Haz click aquí para copiar la URL

Salvador (Puig Antich)

Drama El 2 de marzo de 1974, el joven anarquista Salvador Antich, militante del Movimiento Ibérico de Liberación, se convirtió en el último preso político ejecutado en España mediante "garrote vil". Ésta es su historia y la de los intentos desesperados de su familia, compañeros y abogados por evitar su ejecución. (FILMAFFINITY)
<< 1 2 3 4 10 25 >>
Críticas 125
Críticas ordenadas por utilidad
24 de febrero de 2007
234 de 452 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Salvador no era un delincuente, era un Robin Hood moderno, honesto y de gran corazón, que junto a sus compinches luchaba contra el maligno sheriff franquista y sus múltiples “miniyos”.

-Salvador, además era un buen hijo y se fue del hogar para evitarle a su familia y sobre todo a su venerable padre, sufrimientos innecesarios por las bondades de sus actos.

-Salvador, que era un dechado de virtudes, entre otras, gozaba de una inexorable e imperturbable moral y cuando la chica de la que estaba perdidamente enamorado, se le insinuó, mientras el novio de esta se encontraba de milicias, él rehusó al placer carnal, mostrando una notable integridad.

-Salvador pertenecía al MIL, que era una organización "socio-cultural" que se autoproclamó terrorista y que tenía claros vínculos de unión con otro colectivo de intachable prestigio en nuestro país, ETA.

-Salvador, como buen Robin Hood, robaba a los enriquecidos ilegítimamente (léase bancos y cajas de ahorro) y distribuía el botín entre los más necesitados y adeptos a su noble causa, quedándose solo con lo justo para tabaco y algún que otro bocata de calamares.

-Salvador generalmente no se involucraba de lleno en sus justos actos; se limitaba a conducir, y si había que hacer uso de las armas, nunca se disparaba a dar (uno de los empleados de banca que murió, se auto suicidó anteponiéndose en la trayectoria del proyectil). Daños colaterales, que dirían por ahí…

-Salvador es detenido y muere un policía de varios disparos; que raro que este noble muchachote llevase una pistola encima, ¿para que la querría?..(quizá se le disparó accidentalmente).

-Salvador es conducido al talego, pero a pesar de recibir andanadas de hostias y de todos los colores, su rostro de monaguillo y buen chaval, sigue imperturbable, así como sus convicciones e ideales “políticos”; incluso consigue que uno de sus carceleros particulares y repartidor de hostias a tiempo parcial, se transforme en un excelente compañero de charla y deportes; ¡que grandes dotes para la evangelización!...


Salvador (Puig Antich), la película, es lo que nos viene a contar. Que hay buenos y malos, que los malos son peores y los buenos son cojonudos, al Salvador de la película solo falta beatificarlo. Cualquier espectador adulto, es conocedor de que los “malos”, realmente lo eran; a nadie se le escapa la lacra que supuso el franquismo en nuestro país a todos los niveles, pero lo que creo es que la mayoría desconoce la realidad de la historia de Puig Antich y del MIL y que los buenos, no lo eran tanto( y no es que lo diga yo, ellos mismos lo hacen...*). Huerga es un tanto petardista, efectista y lacrimógeno y ya desde el minuto uno del metraje, condiciona aún más si cabe al espectador en contra de la actuación policial en la detención de Salvador, mostrando a este como única víctima y a los policías, incluido el fallecido, como verdugos necesarios. Así que antes de darle al NO, os invito a leer el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charlie Aviel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8 de febrero de 2008
23 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
He leído críticas y no me ha extrañado encontrarme lo típico entre los detractores, aunque no deja de sorprenderme.
"Buenos y malos", "Salvador presentado como un santo"... Si clasificamos a alguien como bueno o malo, comenzamos mal. No hay nadie del todo bueno ni del todo malo. Y existen muchos caminos que te hacen escoger un bando u otro, ya sea el miedo, la comodidad, la ignorancia, la obligación, la resignación, la aceptación de aquello que no te gusta, el idealismo y el valor que te hacen luchar por cambiar las cosas. Me parece también curioso que haya quejas si los "malos" se dejan en mal lugar. A estas alturas, ¿vamos a defender posturas que atentan contra la libertad y contra el ser humano en sí?
Tampoco tenemos por qué entender a Salvador como el bueno. De hecho, ¿la película oculta su manera de actuar? ¿Oculta que siempre iba armado? ¿Que su grupo de actuación se preocupaba por tener armas siempre? ¿Que robaba bancos? ¿Que no se arrepiente de nada de lo que ha hecho? No, no lo hace. Quien quiera creer que su figura está ensalzada, creo que debería dejar de buscar tópicos, no pueden quejarse de partidismo cuando son los primeros que buscan etiquetas.
Puedo estar de acuerdo o no con las ideas de Salvador y con su forma de actuar. Pero eso no me importa, no me importa su ideología cuando lo condenan a muerte. No se trata de estar a favor de los malos o de los buenos, se trata de estar a favor de la vida y en contra de las injusticias. Si alguien, al ver cómo se le arrebata la vida a una persona, lo único que se le ocurre es pensar en manipulación o en los malos y los buenos, me parece que el fallo no está en la película, si no en esas personas que no son capaces de deshacerse de las etiquetas cuando lo que realmente importa es que está en juego la vida de una persona. Una persona, sin más. No de Salvador y su ideología.
Por otro lado, me entristece ver que no encuentro a ningún Salvador, como nadie se preocupa, nadie quiere cambios, como no los pedimos si no somos nosotros quienes morimos de hambre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
JilL
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6 de octubre de 2006
19 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película consta de dos partes. Me ha gustado la segunda. 'Salvador' consigue asentar la trama cuando deja de mirar hacia atrás, y comienza a afrontar su desenlace. La puesta en escena es aburrida y densa, mientras que el desarrollo y final del filme es insoportablemente desgarrador. Una seria apuesta por el realismo más descarnado. Los últimos momentos transmiten una ansiedad pesada y dolorosa. Y es en esos instantes cuando estás sintiendo precisamente lo que Manuel Huerga pretendía que sintieras. Gran realización. Una cinta sobresaliente a nivel visual y no menos memorable en la cuidada narración de una historia delicada y compleja.
Dravot
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2 de abril de 2008
15 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el comienzo se capta un primer aspecto destacable, la minuciosa ambientación: ropas, coches, decoración de los pisos, detalles cronológicos (Peret o Urtain en la TV), música rock de los primeros 70... Es un trabajo que no se exhibe pero que cuenta, sólido y funcional. Su fiel precisión se puede apreciar en la carga de los 'grises', exacta. Con ello se señala de entrada el carácter policial de la dictadura franquista, últimos años incluidos. El consejo de ministros firmaría aún otras penas de muerte.
La cuidada producción marca un arranque ambicioso. El primer acto, un amplio flashback que Puig Antich preso relata a su abogado, tiene un ritmo vivo, combina ágilmente discusiones y tensión organizativas, iniciación sexual, atracos y tiroteos. El ritmo del segundo acto es lento y claustrofóbico, destinado a elevar hasta máximos la carga emocional.
Entre los buenos trabajos de los actores destacan la interpretación protagonista de Daniel Brühl, interiorizada y con un toque de extrañamiento, y la de Leonardo Sbaraglia como funcionario de prisiones, llena de estudio y observación. Sobresale también, por nada obvia, la elaboración del vínculo surgido entre ambos, cuyo signo aquí no se adelanta.
Por contra, el rasgo militante en el tratamiento de la historia sacrifica valor estético en una obra cuya ambición artística es evidente. En la segunda parte, la más emocional, lo expresivo se maneja de forma desnivelada: por una parte, contenida y sobria, como en el sobrecogedor padre silencioso, o en el retrato del abominable verdugo, resuelto con dos pinceladas sarcásticas; por otra, sobreabundante, como en el dolor angustioso de los allegados y el propio preso, o en la consabida brutalidad de los funcionarios de la BPS, la policía política franquista (a propósito de esto, caracterizar a tales personajes mediante el énfasis reiterado en su acento andaluz, extremeño o murciano es hoy por hoy un acierto discutible).
En medio de la sobrecarga se echa de menos una narración uno o dos puntos más analítica, distanciada, que entrase, por ejemplo, en la contradicción entre el idealismo utópico y tirar de pistola, o en el papel del ultraminoritario MIL en el conjunto de las fuerzas antifranquistas.
Con todo, la película tiene peso, muestra un lenguaje de imágenes rico y enérgico, cuajado de recursos, a ratos poderoso. Notables fotografía e iluminación tenebristas, con el instante crucial de los apagones.
Deja un poso ambiguo: por lo buena película que es, y por lo mejor película que podría haber sido refinando más la expresión de la rabia suscitada por la pena de muerte.
Pero la expectativa ante al próxima cinta de Manuel Huerga es firme.
Archilupo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
14 de diciembre de 2009
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me gustan las películas que te cuentan una historia pre-suponiendo que ya te la sabes. Que empiezan por donde quieren y acaban cuando les place. Por eso no me gusta haberme quedado sin entender los ideales políticos de Salvador, si es que los tenía. En la película se nos muestra la organización MIL como un grupito de amigos que no tenían nada mejor que hacer.
Si te arrestran por robar caramelos, por más leña que te den durante el arresto, no se te ocurre disparar a nadie. Salvador dispara porque defiende sus ideas, porque las tiene grabadas a fuego, porque ha elegido la violencia como método de lucha, porque sabe de qué se le acusa y sabe la manera en que debe responder. Pero en el film nadie nos explica cómo han llegado a poseerle esos ideales, ni entendemos lo que pretenden.
Me sobra la historia del carcelero-colega. No sé cuanto de real tiene, pero me parece exagerada.
Increíble Daniel Brühl, como siempre. Y me vuelvo a enamorar de Leonor Watling.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Wendy Torrance
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 10 25 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow