El graduado

El Graduado fue un éxito en taquilla y creo que en eso jugó un gran papel su contexto. Los 60 son unos años de liberación sexual, donde una juventud alocada y rebelde decide empezar a romper con los tradicionales valores familiares de la clase media. En medio de esta vorágine de libertad, la historia de un joven que no encaja en el ambiente entre pitifú y hortera de las fiestas de sus padres y que rompe las normas, fue muy bien recibida.

Ahora, ¿cómo llega esto a los ojos contemporáneos? La cinta es una comedia de enredo sencilla, tras la que se oculta una crítica social a los valores americanos. Además de contener algunos momentos desternillantes (sobre todo la primera y segunda cita de Elaine y Benjamin), me atrevería a decir que El Graduado es políticamente incorrecta hasta en la actualidad, aunque quizás por razones distintas. No es que ahora nos llevemos las manos a la cabeza porque una mujer madura quiera tener relaciones con alguien veinte años más joven, pero durante la primera mitad de la cinta la duda que me ronda la cabeza es ¿dónde está la frontera entre seducción y abuso? Si esto que le pasa a Benjamin le hubiera pasado a una chica, estaríamos escandalizados y nadie se reiría. Pero como es al pazguato de Benjamin, que además no es muy espabilado, se presenta como cómico.

Quizás este sentimiento de malestar viene porque Benjamin no se parece al joven alocado y rebelde que rompe con las costumbres familiares siguiendo su ideología, sino más bien es un personaje un tanto autista que no parece tener integrada las normas sociales. Yo me pregunto cómo tiene tanto éxito con las mujeres, a las que seduce a través de unos métodos por los que hoy día te podrían meter en la cárcel (gracias a Dios). Dustin Hoffman se pasa media cinta espiando, acosando y siguiendo a su "novia", Elaine, que, a su vez, sólo piensa en casarse con el primero que se lo proponga.

Pensándolo mejor, quizás sea éste el encanto de El Graduado: la sutil relación entre la revolución sexual de las nuevas generaciones con jóvenes apavados sin voluntad  propia que no saben qué hacer con su vida y  que se dejan llevar por la situación, saltando de problema en problema.

No me ha encantado, pero merece un visionado.

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Seguramente, os preguntaréis: «¿Qué ha hecho este tío y por qué le ha puesto un 10 si está maldiciéndola?». Pues tiene una explicación muy sencilla y para ello, os haré una pequeña introducción:

Esto le pasa a todo el mundo de vez en cuando, en esos momentos en los que los personajes de una serie te enganchan y quieres estar con ellos, pero te encuentras con que la serie se acabó a las 10 temporadas y te dices: «Hombre, haber hecho más» (Esto es un incentivo para que veáis Los Simpson, que ya van por la temporada 33). A mí ya me ha sucedido unas cuantas veces, en las que me duele un poco decir adiós a los personajes, que me han hecho pasar un buen rato. Por ejemplo, la serie Friends (sí, cuando decía 10 temporadas este era mi ejemplo), cuesta un poco al principio despedirse y quieres más. Sin embargo, todo siempre había sido bastante superficial; siempre había sido por el dicho de que «El roce hace el cariño».

Pues bien, yo maldigo esta película y el momento en que la vi, porque me ha hecho… maldita sea… Me ha hecho ENAMORARME de Elaine Robinson (el personaje que interpreta Katharine Ross). Encima, me pilló desprevenido, porque yo no pensé en la primera media hora que iba a haber una parte llamémosla romántica, y no me lo esperaba de ninguna de las maneras. Y entonces apareció ella y me la fastidió. Llamadme romántico, llamadme iluso (son prácticamente sinónimos), pero es que esta chavala me ha dejado sin palabras (no sabía ni siquiera qué poner aquí). Estoy desvariando, pero me da igual. Y me duele porque sé que el personaje está encerrado en la película y la única forma de volver a verla es viendo la película de nuevo.

Pero lo que me ha hecho sentir esta película… ha sido demasiado. Sé que no es un 10, sino un 9 o incluso un 8, pero se merece el 10. Algunos pueden pensar que la primera parte de la película es lo que realmente vale, que el resto es una forma muy simple y repetida en el cine de hablar del amor, pero yo no creo que esa sea la interpretación que haya que darle a esta película. Es una historia que habla sobre la libertad y la independización, de que los que debemos tomar nuestras decisiones somos nosotros mismos porque es nuestra vida, y de que no está mal de vez en cuando tomar decisiones alocadas.

Por otro lado, aparte de que el guion es genial, el punto de vista de Mike Nichols le da esa intimidad y esa reflexión sobre la toma de decisiones, con pequeños detalles que se ríen de sus personajes, como el del cuadro del payaso o el plano del orangután o el gorila. Oscar merecido. Y en cuanto a las actuaciones, qué decir… Dustin Hoffman refleja genial la ira contenida del chaval por escapar de toda esa gente que le dice qué tiene que hacer y cómo lo tiene que hacer; Anne Bancroft está extraordinaria haciendo un personaje trágico sobre todo, pero también muy sensual y seductor; Katharine Ross, ya he hablado de ella antes; y el resto también están estupendos (el Sr. Robinson, los padres de Hoffman…). Además, la música de Simon & Garfunkel entra muy bien en el mundo interior del chaval.

Sin embargo, quiero resaltar el hecho de que «El graduado» me ha hecho recordar que el cine es muy importante y que tiene un poder inmenso y que el cine (y cualquier narrativa) nos hace ver, creer, pensar… nos hace SENTIR.

Así que, en conclusión, maldigo esta película y el momento en que la vi.

Por cierto, muy buena la peli.

Buena película ésta, aunque un poco incomoda de ver, hecha en el 67, tiene un argumento atrevido para aquellos tiempos, (dicen en los extras que reflejando bastante bien aquellos años, a mi nunca me lo ha parecido, porque no veo ni revueltas estudiantiles ni nada de nada con todo lo que estaba pasando en aquel país), lo que si es verdad es que si refleja bien el ideal americano de tener un estilo de vida burgués.
También refleja la época en el estilo de hacer la película, que me gusta, junto con la época.
Otra cosa es el tema de Simon and Garfunkel que no sabia que hubieran hecho para la película hasta hace poco,,es un tema tan icónico de los 60 que se me hace pequeño para haberse hecho para una película en concreto,,aunque sea para"El graduado".
Y una cosa que me choca , es la elección de Dustin Hoffman para el papel del protagonista, un personaje que según el libro debía ser el típico surfer , alto y fornido anglosajón de las playas de "California" y que se queda en la birria de Dustin Hoffman...

Película que indudablemente estaría en un Top 3 o Top 5 sobre cine típico de los años 60 (que no en el mejor de esa década) "El Graduado" es también un film claramente sobredimensionado por un mito mayor que sus méritos reales. Los primeros 30 o 45 minutos son deliciosos, con la señora Robinson avasallando al tontorrón de Benjamin, pero luego la película va perdiendo interés y se llena de escenas inexplicables, por no hablar de su alocado final (homenajeado en cierto capítulo de "Los Simpson").

A su favor una irresistible Anne Bancroft como señora Robinson, bien acompañada de un Hoffman que realmente me llega a desesperar con su pavo y sus "¿qué?". El retrato de la sociedad de los EEUU en esa época no exento de crítica es correcto y la verdad es que la película no ha envejecido del todo mal, pese a su "sesenterismo". Algunos planos y secuencias son realmente interesantes, y la banda sonora de Simon & Garfunkel es otro activo, con la descomunal "The Sound of Silence" en cabeza seguida del tema del folclore inglés "Scarborough Fair", precioso y evocador; luego resulta que la expresamente compuesta para la película, "Mrs Robinson", es la que menos suena. Con todo, es cierto que la presencia de las canciones es excesiva y en ocasiones parece más un videoclip que una película.

Por último, el tema de las edades del reparto. Se sabe que en el cine innumerables veces un actor o actriz han interpretado personajes o más mayores o menores que su edad real, pero en ocasiones eso puede chocar demasiado. Hoffman tenía ya 30 años y su Benjamin es de 21, mientras Anne Bancroft sólo era 6 años mayor que él (mientras su señora Robinson calzaba ya 42-45 años) y tenía sólo 9 más que su "hija", Katharine Ross (1940). Respecto al padre de Ben fue encarnado por William Daniels, aún vivo, pues nació en 1927 (¡sólo 10 años mayor que Dustin!). Todo esto le resta credibilidad, creo, por mucho que depilaran a Hoffman.

"Are you going to Scarborough Fair?
Parsley, sage, rosemary and thyme.
Remember me to one who lives there
for she once was a true love of mine"...

Una de las grandes virtudes de "El graduado" es la sencillez de su guion y su perfecta puesta en escena. Mike Nichols, su director y galardonado con un Óscar por este trabajo, fue capaz de armar una película mítica con un presupuesto muy bajo, sin grandes decorados ni fastuosas escenas de extras. La historia es intimista dado que la mayor parte de las secuencias que todos recordamos se rodaron en espacios cerrados y pequeños, profundizando en las relaciones humanas que, sin lugar a dudas, es una de las cosas que más buscamos cuando vamos al cine.
La actuación de los protagonistas es memorable. Todos estuvieron nominados para los Óscar, desde Hoffman, que en esta película se estrenó en la secuencia de sus siete nominaciones en total hasta la inmortal Anne Bancroft, que poseía unos ojos que hablaban solos.
Pero si "El graduado" ha cruzado los límites de la normalidad para alcanzar la sublimidad ha sido por su banda sonora original, que catapultó a la fama a sus dos artífices: Simon y Garfunkel. Sus letras nos hablan de los amores y desamores, de la desesperación del ser humano, de sus frustraciones... de todo aquello que conforma nuestra personalidad humana.
Planos muy cortos se alternan con tomas lejanas. Escenas fugaces con otras de larga extensión aderezadas por una música que jamás nos cansaremos de escuchar. "El Graduado" una película que se convirtió en inmortal, quizá, nada más finalizar la última vuelta de manivela.