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El graduado

Romance. Drama Benjamin Braddock (Dustin Hoffman) vuelve a casa después de terminar sus estudios universitarios. Es un joven que alberga un gran rencor contra la hipocresía y la corrupción de la sociedad que lo rodea. La señora Robinson (Anne Bancroft), una amiga de la familia, se encapricha de él y lo hace su amante. Pero cuando Benjamin conoce a Elaine (Katharine Ross), la hija de la señora Robinson, todo se complica... (FILMAFFINITY)
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Críticas 128
Críticas ordenadas por utilidad
30 de septiembre de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
De este director tan solo he visto Una jaula de grillos y Closer. Ambas me gustaron más.
Con un Óscar en su haber, El graduado es una de esas cintas en la que se han basado muchas otras. Lo cierto es que en un principio es bastante extraña, sobre todo en la forma de ser del protagonista. Tampoco tiene unos tiempos muy correctos, se entretiene en momentos sin demasiado interés o hace unas tomas muy largas.
Con la trama que nos narra lo cierto es que podría haber sido mucho mejor de lo que resulta. Tenía ganas de verla por tanto oír de ella, pero al final me ha decepcionado un poco la verdad.
Hay una escena casi al final en la que como corre hofman no me extraña que después hiciera maratón man.
Lo mejor: La banda sonora aunque se repite es muy apropiada y me gusta. Ella es preciosa. Ya me enamoró en Dos hombres y un destino. Lo cierto es que la belleza de la época era muy bonita. Quitando lo bonita que es, actúa de fábula.
Lo peor: No se aprovecha lo que debía.
Mejor escena: Cuando ella va a buscarlo a su apartamento y la primera vez.
Spoiler: Lo cierto es que el final queda un tanto raro ya que durante la cinta ella no parece totalmente decidida a estar con el y cuando van en el bus no parecen muy convencidos de lo que ha hecho.
tony86rc69
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27 de octubre de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas mas sencillas, prácticas e inolvidables que he visto en mi vida. Creo que no hay mucho que decir, ya que he leído un par de críticas y creo que sería redundar en lo obvio. Sin embargo en mi criterio (muy resumido por cierto) solo debo recalcar en que el proyecto dirigido por un casi novel Mike Nichols, se conjuga todo lo que cualquier director busca conseguir para con el espectador: una historia rompedora y original (para aquellos años) apoyada en un guión correcto y un reparto que supo poner la versatilidad necesaria para hacer inolvidables a los personajes de la misma. Sumémosle una banda sonora de esas que se siguen escuchando y eso que ya estamos próximos a los 50 años de que se estrenó y aún se conserva vigente hoy en día en las radios de casi todo el mundo.

Me saco el sombrero por el gran Dustin Hoffman, impecable como el descomplicado Benjamin, iniciando su gloriosa y muy prolífica carrera como actor y por una irrepetible Anne Bancroft, como la irreverente Señora Robinson, un ícono de la liberación sexual y de la belleza femenina en estado puro, no importe la edad que tenga.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
darkman
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11 de julio de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta magnífica película de Mike Nichols que popularizo al dúo Simón y Gafunkel es de una perfección casi única. Excelentes actores donde Mike NIchols hace de su dirección de actores algo maravilloso. Con momentos espléndidos y otros quizás poco trabajados o eso me da la impresión. La historia es bien sencilla un joven graduado es seducido por una mujer madura y este empieza una relación y se enamora de la hija.
Orson_Welles
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7 de abril de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brillante tragicomedia sobre la eterna decadencia moral de la clase burguesa, insatisfecha en su afán materialista, infeliz en su riqueza, buscando en el alcohol y el sexo alguna efímera satisfacción que suele conllevar mayores decepciones a la larga. Síntomas que llevamos apreciando desde tiempos inmemoriales, y que tienen pinta de seguir así por mucho tiempo más, ya que no hay indicios de que en breve vayan a dejar de mirar desde a la atalaya a la clase obrera y cederle sus privilegios.

La dirección de Mike Nichols es brillante, teniendo un gran prestigio teatral que había plasmado en su primera película, la fabulosa “¿Quién teme a Virgina Wolf?”, en “El graduado” despliega un ingenio puramente de lenguaje cinematográfico, alcanzando cotas muy elevadas en todas las escenas de dormitorio entre el joven Benjamin y la Señora Robinson.

Anne Bancroft borda su papel de decadente esposa atrapada en un matrimonio que nunca tuvo futuro, alcoholizada y aferrada a acostarse con chicos jóvenes para dar esquinazo a la madurez que se le echa encima. Sus conversaciones con Dustin Hoffman son impresionantes, sus gestos condescendientes ante la manifiesta torpeza del joven, su tono de voz y su forma de decirle las cosas para que llegue a las conclusiones que ella desea, su porte y su sensualidad, son un magisterio para este tipo de personajes.

La descripción de la juventud americana de la época no es muy halagüeña, si nos atenemos al personaje de Dustin Hofmann, un chico que regresa a casa tras terminar la carrera universitaria y que no cree en su futuro laboral, que no se siente preparado para ser recambio generacional porque ha vivido siempre bajo la protección económica y moral de sus padres. Pasa los días tumbado en la piscina sin decidirse, cuando se le presenta sin buscarlo una aventura adúltera, una oportunidad no sólo de satisfacción sexual, sino también de ruptura con la moral reaccionaria y puritana que lo maniata y agobia, una forma clandestina de zafarse de la autoridad parental y mostrar rebeldía, aunque realmente sea una forma poco elegante y valiente que más que definirlo, señala lo que no quiere ser.

Que a “El graduado” se le catalogue como comedia corresponde únicamente a su voluntad de satirizar los personajes y las situaciones, es imposible no partirse de risa con las indecisiones y debilidades del jovenzuelo que teme ser devorado por la mujer del socio de su padre, pero en el trasfondo la historia late una gran amargura. Recuerda a otra obra maestra, “El apartamento” de Billy Wilder, con personajes simpáticos, humorísticos en su ridículo proceder ante situaciones que les supera, pero que hablan de vidas insatisfechas, que parecen encerradas en un círculo al que no encuentran salida.

El final, uno de los mejores del cine americano de la época, subraya esa sensación, una vez pasados los impulsos de locura juvenil llega el momento de la reflexión y peor aún, de afrontar la realidad y perspectivas de futuro próximo, y ante eso, la sonrisa desaparece, se convierte en una mueca y deja el semblante serio.

Un final tremendamente valiente, desangelado y realista.
Orson_
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20 de marzo de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Graduado fue un éxito en taquilla y creo que en eso jugó un gran papel su contexto. Los 60 son unos años de liberación sexual, donde una juventud alocada y rebelde decide empezar a romper con los tradicionales valores familiares de la clase media. En medio de esta vorágine de libertad, la historia de un joven que no encaja en el ambiente entre pitifú y hortera de las fiestas de sus padres y que rompe las normas, fue muy bien recibida.

Ahora, ¿cómo llega esto a los ojos contemporáneos? La cinta es una comedia de enredo sencilla, tras la que se oculta una crítica social a los valores americanos. Además de contener algunos momentos desternillantes (sobre todo la primera y segunda cita de Elaine y Benjamin), me atrevería a decir que El Graduado es políticamente incorrecta hasta en la actualidad, aunque quizás por razones distintas. No es que ahora nos llevemos las manos a la cabeza porque una mujer madura quiera tener relaciones con alguien veinte años más joven, pero durante la primera mitad de la cinta la duda que me ronda la cabeza es ¿dónde está la frontera entre seducción y abuso? Si esto que le pasa a Benjamin le hubiera pasado a una chica, estaríamos escandalizados y nadie se reiría. Pero como es al pazguato de Benjamin, que además no es muy espabilado, se presenta como cómico.

Quizás este sentimiento de malestar viene porque Benjamin no se parece al joven alocado y rebelde que rompe con las costumbres familiares siguiendo su ideología, sino más bien es un personaje un tanto autista que no parece tener integrada las normas sociales. Yo me pregunto cómo tiene tanto éxito con las mujeres, a las que seduce a través de unos métodos por los que hoy día te podrían meter en la cárcel (gracias a Dios). Dustin Hoffman se pasa media cinta espiando, acosando y siguiendo a su "novia", Elaine, que, a su vez, sólo piensa en casarse con el primero que se lo proponga.

Pensándolo mejor, quizás sea éste el encanto de El Graduado: la sutil relación entre la revolución sexual de las nuevas generaciones con jóvenes apavados sin voluntad  propia que no saben qué hacer con su vida y  que se dejan llevar por la situación, saltando de problema en problema.

No me ha encantado, pero merece un visionado.

Más en: https://lasalaroja.wordpress.com/
Klaw
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