Pajaritos y pajarracos
1,742
Comedia
Un hombre mayor y su hijo deambulan por campos y caminos, donde tendrán insólitos encuentros; entre otros se les aparece un cuervo que habla, y también San Francisco de Asís, que les manda predicar a halcones y palomas. (FILMAFFINITY)
4 de noviembre de 2012
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Haciendo una rima facilona con el título, diré que esta película es un tubarraco, un petardazo. Es mi primera incursión en Pasolini y uno, que tiene ciertas tendencias culturetas, estaba predispuesto positivamente y con ganas de que me gustase. Si se quiere hacer crítica de cómo funciona la humanidad, la sociedad, la iglesia,... no me parece que se acierte contándolo de esta forma. Acaba pareciendo un tanto panfletaria, aunque esté de acuerdo con Pasolini con la sensación de desesperanza general que este montaje que tenemos los humanos rezuma por todos los costados.
Por otra parte, me sorprende que se le considere comedia, pues ni por el forro. No te ríes, ni sonrríes en ningún momento. Acaso esté llena de ironía, pero de la ácida y corrosiva, sin gracia alguna.
Por otra parte, me sorprende que se le considere comedia, pues ni por el forro. No te ríes, ni sonrríes en ningún momento. Acaso esté llena de ironía, pero de la ácida y corrosiva, sin gracia alguna.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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4 de agosto de 2009
18 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra aclamada por los expertos, es una muestra social humorística muy personal, como de teatro popular, improvisado.
Está llena de interpretaciones políticas, las más directas se encarga de proclamarlas el cuervo que acompaña al padre y al hijo, en una absurda caminata por campos y caminos.
El estilo teatral tiene que gustar al espectador para valorarlo; en este comentario cabe y se respeta a aquellos que logren captar los símbolos y las gracias, y que les guste la labor del protagonista, Totó, y, en general, esta especie de fábula.
Personalmente la gracia brilla por su ausencia; las situaciones son kafkianas pero sin ahogos, más bien ridículas.
Los pobres que se comen los nidos de golondrinas porque no tienen otra cosa y al recaudador, por tanto, le echa los perros el terrateniente, es de un humor muy patético.
Los horizontes sin finales; las líneas de gente que terminan en manifestaciones de duelo aparecidas porque sí; los diálogos tan memos; la muchacha en la cuneta como objeto de deseo… puede que tenga su público… Pero…
Está llena de interpretaciones políticas, las más directas se encarga de proclamarlas el cuervo que acompaña al padre y al hijo, en una absurda caminata por campos y caminos.
El estilo teatral tiene que gustar al espectador para valorarlo; en este comentario cabe y se respeta a aquellos que logren captar los símbolos y las gracias, y que les guste la labor del protagonista, Totó, y, en general, esta especie de fábula.
Personalmente la gracia brilla por su ausencia; las situaciones son kafkianas pero sin ahogos, más bien ridículas.
Los pobres que se comen los nidos de golondrinas porque no tienen otra cosa y al recaudador, por tanto, le echa los perros el terrateniente, es de un humor muy patético.
Los horizontes sin finales; las líneas de gente que terminan en manifestaciones de duelo aparecidas porque sí; los diálogos tan memos; la muchacha en la cuneta como objeto de deseo… puede que tenga su público… Pero…
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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