Mulán

Que las live-action son un error y no hacen sino estropear a los grandes clásicos en su mayoría es un hecho.

Que unas son mejores que otras, por supuesto.
Me ha gustado Dumbo y Cenicienta no están mal, pero no son dignas de los grandes clásicos de animación.

No logran producir películas a escala real que se aproximen a las de animación. Esta es el mejor ejemplo.
Mulán es una Mary Sue con mucha fuerza interior, que se suelta el pelo y vuela por los tejados, mata a todos sus adversarios, siempre tiene razón y tiene una cara de úlcera que no se puede ni narrar.

No es la Mulán que se corta el pelo y con su pequeño consejero-dragón Mushu va a la guerra y demuestra que los méritos no son una cuestión de género sino de fuerza interior y coraje.
Aquí no hay nada de esto. Hay buenos actores como Jet Li y Gong Li, desperdiciados en roles cliché.
El maestro, la bruja, el emperador bobo....ni una sonrisa nos arranca este live-action que está basado en la tercera mejor película jamás hecha por Walt Disney.
Carente de una banda sonora potente como su original, sin Shang, sin el grillo, todo por lo que brilla la película de animación aquí también brilla, pero por su ausencia.
Han cogido a una actriz anodina como Liu Yifei y la han elevado al podium de superheroína sin más mérito del que todo sucede por que sí, sin cuestionar nada más.
Sin romance, sin comedia, sin buena acción más que CGI por todas partes, sin vida...así es esta película.
Me quedo con los clásicos, finjamos que los live-actions no existen, por favor.

Después de un año viendo el trailer en las pantallas de los cines, los expositores y los carteles, MULÁN, la película en la que confiaban las salas para remontar un año que ya se vislumbraba flojo antes de la pandemia, Disney decidió relegar el estreno a su plataforma de streaming en lo que se considera un engaño mayúsculo al esperar su estreno “Solo en Cines” como presumía esa publicidad. Llegado el 4 de septiembre se consuma la traicion y la casa del ratón quema una de sus, a priori, grandes bazas del año. Analizándolo tiene sentido: la película es muy mala y no gustará ni a propios ni a extraños.
El ya clásico de dibujos animados era otra cosa. No tenía unos dibujos vistosos pero tenía un guión y unos personajes divertidos con una banda sonora espectacular. Su paso a live action se puede resumir, siendo amable, en un fiasco. Quizás un visionado en pantalla grande hubiese tenido otra dimensión pero verla en una pantalla casera, por grande que esta sea, la hace perder espectáculo y magia.
Los tiempos han cambiado y los que manejan la industria, también. Puede que sepan de negocios, no lo parece, pero no tienen ni idea de lo que es el CINE. Quieren acabar con él y que no salgamos de casa. Espero que no lo consigan.
Ahora sabemos porqué no la han estrenado en Salas...es muy mala.

Es inevitable comenzar a ver la película recordando aquella del 98, han pasado 22 años, curiosamente 22, que viene a ser, en euros, lo que Disney+ propone que paguemos para ver esta película que no está a la altura.

Aquella película animada tenía alma, momentos muy divertidos, una música maravillosa, personajes entrañables. Todo eso es lo que le falta a esta Mulán renovada.

La película torna un tono aburrido y sin esencia a cada minuto que pasa. Confunde su calidad gráfica, pues los colores son muy bonitos, así como los paisajes y escenarios, pero nada mas.

El personaje de Mushu se echa en falta y tal vez hasta la mitad de la película podríamos creer que aparezca por alguna parte, por desgracia no es así. Tampoco esa Mulan patosa y divertida, pues hay un sentimiento feminista tan fuerte en esta película, que desde el primer momento se la presenta como un igual entre sus compañeros, no recorre ese camino desde la inferioridad hasta superar las expectativas en su entrenamiento. No se permite vislumbrar ni un gramo de debilidad de esta mujer.

No es una película infantil, cualquier niño que se anime a ver esta película se aburrirá a los diez minutos. No es una película que recuerde a la Mulan de 1998 con la que tantos disfrutamos. No es una película divertida, entretenida ni apasionante, pues no engancha. Los efectos fantasiosos llegan a ser absurdos. Casi dos horas de película que parece que no acaba, se hace muy larga sin dudar del final, por supuesto.

Tenia muchas ganas de verla ya que la de dibujos animados de Disney es de mis favoritas, pero mi sensación después de verla es que faltan cosas que hacen entrañable la versión de dibujos animados y le han añadido cosas que no la enriquecen en absoluto. En general, se deja ver, es estética, me ha gustado el casting, aunque me faltan la música, personajes, me sobran la bruja y el Fénix y es un poco plana emocionalmente. Continúo en spoilers.

No entiendo tanto odio. Vi la película original en su día de estreno, por lo que también podría considerar que Mulán forma parte de mi infancia. Y lo siento, pero a mí me ha gustado mucho más que la versión de animación. Viendo las críticas de algunas personas parece que hayan visto 47 Ronin en lugar de Mulán, y solo leo a nostálgicos ofendiditos por una visión de la realidad muy distorsionada. Espero que os aproveche la mala sangre que os hacéis. Y espero también que aceptéis que hacerse mayor es sentir nostalgia, pero la nostalgia nunca es buena y solo cuesta disgustos y dinero. PD: Las canciones de Disney están sobrevaloradas, y lo saben hasta en sus oficinas. Dejadles decidir si usar esa fórmula o no.