Daredevil (Serie de TV)

Después de terminar las tres temporadas de ``Daredevil´´, y a falta de verme un par más para acabar el universo Marvel de Netflix sólo tengo que decir que sin ninguna duda, en cualquier aspecto, es la mejor serie de todas estas.
Hay que destacar demasiadas cosas de esta serie, pero lo primero son las escenas de acción que están a otro nivel, la interpretación de Charlie Cox y el esfuerzo que se ve a la hora de recrear a uno de los héroes más icónicos de todo Marvel.
Una tercera temporada a otro nivel, superior que las dos primeras, mucho más dinámica y con un elenco de personajes a cada cual más interesante que el anterior.

Los principales elementos que definen la serie se puede ver casi desde los primeros planos de la misma: una fotografía naturalista, alejada de estridencias, un marcado tono dramático y realista empezando por el accidente que dotaría a Matt Murdock de sus poderes y un ambiente eminente urbano como hábitat clave del show. La serie apuesta muy pronto por mostrar las circunstancias que definen al personaje principal: su catolicismo expresado en forma de dudas sobre lo que hace y un permanente sentimiento de culpa. El contraste que supone que el que el brillante abogado “diurno” Matt Murdock, se torne en el justiciero autonombrándose juez y jurado de noche. La innegable influencia de su padre tanto en la idea de siempre levantarse sea cual sea el golpe recibido, como en el hecho de que Matt cree estar siempre decepcionándole debido a que su padre nunca quiso una vida de violencia para él, camino que sin embargo Matt ve como único posible para proteger su amada Hell's Kitchen. Todas las contradicciones que hacen tan especial al personaje en el cómic captadas a la perfección en la televisión en apenas un par de episodios.

Así la cuidada caracterización tanto de Matt como del resto de personajes sera una de las principales cualidades de la serie. Cada uno estará construido con un trasfondo y un cuidado tal que en ningún caso estaremos ante estereotipos o personajes de cartón piedra. Foggy Nelson como mejor amigo de Matt sera (al igual que en los cómics) su referente moral y ancla que tratara de impedir que vaya demasiado lejos. Papel similar que el que gozara Ben Urich, baluarte de un modo de hacer periodismo que ya no se estila, con Karen Page, tal vez uno de los personajes más cambiados con respecto a su origen en papel pero cuyo relevancia como catalizador de la trama y su crecimiento durante la serie serán especialmente significativos. Otro ejemplo es el de Wilson Fisk, cuya complejidad y matices la serie consigue trasmitir casi desde el principio. Una autentica bestia inmoral encerrada en el cuerpo de un gigante, que se cree con derecho a elegir el destino de los demás aunque para ello tenga que matarlos y que tendrá como principal punto débil su amada Vanessa, relación que la serie construye con mimo siendo uno de sus principales aciertos. Destaca también la figura de James Wesley confidente, amigo y representante de los intereses de Fisk, sus buenos modales ocultaran también a un monstruo dispuesto a lo que sea para satisfacer las necesidades de su jefe.

Más allá de los personajes, toda la serie esta construida en torno a la lucha de poder que sostienen dos hombres: Wilson Fisk y Mat Murdock, una lucha que se presenta en múltiples frentes y en la que ninguno de los dos es conocido aún por sus alias (Kingpin y Daredevil). Lo que subyace es la lucha entre un mal que cree sin embargo estar haciendo el bien, aunque para ello haya de pagarse un elevado precio en forma de vidas humanas y un bien que empieza a dudar de sus actos y que llega a creer que siguiendo el camino fácil (el camino de su enemigo), podrá encontrar la victoria. Una lucha de poder compleja y peligrosas que tiene el alma de Hell's Kitchen como premio. Y precisamente el escenario y la ambientación son otros de los puntos fuertes de la serie. Los callejones oscuros y angostos, los bares decrépitos pero con encanto, los edificios antiguos pero llenos de vida, serán el escenario en los que mueva la acción. Todo esto contrastara con el lujoso palacio de cristal en el que vive Fisk, palacio desde el que pretende cambiar no solo formalmente si no es su misma esencia Hell's Kitchen, convirtiéndola en un reflejo de su retorcido modo de ver la vida.

La serie siguiendo el patrón ya visto en Arrow (pero resuelto aquí con mucha más elegancia) se estructura en torno a flashbacks que narran aspectos del pasado de los personajes ayudando a entender y dar profundidad a su situación actual. Son flashbacks que siempre guardan relación con el episodio en curso destacando especialmente los que se centran en el pasado de Fisk, en la figura de Stick (magníficamente caracterizado también) o en la relación entre Foggy y Matt. Por otro lado su marcado tono oscuro, casi siniestro y la enorme violencia que se palpa casi en cada plano, hacen de Daredevil, como no podía ser de otra manera, una serie muy física, difícil de imaginar en un canal convencional con las restricciones que ello implicaría. Todo esto se plasma especialmente en un combates coreografiados de forma cruda pero con elegancia, donde Matt recurre tanto a las artes marciales como al boxeo y donde los golpes y las heridas tiene consecuencia reales.

Plagada de guiños y referencias al cómic en la serie vemos desfilar anticipos de lo que será La Mano, a Turk el “entrañable” matón creador por Frank Miller o al Aplastador Creel (como boxeador rival del ultimo combate de Jack “Batallador” Murdock, el padre de Matt) que enlaza la serie con Agents of S.H.I.E.L.D, donde Creel aparece ya siendo El hombre absorbente. Con resoluciones formales realmente brillantes (el plano secuencia que cierra el segundo episodio, por ejemplo) si de algo peca Daredevil tal vez sea de una cierta precipitación en el cierre que hace que todo se resuelva demasiado rápido teniendo en cuenta la complejidad de la trama que se estaba construyendo. Con todo tras su estreno la serie supo estar a la altura de las enormes expectativas creadas y ya tiene garantizada una segunda temporada que promete tanto o más que este excelente primer asalto del hombre sin miedo en la pequeña pantalla.

Una grata sorpresa con esta serie de Netflix.
Todos sabemos que son muchos los casos de héroes que pasan del cómic a la pantalla de forma desastrosa y en este caso teníamos el precedente su versión Afleckada (si destroza a Batman ya es para ahorcarlo).

Pero han hecho lo que Nolan hizo por un destrozado Batman. Darle un mundo creíble, un tono adulto dejando lo infantil o adolescente a otro lado y unos argumentos interesantes.
El mundo creíble es que no hay gente lanzando rayos por su esfínter o peleas tipo "La casa de las dagas voladoras". En este mundo el protagonista va a recibir hasta en el carnet de la biblioteca en unas coreografías rápidas y bien hechas.
El tono adulto es que se verá sangre, se usará lenguaje apropiado a un barrio como la cocina del infierno y pese a poder sacarte una sonrisa no será de nerviosismo porque estés viendo un sucedáneo de "Crepúsculo".
Los argumentos la mejor forma de definir los es que no parece que sea un producto Marvel. La serie si el protagonista no viviera en el universo Marvel tendría interés por si solo.

Y finalmente no se puede dejar de lado el casting. Todos encajan a la perfección pero por encima de todos está Kingpin (en la serie Wilson Fisk). Por estética y por carácter es seguramente la mejor representación de un personaje Marvel en la pantalla.
Una primera temporada ágil, entretenida y que promete mucho si siguen esta línea marcada con mucho acierto. Personajes como Elektra, Bullseye, María Tifoidea o "The hand" son esperados con ansia por los que disfrutan del cómic y disfrutarán la serie.

En coproducción con una de las productoras de moda como es Netflix (orange is the new black, House of cards, Narcos etc) Han creado a mi entender, la mejor serie de superhéroes de la historia de la tv. Los personajes tienen una carga psicológica nunca antes desarrollada por Marvel. Lejos quedan las ridiculeces de Ironman o Capitán América. La serie es tan negra, tan profunda, que por momentos recuerda al Caballero oscuro de Nolan. Película a la que rinde homenaje en algunas escenas, como también al Spiderman de Raimi.
La serie es durísima, a cada capítulo van introduciendo un personaje más fascinante. Ésta no es una serie para toda la familia, no nos presenta el mundo chipiriflaútico de Agents of shield, sino un mundo despiadado con los débiles, nos muy lejano al mundo real.
Charlie Cox está de fábula, un actor que no conocía y me ha encantado. Muy bien acompañado en el reparto. La primera temporada es redonda, en su inicio desarrollo y final. Veremos que nos depara la segunda temporada con la incorporación de Jon Bernthal como The punisher.

Es lo mejor que he visto de Marvel hasta ahora.
Mientras que las películas que se han estrenado en el cine de la factoría no me han parecido especialmente inspiradas (solo Capitán America 2 me parece destacable), el paso a Netflix le ha sentado de maravilla.
Aunque es una historia con superhéroe, la serie casi se podría enmarcar en el género negro donde el protagonista en lugar de sobrero y gabardina lleva una máscara. De su mano conocemos los bajos fondos de Hell´s Kitchen y como ha llegado ha convertirse en un justiciero nocturno con su ceguera.
Los capítulos están perfectamente construidos, contando una pequeña historia pero a su vez haciendo avanzar la trama general y, de paso, ir describiendo a unos personajes carismáticos, tanto de uno como de otro bando.
Pero si algo me sorprendió fue la realización de algunos capítulos. Tiene unas cuantas escenas de quitarse el sombrero y que se quedan en la memoria más que cualquier película de sus hermanos mayores.
Un muy buen entretenimiento.

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