Osama

La película satisface tanto por reflejar unna dura y cierta realidad, como por lo bien hecha que está. Es dura, cruda y tierna a la vez. Al menos te deja con la satisfacción de que has visto algo diferente y que ha merecido la pena. Muy recomendable.

El fin de esta película no creo que sea relucir las habilidades artísticas de los actores, sino él de describir una condición social muy cruda. Desde este punto de vista, el largometraje cumple totalmente porque el tema es muy complicado de tratar sin caer en la banalidad: la condición de vida de las mujeres en Afganistán durante el régimen de los talibanes.
La historia es muy simple: una niña que, para poder alimentar a su madre y a su abuela, tiene que hacerse pasar por un niño. Las mujeres no pueden trabajar, no pueden ni pasear sin hombres por el pueblo y si no hay hombres en casa, están acabadas. Está más que claro que el engaño no puede durar eternamente, y eso es lo más triste ya que, aún así, es la única posibilidad de supervivencia para esta desafortunada familia. La película se desarrolla de forma lineal, pero pequeños detalles introducen otros temas que enriquecen el contenido. Temas, tal vez, más profundos y problemáticos aún que la misma historia de la pobre niña.
Emerge que la dictadura talibana es algo nuevo e impuesto totalmente con la fuerza; los hombres y los ancianos son mucho más liberales y ayudan a las mujeres pese al peligro que estos gestos puedan conllevar bajo una dictadura tan radical. Me refiero en concreto a la escena del hospital, de la bicicleta y de la tienda de leche.
Emerge también que a los muy jóvenes les quitan de sus hogares y sus familias y les lavan el cerebro por completo a través de una mala interpretación del Corán y de una educación militar muy estricta. Un cambio generacional dramático que, mirando al futuro, da miedo.
Así que personalmente me ha gustado la película porque, además de los contenidos más evidentes, hay más temas que me han dejado pensar un buen rato. Valoro también que la duración de la película se queda en unos 80 minutos aprox, lo cual no la convierte en un tostón (no tiene el mismo ritmo de Matrix, vamos).

No hay nada que hacer, por mucho que lo veamos por televisión o lo leamos en los periódicos, la realidad del mundo radical talibán no va a cambiar y va a seguir existiendo para perjuicio de quienes viven ese terror y para infamia de la humanidad que puebla el planeta. Se puede ser musulmán sin ser un descerebrado, porque igual que los cristianos quemaban a presumibles herejes hace unos siglos (y demás torturas) esta gente, habiéndose agenciado del poder y la fuerza, someten a su voluntad al que sea. Todo es denunciable, pero el presente es el que es y no hay nada que hacer, la película es de hace casi quince años y la crueldad de su régimen sigue impartiéndose en gran parte de Afganistán. Y seguirán por mucho que intentemos convencernos tras ver una película como "Osama" que tiene que haber un final ya de una vez a todo esto.

"Osama" es terrorífica porque es realista, es necesaria y hace que te duela el alma incluso siendo ateo por los cuatro costados. El alma duele. Ser humano y ser así es una vergüenza. En lugar de intentar salir de la pobreza se dedican a leer y releer un único libro y volver a la época de la edad de piedra. Es triste, es dura y dan ganas de irse a mitad de película. Supongo que es un drama tan aclamado por méritos propios, empuja a la reflexión del hombre occidental... pero no puedo elevar una película mucho más allá sólo por eso. Inevitablemente necesito más como película, una historia más elaborada, más veraz, mucho más que esa pobre niña que es juzgada. Es imposible suspender un trabajo así, pero por mi parte encuentro que como película necesitaba un empujón más.

Consigue lo que busca, eso es incuestionable. Por unanimidad, sea cual sea nuestra creencia y nuestro color de piel, cualquiera que sea nuestra condición, todos deberíamos clamar en contra de barbaridades así.

52/08(08/03/20) Con motivo del Día de la Mujer (8 de Marzo) he visto este film, una muy recomendable obra que denuncia cual grito en el desierto (afgano) la opresión y asfixia de la mujer en los regímenes fundamentalistas islámicos donde rige la sharía, epítome es el Afganistán regido por los yihadistas, una propuesta que debería ser vista en colegios e institutos, para que cuando se reivindican más derechos (asimétricos de discriminación positiva vergonzosos) para la mujer en nuestro plácido y acomodado mundo occidental, sepamos que hay otros mundos, y están en este, en este caso en el país centro-asiático, donde la mujer es una ‘especie’ de segunda, poco más que un animal, una sociedad anclada en un putrefacto medievalismo, donde solo por esta esclavitud de la Mujer estaría justificado acabar por todos (pero todos) los medios con este régimen nauseabundo. Film encuadrado en similitudes con otros como las iranís “Kandahar” (2001) de Mohsen Makhmalbaf, "Baran" (2001), El círculo” (2000), la tunecina “Satin Rouge” (2002), o incluso la posterior cinta de animación irlandesa “The breadwinner” (2017). “Osama” es un brillante drama dirigido y escrito por el afgano Siddiq Barmak en su ópera prima, en el que el relato con tono documental sigue a una niña preadolescente que vive en Afganistán bajo el régimen talibán (especialmente represivo para las mujeres, que deben usar burkas para cubrirse y tienen prohibido trabajar fuera del hogar, como salir a la calle sin que le acompañe un hombre), que se disfraza de niño (Osama le pone un joven para ayudarla, pues durante el metraje no tiene nombre, ello para reflejar que representa a todas las mujeres), para mantener a su familia (tres generaciones de mujeres encerradas en una casa sin hombres por las muertes de estos en guerras).

Fue la primera película que se filmó por completo en Afganistán desde 1996, cuando el régimen talibán prohibió la creación de todas las películas, siendo una coproducción internacional entre compañías en Afganistán, Holanda, Japón, Irlanda e Irán. La inspiración de Siddiq Barmak se encontró en una noticia que leyó mientras estaba en Peshawar. El periódico contaba la historia de una niña que se había vestido de niño para asistir a la escuela, finalmente descubierta por los talibanes, Barmak agrega elementos de otras historias que fueron compartidas con él por personas que habían vivido en Afganistán bajo el régimen talibán que culminó con la historia de la película, rodada con actores aficionados encontrados por el director en calles de Kabul, siendo además gran parte del diálogo fue improvisado por los actores. Film de un naturalismo desgarrador, aquí no hay una heroína que desafía el status quo, es una joven común que por su condición de mujer es un ser inferior, que por la desesperación de la familia se hace pasar por quien no es, en claro paralelismo con lo que sufrieron los judíos durante el régimen nazi, recordándome en muchos aspectos al film de la polaca Agnieszka Holland con la cinta “Europa, Europa” (1990), donde un joven judío para sobrevivir se hace pasar un ario epítome de la Juventudes Hitlerianas, donde además se exponía el vil adoctrinamiento mental, como hacen los talibanes con los jóvenes en las madrasas. Ello en un desarrollo increscente en su intenso dramatismo, evolucionando de modo fluido, identificándonos con el sufrimiento y miedos de esta chica empujada por un mundo que la atemoriza, ello reflejado con poderío emocional en el rostro de la sensacional protagonista Marina Golbahari, que se ve sumergida en un pozo (incluso físico) que cada vez se cierra más y más sobre ella, una espiral que la engulle en medio humillaciones, donde la esperanza no parece estar presente, no hay Arco Iris (que menciona en un cuenta la abuela de ‘Osama’). El director además imprime un turbador sello lírico en momentos que se te clavan en el alma, como ese mechón de cabello plantado en una maceta, ‘Osama’ saltando la comba, o ese terrorífico momento en que a ‘Osama’ le dan a elegir el candado para su condena. Tuvo presupuesto de aproximadamente $ 46,000 US $. La película fue un éxito de taquilla, recaudando $ 3,888,902 en todo el mundo con un pequeño presupuesto de $ 46,000.

Se inicia con una declaración de intenciones, vemos a decenas de mujeres con burkas por la calle, manifestándose pidiendo las dejen trabajar, con carteles que ponen, "No somos políticos, tenemos hambre", y gritando, ‘Queremos trabajar! Tenemos hambre! Somos viudas!’. Entonces llegan los talibanes y las atacan con cañones de agua, golpizas e incluso disparos, haciendo terminar la protesta. No hay hálito de esperanza para ellas, tienen la maldición de ser mujer en Afganistán con los talibanes en el poder. Un régimen violento, vejador, sádicos, abusadores, machista, fanáticos religiosos, esto y el director esto lo exhibe con una tensión latente siempre en la cotidianidad de la calle, el temor reina de modo sofocante, en sus callejuelas, en la madrasa, yendo en bici enseñando pies de modo libidinoso (¿?), incluso en celebraciones, una persecución cruenta contra ellas.

Barmak muestra gradualmente el modo en que ‘Osama’ va cayendo en esta sima de terror, lo hace sin sentimentalismos baratos, sin lugar para lugares cómodos, sin concesiones artificioso-forzadas, con ojo sutil nos muestra su horror ante lo que le acontece, sobre lo que no tiene control, arrastrada hacia el abismo. El director incluso en medio de este erial inhumano saca algunas dosis de ternura (la abuela contando fábulas a su nieta; ese niño que se preocupa por proteger a ‘Osama’) y hasta humor (la celebración de boda que es ‘invadida’ por talibanes contrarios a la fiesta, y las mujeres preparadas ante la situación, les dan un zasca a estos yihadistas; O como los niños son aleccionados por un mulá de cómo deben lavarse los genitales tras una noche húmeda).

Estoy de acuerdo con Edgar en lo expuesto en su crítica. Creo que es una película que te toca la fibra ya que es un tema escabroso y de actualidad y por eso, si la recomiendas ver, es con una intención de sensibilizar y no porque sea una gran película. Creo que se puede hacer muy pesada porque el ritmo es demasiado lento, ya que se recrea en algunas escenas en exceso y que lo que hace "creibles" los personajes es que está protagonizada por gente del lugar y no por sus interpretaciones, bastante pobres y sobreactuadas. Creo que es una película algo sobrevalorada y parece que sepa mal decirlo por la temática tan dura que toca. Además, yo cometí el error de ver la versión doblada que pasó la dos hará unas semanas y el doblaje es absolutamente patético. Le ponen voz de adulto a niños de 10 años, van a destiempo los actores y sus dobladores y en algunos fragmentos incluso se pueden oir los dos idiomas. Si se doblan tantos bodrios, se podría poner algo más de interés en films como este, que aunque no sea una gran película, en calidad de documental resulta interesante.