Los siete magníficos

Remake de remake, estos siete magníficos encuentran ocasional chispa en Denzel Washington pero el libreto que firman Richard Wenk y Nic Pizzolatto optan por una extraña versión de Grupo Salvaje llena de violencia de película de acción de gran presupuesto y redención heroica cuyo momentum nunca llega.

Carne del peor multicine.

Reescritura politizada del western original.
Previsible en su argumento.
Ni el peso de los personajes de Denzel Washington, Chris Pratt,soportan el hundimiento de este proyecto..

Todas las comparaciones son odiosas. Y tratar de establecer alguna con el imperecedero clásico de Sturgues es tan equivocado como gratuito.Que a esa magnífica e icónica película le salieron imitadoras y secuelas de ínfima calidad desde el mismo momento su estreno no es ningún secreto. Y eso mejor que nadie lo sabe el director de esta nueva versión, y por ello se aleja tematicamente de la original.
Y pasa de una sociedad campesina de autosubsistencia mexicana asolada por un caudillo bandido al enfrentamiento colonos-mineria capitalista.(¿Influencia del Jinete Pálido?) Lo que tampoco deja de adecuarse a las fórmulas de lo políticamente correcto.
Es precisamente el arranque de la película lo más interesante y mejor filmado.Aunque enseguida se malogra. El poco atractivo formal no sabe sacar provecho de los contrastes entre los paisajes de las grandes llanuras y la depredación urbana-capitalista. Presenta así un conjunto visual descompensado en que lo gris y oscuro acaba ganando la partida , subrayado por una falta de elegancia en unos planos demasiado atropellados y cortos, una violencia desmesurada, y una banda sonora poco conseguida.
Denzel sigue llenando la pantalla y demuestra estar en envidiable plena forma.Hay apuntes agradecidos e interesantes en la relación entre los personajes,es decir entre los magníficos y con la afligida muchacha que les contrata. Pese a que predomina la superficialidad y esquematismo del guión.
El resto de actores no están a la altura de una película en la que el elemento coral debería tener mayor importancia y representatividad. Gran parte de la culpa la tiene el guión. Aunque actores tan nefastos como Chris Pratt o exagerados como García Rulfo hunden ya casi irremediablemente la ya endeble progresión dramática que sólo funciona por la acumulación de acción en su segunda mitad.
El magnífico asiático es casi un elemento de atrezzo, el comanche viene a ser un trasunto de violento pandillero desubicado. Donofrio interpreta de manera notable al trampero. Calidad humana, fiereza, respeto y amistad se solapan. Lamentablemente virtudes que deberían estar mucho más presentes en un metraje tan prolijo. Hawke incorpora al personaje más complejo , y sí lo acaba estropeando.El actor no puede evitar incorporar su ser melifluo y atormentado al papel. A buen seguro sus apreciaciones actorales han dejado impronta en el guión.
Otro carga , es el pésimoi villano. El que debe ser ya por sí , la némesis del bueno y un personaje atractivo en este tipo de películas se convierte en un lastre y cae en la sobreactuación y rídiculo. Todo gracias a un casting poco afortunado.

El título de mi crítica, responde además de a la calidad de los protagonistas a la cantidad de explosiones vistas en la película. No había visto tanto dinamitero en una película del oeste desde Agachate maldito.
En conclusión, desequilibrada por la mala mezcla de códigos del cine de acción y del oeste, demasiado larga y violenta, desconpensada en las interpretaciones y dirigida de forma irregular por el efectista Fuqua.
No obstante sirve para pasar un rato de furia,mucho tiro y explosiones. Para los amantes del género puede resultar pasable. Para el resto, pues eso se queda a las puertas del aprobado.


Nota Bene: Al ver los estragos producidos por una ametralladora Gatling del 79, uno puede hacerse la idea de lo que debieron soportar las tropas españolas en la guerra de Cuba.

Bodrio infumable: ensalada de tiros con continuos saltos de eje (no se sabe quién dispara y quién cae fulminado, pero, por Dios, a quién le importa). El prota va recogiendo pistoleros, sin ton ni son, sin que nada ni nadie nos explique los motivos que los mueven a hacer lo que hacen (¿y qué coño hacen?). El malo, malísimo es ridículo a más no poder. Mi tía tiene un gato persa. Entre bostezo y bostezo, suenan disparos, caen caballos y jinetes como en una feria de pueblo y le comentas a tu acompañante que quizás mañana empeore un poco el tiempo: ponte una Rebequita o algo así, que luego te enfrías...
¿Era mejor la de 1960? Pues claro, coño.

Pues eso, corta y pega sin personalidad en el que los productores han hipertrofiado de imágenes una película sin sentido del ritmo, sin sentido de la puesta en escena y sin sentido narrativo. Además, ninguno de los personajes tiene atractivo: desde un villano de pandereta hasta un grupo de asesinos con los que no se llega a empatizar salvo, quizás, el atormentado Ethan Hawke, único personaje con remordimientos acerca de segar vidas humanas.