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El precio del éxito

Comedia A sus cuarenta años, Lee Simon siente que no le ha sacado suficiente partido a la vida. Escribe artículos sobre viajes y entrevistas con personajes del mundo del espectáculo, pero sueña con publicar una novela o un guión cinematográfico que incrementen su prestigio. El problema es que, tras su divorcio, se mueve en un ambiente demasiado frívolo y superficial. (FILMAFFINITY)
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Críticas 47
Críticas ordenadas por utilidad
17 de abril de 2006
36 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muestra perfecta del Woody Allen que siempre me ha parecido sobrevalorado. El título hacía presagiar una ácida crítica del "star system", pero eso sólo se trata de refilón y el director opta por centrarse mucho más en las frivolidades del mundillo esnob. Amoríos van y amoríos vienen, pero esta vez sin la comicidad que aporta el físico de Allen y sin la chispa de otros guiones suyos.

Branagh no consigue arrancarme ninguna sonrisa por sí mismo; aunque también es cierto que el director le exigió esa imitación, y que eso les enfrentó.
Yo destacaría a una lasciva Charlize Theron y algún chistecillo suelto, como el caos que se forma cuando accidentalmente se juntan en los estudios unos skinheads, unos miembros del Ku Klux y un rabino. El resto me parece discreto. Me llegó a aburrir hacia el final.
jastarloa
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3 de noviembre de 2006
18 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Os diré que de pequeño odiaba las películas de Woody Allen. Empezaba con una y enseguida pensaba: "Este tipo está enfermo". Ahora, sin embargo, todo me parece alocadamente normal, vaya, que el tiempo me ha hecho enfermar. Es verdad que Allen se repite tanto como sus títulos de crédito, pero es un tipo inteligente, y tanto sus guiones como la puesta en escena producen (casi) siempre buenos resultados. En esta ocasión la cosa va de un tipo que es un desastre (novedoso ¿eh?). Como Allen no actúa, quien hace de alter ego es Kenneth Branagh, que en esta ocasión no intenta transmitir al espectador que es el más guapo, el más listo y el mejor actor del mundo, lo cual se agradece, porque es un pretencioso insoportable (ver, por ejemplo, su horror Frankestein, con esa estética cutre de poster central del Pronto). Todos los secundarios están de lujo, aunque destaca, en la que yo creo que es una de sus mejores interpretaciones, Winona Ryder: fantástica y muy muuuuy sensual. Joe Mantegna, en su línea, acierta con el papel del hombre imposible. En definitiva, una peli de Woody Allen, ya sabéis a qué me refiero.
Emilio Cappa Segis
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3 de febrero de 2008
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un blanco y negro prodigiosamente fotografiado y con un Kenneth Branagh en estado de gracia, Woody Allen se pone serio: radiografía la fama de su ambiente en un circuito de catastróficas desgracias sentimentales. Así, logra una película impecable, descorazonadora y a la vez muy divertida. Y como si esto fuera poco, junto a la creación sin fisuras de Branagh que imita al tradicional personaje de Woody y a la vez compone otro, se puede disfrutar a lo grande de un reparto dificilísimo de reunir, en el que la mayoría de sus integrantes tienen un punto de parodia sobre sí mismos (increíble el burla-burlando de Leonardo DiCaprio en torno a su éxito con las chicas) o alcanzan cimas interpretativas como la neurótica interpretada por Winona. Pasen y vean a Melanie Griffith, Judy Davis, Joe Mantegna... y una Charlize Theron de impactante belleza, mucho antes de convertirse en primera figura.
Mucho Woody tiene este que contó con un alter ego de insuperable calidad.
horacio
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9 de mayo de 2011
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dice mi amiga Valdemar que ha descubierto que puede pasarse un sábado metida en casa viendo pelis y sentirse más feliz que una perdiz. Yo voy más lejos aún. Para mí el sábado noche perfecto consiste en: sofá, mantita, copa de buen vino tinto, mi contrario roncando en el sofá de al lado, los niños jugando en el patio y mi Manolo enroscado junto a mí hecho un ovillo. Y una sesión doble, triple o cuádriple de Woody Allen. Vamos, exactamente lo que fue la noche de este sábado.

Ponían en el Plus-comedia una sesión maratoniana allenmaníaca, compuesta por "Celebrity", "Todos dicen I love you" (por cierto, vaya cagada de traducción), "Desmontando a Harry" y "Granujas de medio pelo", todas ellas consideradas por los críticos "Allen menores", pero que por muy minúsculas que sean con todas te partes el culo. Joder, qué gusto saber que te vas a hartar de reir durante horas sin la menor duda.

Empezamos la sesión con "Celebrity". Blanco y negro. Bien, a Woody el blanco y negro se le da muy bien. A mi contrario también; se duerme prácticamente al segundo fotograma. Kenneth Branagh hace muy pero que muy bien de alter ego del director, pero en este caso estamos ante un escritor fracasado, desastroso en sus relaciones con las mujeres y a la constante búsqueda de inspiración, de un editor o de una estrella de cine que quiera interpretar alguno de sus guiones. Paralelamente su ex-esposa inicia un recorrido vital apasionante que la lleva de ser una triste y aburrida profesora de literatura a convertirse en gran estrella de la televisión. Por el camino ambos se van codeando con todo tipo de celebridades y aprendiendo a defenderse en el difícil mundillo de la fama.

Aparte de una interesante reflexión sobre la celebridad, como de costumbre la risa está garantizada. Escenas antológicas son las de la prostituta que enseña a practicar una felación a Judy Davis con un plátano; o la del cine, cuando la misma Davis le monta tremendo pollo a Branagh en mitad de una película por haberla abandonado.

Al final de la peli, la típica musiquilla de jazz alleniana con los títulos de crédito y esa sonrisita tonta en los labios que se nos queda siempre que hemos pasado un buen rato de cine, pero con la particularidad (oh, gran dios, gracias por regalos como éste), de que esta vez nos espera más, y más y más. Una sobredosis si queremos.

Y entonces nos levantamos a preparar un piscolabis (pisquilabis, que se dice por mi pueblo) y a rellenar la copa para seguir la sesión.

Ps. Ah, mi Manolo es mi perro.
Talía666
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1 de enero de 2007
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
El infalible Woody Allen intenta retratar aquí el mundo del famoseo y las celebridades, a través de la historia de un matrimonio recién separado en el que se produce la paradoja de que él (escritor donjuanesco que intenta hacerse famoso colocando un guión para lo cual trabaja como periodista de actualidad -Branagh, aquí un discretito "alter ego" de Allen) no llega a ser famoso cuanto más lo desea mientras ella (Judy Davis), mujer vulgar y recatada se hace famosísima tras enrollarse con un productor de una chapucera televisión, presentando "programas basura".
Allen sigue en la línea de sus obsesiones: el sexo, las enfermedades urbanas, la infidelidad, la inestabilidad sentimental, pero aquí el resultado es bien poco célebre. Hay poca frescura y mucho menos acierto y acidez del habitual Allen. Así, queda discreta película, poco divertida y la peor de Allen en bastante tiempo.
Di Caprio se autointerpreta en un generoso reparto, algo muy propio del neoyorquino.
kafka
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