía que iba con el piloto automático.

Hablando de personajes, el villano de esta entrega termina siendo muy poco intimidante y sus motivaciones no ayudaban.

Dice la frase "oro parece, plata no es", describe perfectamente 'La lista negra'. Una despedida que parecía ser mucho y terminó siendo algo, algo menos de lo que podría haber sido. Al menos me entretuvo.
Michael Myers
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