Los ilusionistas 2

Veo "Ahora me ves 2", la película que, siendo una secuela del éxito estival del 2013 y, dirigida por Jon Chu vuelve a reunir a los "cuatro jinetes", un año después, en un nuevo acto de ilusión y nuevos trucos. Acompañada de una voz en off y unos tramposos títulos de crédito que me cuentan lo sucedido en el film anterior, asisto a un festival de ambientaciones fabulosas (me apabulla la cultura de Macao y los planos aéreos de Londres), vertiginosos movimientos de cámara, efectos visuales espectaculares y mucho ruido, mientras veo a estos modernos Robins Hood, capitanear un nuevo número de magia a escala mundial. Ante tanta acción ¿qué me importa a mí el pésimo guión (son contratados para robar un dispositivo capaz de acceder a todas las computadoras y aparatos tecnológicos del mundo), la ridícula figura del hermano de Woody Harrelson, el papel cómico y superficial que desempeña Lizzy Caplan o las escenas que no aportan nada como el cacheo al entrar en la cámara de seguridad o la inútil persecución con las motos?. Es cierto que la virtud, la ilusión y el impacto de la primera cinta han desaparecido, pero este elegante pasatiempo me ha permitido pasar un rato muy entretenido. De 4.

La nueva entrega de “Ahora me ves” es de las películas que hacen verdad el dicho “que nunca segundas partes fueron buenas” y esta no lo es.

Han tratado de repetir todo lo que dio resultado en la primera entrega pero sin éxito, lo único que funciona es la banda sonora y la cámara siguiendo las grandes escenas en las ciudades donde transcurre, pero el resto es un fracaso.

El guion carece de credibilidad, lo bueno de la primera parte era que los trucos de magia aunque exagerados podían ser verdad, con una puesta en escena emocionante y una historia que intrigaba hasta el final. Pero la segunda parte parece un comic, carente de buenos ilusionismos y con un desenlace tosco basado en un truco que no es de magia precisamente y que carece de emoción.

Se echa en falta a Isla Fisher y su relación con Jesse Eisenberg , sobran los nuevos fichajes porque sus papeles son simplones, los malos son de dibujo animado, más cerca del pingüino de Badman que de alguien real. Ha pasado a ser una historia de tebeo. Y encima estropean la primera parte con alusiones que cambian la historia original y que no son convincentes.

Para terminar de rematarlo si la química entre Lizzy Caplan y Dave Franco es inexistente, Jesse Eisenberg y Mark Ruffalo directamente es que se caen mal o por lo menos lo parece.

“Ahora me ves 2” termina por enterrar a su predecesora, que por instantes, logró muy buenos trucos. Aquí, ya todo se vuelve insoportablemente forzado, no hay novedad sólo confusión y caos entre unos magos desganados porque se saben piezas inútiles en el engranaje de un guión pobremente elaborado.

El hombre no sólo vive de cine de arte y ensayo iraní. A veces, el cuerpo te pide marcha y quiere ver puro cine de entretenimiento. Y eso es lo que es "Ahora mes ves 2", un perfecto producto de entretenimiento. La hora y media de película pasa volando, hasta el punto de que te quedas con ganas de ver más números de magia. Tiene un ritmo trepidante y las actuaciones son espléndidas: siempre es un placer contemplar el talento de actorazos como Mark Ruffalo, Morgan Freeman o Michael Cain. El reparto está tan bien elegido y los actores son tan buenos, que casi ni se nota el histrionismo de un Daniel Radcliffe pasado de vueltas (al parecer, Harry Poter se ha pasado con los polvos mágicos).

Guión excelente, sin fisuras y con las trampas lógicas y necesarias que toda película basada en el ilusionismo ha de tener.

Es cierto que es una de esas películas que no dejarán huella, pero te hará pasar un buen rato, que al fin y al cabo es de lo que se trata.

..porque como te dé por utilizarlo y pensar en todo lo que está pasando en pantalla, una mueca de asco e incredulidad te acompañará toda la película.
Una cosa es hacer uso de la suspensión de la realidad que a veces nos piden las películas (virus zombies, superhéroes, tornados de tiburones, Mario Casas intentando vocalizar..), y otra muy distinta es tomarnos por subnormales profundos.
La película es una sucesión de situaciones ridículas e inverosímiles, una tras otra, fatal explicadas y torpemente ejecutadas, sustentadas única y exclusivamente por un elenco actoral con carisma, pero insuficiente para sostener tamaño despropósito a todos los niveles. Un aplauso especial para:
-La peluca estrafalaria de Woody Harrelson, y su sobreactuación extrema.
-La inutilidad absoluta de todas las fuerzas policiales, incapaces de arrestar a ¡trileros! ultra-buscadísimos por la ley, que se tiran media hora haciendo representaciones en las calles (no, no, ANUNCIADAS DE ANTEMANO), rodeados de público, subiéndolo a internet.
-El público (de todo el planeta, ahí es nada) teniendo orgasmos y adorando a este grupo de delincuentes buscados. Claro que sí.
-Los giros más absurdos y tramposos de guión que he visto en mi vida (el guionista ha troleado a gusto).
-Gran parte de la acción se desarrolla en....¡¡¡China!!! (no olvidemos que ahora mismo es el mercado más importante, donde más recaudan los blockbusters americanos), metidísima con calzador para ganar pasta internacionalmente. No os perdáis cómo llegan al país del arroz tres delicias, es FLI-PAN-TE (por flipante quiero decir DEMIGRANTE).
-Por último, un aplauso al final más tramposo y engañabobos de todo el año.
El mejor truco de la película no lo han hecho los magos, sino los productores al quedarse con nuestra pasta del cine.
Bravo.