Bridget Jones: Al borde de la razón

A pesar de estar un escalón por debajo de la primera, resulta una comedia para pasar el rato. El argumento enloquece totalmente y nos lleva por unos vericuetos que rozan el esperpento, sólo aceptable por el tipo de película que es y la buena interpretación del trío principal.

Esperaba llevarme una desilusión con la continuación de las andanzas de la patosa Bridget Jones, pero no ha sido así. Me ha gustado tanto como la primera parte, me he divertido, aunque ya no es la sorpresa de la primera. Renée Zellweger vuelve a estar convincente y perfecta como la protagonista y Colin Firth vuelve a estar tan sexy y maravilloso como en la primera parte. Hay buena química entre estos dos protagonistas. Hug Grant está tan insoportable como en él es habitual y su personaje no me ha gustado, le hubiera dado menos tiempo aún del que tiene. Parece que Jim Broadbent y Gemma Jones tienen menos peso en la historia pero vuelven a estar divertidos y entrañables, y la banda sonora vuelve a estar formada por grandes canciones. Me quedo, al igual que otro usuario, con el "Sorry seems to be the hardest word" de la maravillosa Mary K. Blige. Pienso que a los seguidores del personaje de Jones, esta película les va a dar de nuevo lo que andan buscando, un rato de diversión. Yo lo tuve.

Soy fanatica de Bridget Jones, o eso se podria decir. No se, la verdad que todos sus chistes me hacen muchisima gracia porque me parece una persona buena e inocente, de las que ya no quedan, pura ciencia ficción hoy en dia.

La parte en la estación de esqui es buenisima y la pelicula tiene muchos golpes de humor. Si es verdad, que resulta un poco repetitivo la historia de los amorios, pero es que Bridget es asi... tiene que mantener su mente ocupada con esas cosas!!
La película mantiene la esencia y la tónica de la primera, por lo que la recomendaría para pasar un buen rato

En la segunda entrega de Bridget Jones falta el ingrediente esencial de la primera, esa pizca de acidez e ironía que ahora es sustituida por un acaramelamiento mucho menos interesante y afortunado. Zellweger se sigue entregando con entusiasmo al personaje, pero el resultado es disparatado, y sólo divertido por momentos. El trío amoroso ya no resulta creíble, pues compiten en condiciones desiguales, ya que ella lo tiene claro, a pesar de sus dudas esporádicas. Y se mantiene la aparición de canciones archipopulares de los años 80 y 90, pero con menos fuerza. Siendo sincero, Bridget Jones no es tan interesante como para exprimir más el filón.

El otro día, alguien cercano a mi calificó de «soso» al señor Darcy. Casi le pego. Yo no diría que es soso, sino reservado, introvertido, callado. No me parecen defectos, sino más bien características que creo acertadas si su pareja es la expansiva, extrovertida y habladora Bridget Jones. Sólo un hombre como Mark Darcy puede mantener el tipo cuando su novia hace el ridículo y le pone en ridículo a él; cuando mete la pata hasta el fondo delante de tu círculo social o laboral; cuando queda como una payasa sin neuronas, o como una estúpida rematada. Darcy mantiene la cara de póquer, como si no pasara nada, y sólo cierto brillo audaz se advierte en su mirada o en la inclinación de sus labios. De verdad que durante la primera media hora por lo menos deseaba con todas mis fuerzas que Darcy dejase a la patética de Bridget, porque está peor de lo que estaba, y eso ya es mucho. Lo confirmo: la envidia me corroe.

Vuelve a aparecer el-chico-malo Daniel Cleaver, que a estas alturas no sé a qué tonta pude engañar... ah, sí, a Bridget, claro, quien llegado el momento se pensará muy mucho si caer o no en sus brazos. Lo inconcebible. De hecho, por momentos da la sensación de que está más interesada en pescar un buen marido «abogado de derechos humanos», que en Darcy por sí mismo, cosa que ya sería el colmo de los colmos. Evidentemente, no es así. Por lo demás, la historia sigue siendo simpática aunque menos refinada que la primera, e incluso de dudoso gusto, porque es discutible eso de bromear con el tráfico de drogas y las cárceles tailandesas, así como con las mujeres explotadas, que quedan reducidas a unas alborotadas con ínfulas de pijas que se preocupan más por Madonna que por sus problemas legales.

Si a Bridget le molesta que Darcy doble los calzoncillos antes de acostarse, que me lo deje a mi, que no me inquieta en absoluto. Entretenida.