La última noche del Titanic

Corre el año 1912, un majestuoso transatlántico que se suponía insumergible, choca contra un gran iceberg y en poco más de 2 horas se hunde con buena parte del pasaje y tripulación.
La última noche del Titanic es un buen clásico añejo en blanco y negro con todo el sabor del cine Inglés de la década de los 50, que se supone que refleja y recrea con toda fidelidad, el inmenso drama vivido en aquella fatídica noche del mes de abril, por las personas que tuvieron la desgracia de embarcarse en aquélla travesía inaugural.
La película contiene penosas secuencias dramáticas personalizadas de diferentes personas del pasaje, con todas sus ansias y inquietudes. Está muy bien dirigida, tiene un guión coherente y cuenta con una sobria interpretación y creíbles escenas de pánico. También los efectos especiales están muy logrados, sí tenemos en cuenta la fecha del rodaje.
Conclusión: Merece la pena verla, pero puede entristecernos el presenciar aquel naufragio histórico.

Pocas películas británicas consiguen el resultado artístico de ésta. El cine inglés cojea excesivamente a causa de guiones rígidos, cargados de tópicos, cuando no de chauvinismo o de falta de imaginación. No es el caso de "La última noche del Titanic" , magníficamente escrita y sin duda la única versión del naufragio completamente lograda. Está exenta de sensacionalismo, como en el film de Cameron; o de melodramatismo gratuito, del tipo de "El hundimiento del Titanic", de Jean Negulesco. La realización de Roy Baker se centra en el desastre, que aparece determinado por una mezcla de negligencias (el telegrafista que rechaza la información sobre el iceberg, la falta de botes) y de mala suerte (el barco California, a la vista del Titanic y sin enterarse de su drama).
El ritmo es perfecto, con un "in crescendo" que nos va trasladando gradualmente desde la escasa importancia que dan en principio los pasajeros al accidente hasta la progresiva desesperación que se apodera de ellos cuando comprenden que pueden perder la vida. El argumento, además, no se limita a documentar un hecho histórico, sino que utiliza unos personajes de distintas clases sociales para evidenciar los privilegios de que gozan los ricos frente a los pobres hasta a la hora de subir a los botes de salvamento. También testimonia las diferentes actitudes humanas ante el peligro y el miedo, desde el tripulante o pasajero fieramente egoístas a aquellos que se solidarizan, ayudan e incluso se sacrifican.
En suma: el naufragio podría simbolizar en este magnífico film, con buenos efectos especiales, a una sociedad que pasa en pocos minutos de la hipocresía de la seguridad al terror de la supervivencia.

El Titanic, el transatlántico más grande y lujoso de la época, se prepara para zarpar. El mundo entero está pendiente de su travesía. Al gigantesco barco se le considera "insumergible"; por desgracia, algo sale mal.

Basada en la novela de Walter Lord "A Night to Remember", reconstrucción de la tragedia basada en numerosos testimonios de supervivientes, la película de Roy Ward Baker resulta sobria, minuciosa, realista, ajustada a los hechos, logrando conmover sin hacer concesiones al sentimentalismo ni al mero espectáculo. Ha envejecido muy bien. Con protagonismo colectivo, repasa las últimas horas del buque en un tono casi documental.

No sabría decir si es superior al film de James Cameron, lo que me queda claro es que aquí el Titanic constituye el centro absoluto de atención, no existen historias de amor que nos distraigan. Además, aborda la cuestión del SS Californian, el barco que más cerca se hallaba en el momento del choque con el iceberg y que no respondió a ninguna de las llamadas de auxilio. Se calcula que de haber acudido al rescate el número de víctimas se habría reducido a unas decenas.

Es de valorar el resultado contando con los medios al alcance que tiene la producción, se nota la mano de un artesano de la Hammer como Roy Ward Baker, el guión avanza de una forma espectacular con unas pocas presentaciones y nos "sumerge" en la última noche de forma vertiginosa. La adaptación procura ser lo más fiel posible a lo ocurrido, pero en ocasiones se nota que no sólo las buenas maneras de su director y del elenco de actores pueden salvar la ajustada producción. De las películas realizadas sobre el Titanic quizás sea la más digna de ellas.

Para mí esta película de 1958 "La ültima noche del Titanic", es la mejor sin duda. Es directa, sin reservas al romanticismo simplón, es una auténtica demostración visual del drama humano que se debió vivir aquella noche del 14 de Abril de 1.912. Fué un simbolo del poderío naval, de la demostración de fuerza y de la falta de conocimientos de la mas elemental ley del mar. La codicia por ser los mejores , los más rápidos sin pensar que el mar es más poderoso que cualquier gran imperio. Simplemente magnífico film.