Show Me a Hero (Miniserie de TV)

Estupenda mini serie, como casi siempre en los temas que trata la cadena HBO, centrada en la sociedad norteamericana, poniendo en su sitio esta vez, un pasado reciente, político y racial, que sucedió en la década de los noventa. Gran interpretación de Oscar Isaac, para otra serie que remueve los cimientos, da que pensar y nos muestra que las sociedades en las que vivimos son mucho más problemáticas y hay muchos temas por resolver hoy en día. Una de las mejores series del año, junto con The jinx, Narcos y pocas más. Paul Haggis y David Simon de la mano, para entregar otra de sus muestras de talento y golpear contra la pared de los desheredados y la exclusión social, la mentira, la corrupción y los intereses de unos cuantos al mando del poder, de cualquier país.

-La acción se desarrolla en la población de Yonkers (Nueva York) y la protagoniza el actor Oscar Isaac en el papel de concejal y alcalde de este humilde municipio a finales de los ´80. Basada en un libro de la periodista del The New York Times, Lisa Belkin, muestra los problemas raciales de la época y las bajezas de la política municipal.

-Sobre un gran guión y el buen hacer de la HBO, el creador de The Wire, presenta una serie autoconclusiva de una temporada no apta para todos los tipos de públicos: tiene que gustarte la temática de la política y el ritmo pausado de la trama. Pero es un gran trabajo de buena calidad.

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¿Puede un político ser considerado como un héroe? ¿Hay mandatarios públicos comprometidos que miran más allá de su propio interés? Sí, sin duda. El problema es que no abundan. Si miramos las noticias, la altura política que observamos, tanto a nivel nacional como internacional, es para llevarse las manos a la cabeza.

Show me a hero (HBO) es un relato político con trasfondo social. Por un lado, desmembrana el mundo de la política mostrando todas las caras de la misma. Las convicciones, la importancia del electorado siempre que hay elecciones, las negociaciones a la hora de pactar, las lealtades y traiciones. Todo, aunque sea a nivel local, aparece retratado a la perfección en esta miniserie.

La sociedad norteamericana de finales de los ochenta es la protagonista. Un país, que vivía los últimos años de la administración Reagan y los primeros años del mandato de George Bush. Una sociedad cambiante, con la constante lucha en cuanto a derechos se refiere, que siempre ha caracterizado al país, sirve de motor para esta apasionante historia. Apasionante, como cualquier obra de David Simon.

En Show me a hero encontramos los mejores ingredientes de Simon. Recuerda a la tercera temporada de The Wire, con sus luchas de poder y liderazgo social. También tiene mucho de The Corner, con esas barriadas marginales y trágicas. Hay que resaltar que Simon, antes de convertirse en guionista y productor estrella de la televisión, fue periodista en Baltimore durante trece años en la sección de sucesos, por lo que es un gran conocedor de las zonas más humildes de las grandes ciudades, algo que sin duda plasma perfectamente en sus obras televisivas.

En esta miniserie vuelve a rodearse de un casting magnífico en el que sobresale Oscar Isaac. Un intérprete que, con una mirada, transmite las emociones que la situación requiere en cada momento, dotando a su personaje, el de Nick Wasickso de una humanidad arrolladora. Sus alegrías, sus preocupaciones, temores y frustraciones, todo un torrente de emociones que el actor guatemalteco plasma a la perfección.

Y como no, Simon elige una galería de personajes secundarios con suficiente fuerza y profundidad que en muchos casos dejan al espectador con ganas de más. Alfred Molina, Winona Ryder, Jim Belushi, Bob Balaban o Catherine Keener son los nombres más conocidos pero sin olvidar a Natalie Paul o LaTanya Richardson, sobresalientes en sus trabajos. La mayoría de estos intérpretes son parte de subtramas interesantes de por sí, que van confluyendo en la historia principal. Historias reales de gente humilde, luchadora que intenta salir adelante con lo que tienen sin abandonar sus sueños.

La banda sonora, tratándose de gente corriente, corre de la mano de Bruce Springsteen y la E-Street Band. No podía ser de otra manera, la áspera voz del Boss rodeado de esa legendaria banda, ponen el broche perfecto a una miniserie de mucha calidad. Con un emocionante final que deja al espectador reflexionando, Show me a hero es uno de esos productos televisivos poco reconocidos pero altamente recomendables. Una vez más, gracias David Simon.

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A medio camino entre 'El político' de Robert Rossen, y 'Serpico' de Sidney Lumet, Oscar Issac realiza la interpretación de su vida. Y no es gratuita la mención a esas dos películas, cuyos protagonistas resultan, de facto, dos caracteres tan opuestos, para hablar de la actuación de Issac en 'Show Me a Hero'. Hay ambigüedad y multidimensionalidad en Wasicsko desde el primer episodio de los seis que componen la miniserie, haciendo de él, una inmejorable versión de la auténtica personalidad que vio su trágico final en el 93, y a su alter ego, una reencarnación de Al Pacino en sus mejores años.

No existen héroes, solo humanos imperfectos, tan generosos como ambiciosos, y tan nobles como egoístas.

''David Simon que estas en los cielos,
galardonado sea tu nombre,
hágase tu voluntad,
así en el Netflix como en el Torrent..

Me entran ganas de rezar algo asi tras ver Show me a Hero. Una serie de la que más vale no leer la sinopsis: drama, política, racismo, casas de protección oficial. ¿Qué pereza no?

Pues llega de nuevo David Simon a darnos una buena torta a nuestro esquema mental de clase media alta blanca. Vuelve el Simon que nos obliga a cruzar el barrio, nos toma de la mano tranquilamente y nos ayuda a hacer un ejercicio de empatía que debería ser obligado ver en escuelas. “Yo no soy racista pero…” Déjense de asignaturas de ética y denle horas de Simons.

La paradoja es que para muchos David Simon puede ser un somnífero. En este caso narrando la historia real de Nick Wasicsko, diputado y alcalde en Yonkers (Nueva York). El resumen es simple: un juez obliga al ayuntamiento a construir casas de protección oficial en un barrio acomodado, y sus vecinos se oponen. El dilema estaba servido. Y no me pregunten cómo, porque solo le pertenece a él saberlo, pero Simon narra con calma y dulzura y a su vez con tensión ese complejo proceso de toma de decisiones, personales y colectivas. Dando espacio y tiempo a la historia personal, sí, pero también a la mediación, al acercamiento, al reconocimiento del otro. “Los otros y nosotros” titulaba Aramburu. Pues llega Simon a contrarrestar este mecanismo de defensa, ese odio «al otro«, que tanto une. Y lo hace reconociendo al otro. Porque conocernos nos conocemos, pero cuesta reconocernos.

Y ojo, no sólo trata de reconocer al débil, a la madre salvadoreña que abandona su ciudad, al «nigga«’ de la esquina. También se trata de reconocer al diputado que se ve entre la espada y la pared, incluso al político honesto y con algo de cordura y humildad. Y es de agradecer este baño de realismo si todavía tienes rondado en la cabeza la arrogancia y el laberinto de House of Cards (otra serie ''política'' que estoy viendo en paralelo)


Lo que abruma de Simon es, como siempre, su capacidad para moverse entre contradicciones. Para hacer que nada parezca épico pero sí para hacerlo sentir. Le ayuda en esta obra de arte un actor con un magnetismo especial: Oscar Isaac borda su interpretación -que ya ha sido comparada con las primeras de Al Pacino-. Y para ser justos debemos mencionar también a Paul Haggis, codirector de la serie. En fin, menudos dos monstruos se fueron a juntar.


En Show me a Hero de paso se rinde homenaje al rock de los 80’, haciendo sonar a Bruce Springsteen varias veces; pero tampoco se le pasa por alto a la gente de HBO que entre los edificios del ghetto debe sonar el Kingdom rise and Kingdom fall de los Wailing Souls. Me quito el sombrero. Y me alegro de este combinado musical porque en Treme el señor Simon me dejó con sobredosis de Blues y Funk -me desvelaban esos conciertos, señor Simon!… Dios no es perfecto, vaya.


Por cierto, alguno se habrá preguntado por el título de Show me a Hero. Es un pequeño misterio que se resuelve durante un capítulo: «Muéstrame un héroe y te escribiré una tragedia» dijo F. Scott Fitzgerald, escritor americano de principios de siglo (confieso que no he leído nada suyo).

En fin, ya le digo al tal Fitzgerald que tengo mi héroe –es el señor Simon si, lo han adivinado-. Y entonces, si tenemos héroe, ¿dónde esta la tragedia? La tragedia es que Show me a Hero no esté colapsando la audiencia. Que lo haga GH Vip y Sálvame, esa es la tragedia.


Así que ténganlo en cuenta: Show me a Hero requiere algún que otro esfuerzo de concentración inicial, es compleja. Y pide tiempo. Pero siéntense en el sofá como un niño de 5 años y medio, con curiosidad, y disfruten. Y no se engañen cuando vean que está catalogada como “miniserie”: es una GRAN serie.


Gracias David Simon que estas en los cielos…
Y, sinó eres Dios, al menos que sepas que eres nuestro héroe.