Maze Runner: Correr o morir

Al inicio de Maze Runner, vemos como un adolescente cagado de miedo se despierta en el medio de un montacargas que asciende a toda velocidad. No recuerda como llegó, ni porque está allí. Al alcanzar el último piso, resulta que el pibe aparece en un campito lleno de teenagers, que le propinan el bulling más rápido e instantáneo de todos los tiempos.

"Eh, novato, cabeza de pato"
"Tuve sexo con tu vieja y tu hermana, jajaja"
"Eh, novato, agachate y acariciamela un rato"

PROTAGONISTA (presa del pánico): "¿Dónde estoy? ¿Quienes son ustedes? ¿Por qué se burlan todos de mi? ¡No recuerdo ni mi nombre! ¡Quiero a mi mamá!"

Lo que no sabe el muchacho, es que es el héroe en una cruza de "Lost" con "Cumbia Ninja" intitulada "Maze Runner", que ha sido traducida en algunos paises como "El Corredor del Laberinto", y en otros como "Correr o Morir". Un grupo de chicos varones, abandonados a su suerte, que organizan una mini-sociedad, donde alternan entre la colaboración y el enfrentamiento. Todo esto nos recuerda un poco a El Señor de las Moscas, de William Golding. Sabemos que a las moscas les gusta juntarse alrededor de la mierda, y las moscas de Maze Runner se agolpan alrededor del pedazo de truño que es el guión.

PROTAGONISTA: "No creo que el autor de este libro se haya copiado de El Señor de las Moscas. Si así fuera, tendría que haber líderes y seguidores, armas rudimentarias, y entre todos los chicos fuertes y atléticos, tendría que haber un gordito simpático que se hace amigo del protagonista"

CHICO GORDITO (portando una especie de lanza de madera): "Hola Novato, me llamo Chuck. ¿Quieres ser mi amigo?"
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Se le acerca un muchacho negro que evidentemente es el líder, porque es el único que habla en TONO DE VOZ SERIO.

ALBY: "Bienvenido, Novato. Te encuentras en El Área, hogar de los Habitantes y los Corredores. Esa caja que te trajo hasta aquí, es La Caja. Eso que ves allí es El Muro, que nos separa de El Laberinto, por el que rondan los Penitentes.

PROTAGONISTA: "Ver tantas palabras comenzando con la primera letra en mayúscula cuando no deberían, me da el indicio que aquí para bautizar a alguna cosa, agarran un verbo, un adjetivo o un sustantivo común, y lo transforman en un sustantivo propio. Eso sólo puede significar una cosa... ¡Estoy en una de esas idiotas distopías adolescentes!"

"Distopía adolescente", es el peor subgénero literario inventado por el ser humano, después de los aforismos de Narosky. En el cine, fue puesto en boga por Jennifer Lawrence, que aunque trabajó en Los Juegos del Hambre, las fotos porno que se filtraron de ella demuestran que, de vez en cuando, algo se come. En contraste con Hunger Games o Divergente, esta se diferencia en que el protagonista, por primera vez, es un varoncito.
Hay una riña de recibimiento, y mientras pelea, el pibe se acuerda de que se llama Thomas ¿¿¿???
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THOMAS: "¿Qué hay del otro lado del Muro? Por cierto, ¿En Divergente no había también un muro que separaba a la comunidad de algún peligro desconocido?

ALBY: "Afuera está el Laberinto. Pa que no digan que somos un plagio de El Cubo, el laberinto también se altera y cambia de diseño continuamente para complicarnos la cosa. Y como todo laberinto que se precie, el nuestro también tiene su Minotauro: los llamamos Penitentes o Laceradores, de acuerdo a la traducción que te toque en tu país. Son unas criaturas terroríficas que deambulan fuera de El Área, nos impiden escapar, y son como una película buena de Adam Sandler: nunca nadie ha visto una."

THOMAS: "¿Y si nunca vieron a estas criaturas, por qué les tienen miedo? Esto me recuerda a aquellos-de-los-que-no-hablamos de la peli de Shyamalan. ¿Hay alguna película de la que no hayan picoteado?"

ALBY: "Quienes los han visto, no han vuelto para contarlo. Algunos de nosotros se hacen Corredores: salen a investigar fuera del Muro.”

THOMAS: "¿Intentan encontrar la salida del Laberinto?"

ALBY: "No, intentan encontrar a Jennifer Connelly. Pobres pibes, hace años que no ven una mujer. Están como locos. Como la lleguen a encontrar, le hacen quintillizos."
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De pronto, se abren las compuertas y regresa uno de los corredores, presa de una extraña dolencia que parece estar convirtiéndolo en una especie de zombie. En una muestra de solidaridad entre hermanos, el resto de los chicos LO ECHAN A LA MIERDA PARA QUE NO LOS CONTAGIE.

THOMAS: "¡Por Dios! ¡Que cosa más terrible! ¿Qué fue lo que le pasó? Y por favor, no me respondas usando otra nominalización"

ALBY: "Es la Transformación. Es lo que sucede cuando..."

THOMAS: "¡Pero la puta!"

ALBY: "...es lo que sucede cuando los bichos te pican"
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-De pronto, La Caja se activa, y en el fondo, amnésica y asustada, aparece la primera fémina. Al igual que la Pitufina, será la única chica entre todos los hombres.

GORDITO (alborozado): “¡Vamo' todavía! ¡Se acabaron las pajas!”

No se entiende muy bien de donde, la chica desenfunda un bruto chuchillo de carnicero.

CHICA: "Al primero que se me acerque, le corto los huevos"

GORDITO: "Uh, es brava esta"

Por supuesto, esto sólo es el planteamiento de la historia. Como es de esperar, Thomas y sus amigos se aventurarán al Laberinto, viviendo numerosas aventuras y descubrimientos que tendrás que ver la película para conocer. Para los que, inteligentemente, no quieran ver esto, pasen a spoilers y luego lean “El Mundo del Río” de Philip José Farmer, que es la clásica saga de novelas de ciencia ficción de la que tanto El Cubo, Lost y esta bazofia han imitado todo.

Me puse a frotarme un poquito las manos al disponerme a ver la primera parte de esta nueva saga distópica (es un género que me gusta mucho), y qué manía con que es una saga juvenil del tipo "Los Juegos del Hambre" y tal, empleando casi invariablemente un tono peyorativo... Que los protagonistas sean adolescentes no quiere decir que esté destinada exclusivamente a esa franja de edad ni que todos los que la siguen tengan un coeficiente intelectual bajo. La ciencia ficción futurista no se reduce a Asimov, Wells, Verne o Huxley, y no porque no sea de ellos tiene que ser basura.
La cuestión es: ¿Esta nueva saga me intriga? ¿Me engancha? ¿Me interesa? ¿Me evade? Y la respuesta es que sí. Me quedo con ganas de ver la segunda parte. Puede que yo tenga un coeficiente intelectual bajo, pero me importa un pito si me lo paso bien.
El suspense se mantiene de principio a fin y es la baza fuerte de "El corredor del laberinto" junto con una acción de infarto. Durante casi todo el tiempo te preguntas qué es lo que hay realmente detrás del encierro de esos chicos (si es un "castigo" o si se debe a otros motivos, lo que sí se puede entrever es que algún sistema totalitario y opresor maneja los hilos, aunque se desconoce su magnitud), atrapados en el centro de un laberinto lleno de trampas que parece ser su única forma de escapar, si logran encontrar la salida. A todos les han borrado la memoria y sólo se acuerdan de sus nombres, excepto el recién llegado, Thomas, que tiene destellos de recuerdos confusos. Abandonados a su suerte, colaboran para sobrevivir y se distribuyen las tareas según sus aptitudes naturales. Un grupo lo integran los "corredores", chicos veloces que todos los días exploran el laberinto, con gran riesgo, pues aunque durante la luz del día parece en calma, nunca se pueden confiar.
Buen trabajo actoral, buenos efectos visuales y muchísima intriga y tensión. Bienvenida esta nueva historia del autor James Dashner y que nos dé para mucho entretenimiento.

En los últimos años hemos vivido una etapa donde la cinematografía y la literatura juvenil de éxito se han dado la mano en numerosas ocasiones. La saga del célebre mago Harry Potter (2001-2011) descubrió el filón que se escondía en dicha unión entre papel y celuloide (primero comercial, luego artística) y desde entonces ha sido explotado sin descanso. Lamentablemente, si bien toda adaptación de este tipo que se precie parte siempre de un firme propósito revienta-taquillas, muy pocas veces le acompaña un propósito artístico o cultural a la altura. Ciertamente, con las ocho películas sobre el mundo de Hogwarts se alcanzó una extraña comunión entre ambas intenciones, donde sus autores aportaban estilo, corazón y conocimiento de causa a la mecánica industrial preestablecida. El que estas líneas escribe aún no ha encontrado rival que pueda medirse a dichas películas, pero después de despropósitos como 'Crepúsculo' o la incomprensiblemente sobrevalorada 'Los Juegos del Hambre', 'El corredor del laberinto' (2014) supone una grata sorpresa en tan fangoso terreno.

Basada en el best seller de James Dashner del 2009, 'El corredor del laberinto' es un peculiar cruce entre 'Perdidos' y 'El señor de las moscas', donde un grupo de chavales se encuentran solos y atrapados en un pequeño terreno rodeado por enormes muros que limitan con un gigantesco laberinto poblado por peligrosas criaturas. Ninguno sabe qué hacen ahí ni quién o por qué les enviaron. La llegada de Thomas al claro lo cambiará todo, y en poco tiempo irán desentrañándose los más oscuros misterios que encierra el laberinto. El arranque del film no podría ser más directo, algo que viendo el alto grado de innecesaria divagación que inunda esta clase de films se agradece, y es cuanto menos sugerente. Lo que viene después es un buen entretenimiento dirigido por un debutante, Wes Ball, que apunta maneras, aportando una dirección sabia y firme que ya se intuía en su interesante cortometraje titulado 'Ruin' del año 2012. El espectáculo ofrecido es suculento, repleto de estímulos y sobresaliente en su apartado técnico y artístico, cualidades que cualquier buen cinéfilo sabrá apreciar en un producto de masas como éste.

Un servidor no puede definir el calibre de la adaptación pues desconoce el material de partida, pero cualquier espectador podrá ser fácilmente embaucado por una serie de misterios que se van tejiendo hábilmente con el transcurrir de los minutos, y se mantendrá gratamente entretenido no sólo gracias a unas muy bien filmadas secuencias de acción, sino también a un desarrollo de personajes, interacciones y conflictos que son presentados con sobriedad e inteligencia a través de una cadenciosa narración. A la credibilidad y fuerza del conjunto ayudan unas muy buenas interpretaciones de todos y cada uno de sus jóvenes actores, lo cual no es (tristemente) tan habitual en películas con adolescentes, y sostienen el peso del drama con incuestionable madurez. En definitiva, un pequeño milagro dentro de la actual corriente teen de cine para consumo masivo. Ya con ser digerible sería todo un hallazgo, pero resulta que es un sólido espectáculo comercial bien escrito y dirigido envuelto en un halo de misterio y dramatismo perenne y muy logrado.

Los únicos aspectos negativos que podrían destacarse son la visualización de los sueños del protagonista, rudamente formularios, y el propio tráiler de la película, que priva al respetable de alguna que otra pequeña sorpresa. Pegas (muy) menores en un conjunto digno y entretenido, eso sí, carente de humor salvo un par de destellos (sobresale uno, hacia el final, que es una ironía muy bien traída). Quizá la resolución del misterio se encuentre con alguna mueca de desaprobación (no por mi parte), pero el camino hasta él es vivamente emocionante y espectacular (cuando toca). La buena noticia es que deja con ganas de saber más, y su secuela será esperada por muchos. No es una sorpresa tan laberíntica como para que quedemos eternamente atrapados en su interior, pero bien vale una oportunidad, especialmente para (re)descubrir de primera mano que siempre hay excepciones en esta vida y que los prejuicios, a veces, están para romperse. Una saga a la que gustosamente un servidor espera regresar (la crítica la ha tratado bien, veremos cómo funciona en taquilla). Una bienvenida sorpresa.

http://www.asgeeks.es/movies/critica-de-el-corredor-del-laberinto-corre-thomas-corre/

La película tiene una propuesta inicial muy seductora, una especie de mini-civilización compuesta por jóvenes con edad universitaria en el centro de un laberinto con muchas sorpresas. A dicha civilización llega, como sucede temporalmente, un nuevo miembro y a partir de este nuevo protagonista vamos viendo cómo se las apañan para sobrevivir en este hábitat tan especial.
Mientras dura este planteamiento la película va despertando mi curiosidad con agrado, sin embargo, pasados unos minutos la calificación de lo que podría ser una gran peli de ciencia ficción comienza a descender en picado casi sin posibilidad de planear.
No tengo clara la razón, tal vez porque no me creo casi a ningún actor y mucho menos al personaje de Thomas Brodie-Sangster, o lo que es lo mismo, al crío que aparecía en “Love Actually” tocando la batería, ahora convertido en “post-adolescente tomador de decisiones”.
Quizás, mi desencanto gradual también pudiera haberse debido a la aparición de “personajes” gratuitamente asquerosos que no me interesaron lo más mínimo o a que me percatase de que me encontraba ante una película para adolescentes, con vocación de acción e intriga pero sin alma ni capacidad de conmover alguna.
En todo caso, si voy siguiendo la historia (que, eso sí, no carece de ritmo), como de un videojuego se tratara, en el que paulatinamente aparecen nuevas “pantallas” o escenarios sorpresivos hasta llegar al “monstruo final” (que no es el caso).
Cuando cojo el coche en el parking de los cines, prácticamente me he olvidado de una prescindible peli “palomitera” de sofá dominical.
Muchas gracias por usar su tiempo para leerme. Hasta la próxima.

Las cinco cosas que no comprendo de “El Corredor del laberinto”.