Desenfocado

Es curioso, iba a comenzar este comentario de la película, escribiendo sobre la hipocresía y ese dual comportamiento que refleja durante la década de los 60... pero me he dado cuenta que seguimos exactamente igual, forzados por lo que se considera políticamente correcto; y no, no hemos avanzado absolutamente nada. No podemos aludir a según que temas, los humoristas ya no pueden practicar su oficio, por la férrea censura enmascarada de comportamientos correctos. Soy homosexual, y ya no escucho chistes sobre nosotros, con los que tanto me divertía, y he puesto ese ejemplo propio para pasar por encima del muro.

A lo largo de los años, se ha encontrado la forma y manera de controlar a la masa, todos ahora debemos hacer un ejercicio de autocensura para enmarcarnos en esa absoluta y manifiesta corrección... ¡¡OH!!

DESENFOCADO, ofrece un episodio real, donde se coarta la libertad de su protagonista, interpretado por Greg Kinnear, que ha de comportarse como el maravilloso esposo, padre, el actor impecable, el perfecto cristiano. En el momento que siente necesidad de hacer cosas que se salgan de los parámetros establecidos, la farisea sociedad, aplasta esa pequeña felicidad...

Magnífica ambientación, puesta en escena. Un trabajo técnico destacable. Me ha entretenido... y eso ya es mucho en los tiempos del hambre.

Basado en la vida del actor y locutor de radio Bob Crane, realiza un estudio pormenorizado con dos brillantes interpretes Greg Kinnear, Willem Dafoe, en una historia por la que se deslizan con habilidad.

Avanza con rotundidad, apoyándose en los detalles más escabrosos; a través de una realización brillante, con buen ritmo y magnífica ambientación.

Me ha entretenido, llevándome siempre al borde de un abismo, que solo muestra. El giro final me parece magnífico confirmando las sospechas que explico en spoiler.

Buena película esta del ya reconocido Paul Schrader. Y a él que le encantan los tormentos de la mente, de los vicios, de la sin razón, ni qué decir que le quedan muy bien dirigidas estas ramificaciones de la existencia.
Podría comenzar recordando que "todo lo que sube tiene que caer", como para reconocer que en este tipo de historias nada está garantizado por el éxito o la fama. Bob Crane, el personaje que interpreta con una maravillosa verosimilitud el señor Greg Kinnear, es un hombre al que le llega la fama cuando vivía un momento singular de su vida: casado, con hijos, sin pretensiones de mujeriego, sin tomarse muy en serio las sutilezas y exageraciones del reconocimiento, Crane ve despegar su vida hacia el cielo del éxito. Y allí empieza su caída, en el punto cero en el que se detiene todo lo que sube.
Crane la tenía clara desde sus días en la radio. Recordaba una conversación con Eddie Cantor. "Eddie Cantor once told me likeability is 90 percent of the battle. And we was right!". Luego llega su oportunidad en Hogan's Heroes... La oportunidad para por fin salir a la televisión y despertar su propio ego dormido en una tranquilo hogar.
Lo que viene luego es una historia bien conocida en todos los círculos de nuestros amigos: todos los vicios comienzan a arrasar. La pornografía, las mujeres, las drogas... y el viaje comienza con la idea de que es hacia arriba. Y aparece entonces una sentencia célebre: "A day without sex is a day wasted".

Un muy interesante biopic del más que controvertido y exitoso, durante los 60, locutor radiofónico y actorzuelo Bob Crane. Aparentemente, un prototipo de buen padre norteamericano: en realidad era un inmoral, impenitente adicto al sexo y la pornografía, con la peligrosísima afición de grabar sus propias aventuras sexuales, en plena época del inicio de los aparatos de grabación. Crónica, pues, de un juguete roto de trágico destino, el relato aún sin ser memorable está bien construido e interpretado (Defoe a sus anchas) y Schrader le da sus toques teológicos sin que éstos interrumpan nunca el adecuado fluir de la película. Interesante.

La película es una falsa biografía de un actor que existió en la realidad, a mi este tipo de películas me suelen chocar bastantes, por que se agarran de rumores, o simple y descaradamente inventos, para construir una historia a su antojo, en este caso intenta a travez de una ciníca parodia mostrar toda la hipocrecía y decadencia del Hollywodd de los años sesenta cuando la industria estaba en plena metamorfosis, por que el cine pería terreno mientras la televisión lo ganaba, en este contesto Bob Crane es elegido para protagonizar una comedia, y se vuelve el tipo que (todos los norteamericanos desearían ser), pero que en realidad tiene problemas en su matrimonio, es adicto a la bebida y posteriormente a la cocaína y al sexo.
La pleícula a la mitad se vuelve monotona a más no poder, tanto que en algunas escenas parecen repeticiones de otras anteriores.
Una buena actuación del protagonista, por momentos desperdiciado, ya que tanto al director como al guionista, les interesaba más reflejar el ambiente del Hollywood de esas decadas en desmedro de su protagonista.