Sé quién me mató

No vi el trailer de esta película porque creí que no haría falta, que de algún modo, me la fastidiaría, así que, leí las críticas. No sé si esto fue un gran fallo o no.
He de decir, que leyendo las críticas, cual persona masoquista, me dieron más ganas de ver la película por si era tan mala como aquí decían y me hacía perder casi dos horas de mi vida, pero creo que no fue así.

Primero tengo que decir que la película no es para tanto, me explico: ni tan bodrio ni tan genial.
Está bien, se puede ver y es perfecta para una tarde en la que quieras desconectar de todo y no pensar mucho. Sin embargo, creo que ahí está el fallo: Esta película me dio por pensar y me di cuenta de que había varias lagunas y que no sólo era yo quien lo pensaba.
Quizás los guionistas no vieron importante explicar tal y cual cosa, pero yo lo veo necesario. Hay fallos de guion y hay que decirlo.

La actuación de Lindsay Lohan no está tan mal, la he visto muchas veces mejor, pero, para como siempre está, creo que no se le puede pedir mucho más. Lo peor de todo esto es que por su fama pueden venir y, de hecho, vienen, demasiadas críticas malas.

Yo aconsejo verla, no está tan mal, no es una copia de alguna que haya visto, te entretiene un rato y ya está, no da para más, pero he visto cosas peores, pero que muchísimo peores.
De ahí, el título de mi crítica: "Dejemos los extremismos, por favor". Las críticas son demasiado duras y a algunas les falta argumentación. Todos hemos visto películas peores, con que, no hay para tanto.

Curioso: la Lohan amputada, torturada y acechada cual heroína de Argento.

Giros de guión, sorprendentes concesiones al Gore Porn (la cosa linda "Saw" a ratos), ahorrables bailecitos eróticos made in guarrona Lindsay, dobles personalidades, Julia Ormond cumpliendo la papeleta y resultados modestos.

Con una actriz distinta y un guión cambiado hasta podría haber salido algo bastante interesante. Porque la cosa apunta maneras a ratos...

Lo mejor: El polvo con la madre azorada limpiando la cocina.
Lo peor: La Lohan, las canciones pop y el pseudoerotismo de pacotilla del club nocturno.

Estamos ante un film que intenta abarcar desde el cine de suspense-thriller con asesino en serie actual hasta cierto toque Lynchiano basado en las dobles personalidades, el desconcierto o la creación de una atmósfera desasosegante a la cual no puede agarrarse el espectador con facilidad. Esto echará a muchos para atrás y provocará más de un bostezo pero para quien esto suscribe es lo más interesante. Lo peor sin duda es que no deje de lado su punto más evidente o comercial en su tramo final al que sólo llegan los más atrevidos o persistentes. Es decir que intentando cubrir mucho espectro ha nacido un bebé del tal Chris Sivertson que tiene todas las de dejar a medio gas o directamente decepcionados a ambos lados. Hay además cierto recreamiento innecesario en el, por otra parte inevitable reclamo, cuerpo de Lohan en ciertas escenas hechas probablemente para ir dentro del trailer y atraer gente fácilmente. "Sé quién me mató" no es tan horrenda como cabía esperar y se queda a poco de ser un producto al menos decente, le pueden sus formas y su historia, bien cuando es desconcertante, mal cuando se pone seria.

Ayer ví esta película en compañía de mi hermana. No sé si es porque la alergia al polen me ataca o porque tenía sueño, pero el caso es que me sentí ridículo viendo este film.

Lindsay Lohan está bastante decente en su papel. Creo que, incluso, convence en su rol de sufrida chica adolescente que ve que su mundo se desmorona. Pero poco más. Es una de esas películas que debes seguir desde un comienzo sin perder el hilo. Un rompecabezas que, para mas inri, queda parcialmente inacabado al terminar el metraje.

En fín, película de un solo visionado. No más.

5/10. (Un cinco por Lohan, y ya le doy mucho).

A más ver...

H

Experimento de terror teen totalmente bizarro. La búsqueda desesperada de originalidad desembocó en este poco creíble thriller que peca de absurdo en demasiadas ocasiones y con un guión que se convierte en un pantano de incoherencias del que el guionista apenas logró salir a fuerza de tópicos archi conocidos en el cine de suspenso.

Las escenas de terror/truculencia están bastante logradas (dentro de todo), pero si vemos la película en su conjunto no llega a convencer por ningún lado. Todo el tiempo se tiene la sensación de que falta algo, de que hay cabos sueltos que nunca se llegan a atar... de que se está intentando armar un rompecabezas al que le faltan la mitad de las piezas. El juego policíaco que se plantea al comienzo queda totalmente inconcluso al final.

Todo se resuelve de una manera rápida e improvisada, como si el guionista quisiera salir del embrollo en el que él mismo se ha metido para terminar con todo de una vez.

Lo mejor: Tal vez sea la oportunidad de ver a la bonita de Lindsay Lohan haciendo un papel bastante diferente al de la chica graciosa e inocente al que nos tiene acostumbrados en azucaradas comedias adolescentes.

Lo peor: Todo lo demás.