Tucker y Dale pelean contra el mal

Lo que aquí tenemos es un simpático juego de perspectivas; lo que en otro film más tópico serían un par de rednecks psychos, aquí son unos buenazos que acaban acechando por error a un grupo de TORPÍSIMOS estudiantes de la clase que acaban siendo víctimas de cualquier Vorhees de la vida. Es decir: una serie de hilarantes malentendidos protagonizados por dos buenazos llenos de buenas intenciones que se encuentran metidos sin buscarlos en una orgía de violencia estúpida.

No es Shakespeare, pero se ríe bien del slasher y tiene una pareja protagónica achuchable. Se ve con gusto.

Tengo que agradecer este descubrimiento a la usuaria mapi. Recomiendo que visitéis su perfil para ver series y películas bastante ignoradas, pero no por ello de peor calidad.

Era una noche de Halloween y necesitaba algo que pudiera ver en familia (ya somos todos bastante mayores) pero con toques de terror y algo de comedia así que recordé esta recomendación y madre mía cuantas risas nos echamos. Es que no puede llegar a ser más surrealista, pero a la vez tener sentido. Además, es muy ingenioso como parodia a las películas de su género sin utilizar la vía fácil. Otro detalle que destacar es que tiene bastante gore, muy bien conseguido por cierto a pesar del poco presupuesto que aparenta la película.

En definitiva, esta película es una genialidad que todo el mundo debería ver si os gusta las películas de terror y queréis echaros unas risas para descansar de tanto susto.

Siguiendo la estela de películas de culto que obtuvieron un gran éxito en años previos, como “Zombies Party” (“Shaun of the Dead” en versión original), en el 2010 se estrenó “Tucker y Dale contra el mal”, una cinta que toma como inspiración la ambientación y planteamiento de distintas películas de terror slasher como “La matanza de Texas” (1974) o “Viernes 13” (1980) para reírse de ellas y crear una acertada parodia que resulta muy simpática de principio a fin.

“Tucker y Dale contra el mal” es completamente recomendable como parodia. Toma las principales características de películas ya mencionadas (como “La matanza de Texas”), manteniendo factores como los adolescentes en peligro o los asesinatos gore, y lleva a la comedia más absurda todas las situaciones que llevamos años viendo en ese tipo de producciones. El resultado es una película original y divertida, que quizás pierde algo de frescura en su segunda mitad, cuando al espectador ya le sorprende un poco menos la propuesta, pero que, aun así, funciona muy bien en todo momento en términos de entretenimiento y diversión.

La premisa de este producto es valiosa: ¡Vamos burlarnos de esas películas clásicas de terror universitario! Así las cosas, el par de matones con sierras eléctricas y pinta campechana que podemos incluso olisquear en Camino hacia el terror o, por qué no, en el despiadado Jason de Viernes 13, se va a ajustar al correlato de paisaje y muerte, y excursión al bosque y matanza de la genial Masacre en Texas. Sin embargo, aquí se invierten los valores para darle un toque irreverente al asunto y colar en la cartelera de horror-adictos una explosión de vísceras y sangre de cuenta de unos poco memorables actores.
Un par de muertes con gracia en medio de esta comedia que, seguramente, sacará sonrisas apretadas y que, si quería sacar mucho más, apenas se quedó con la premisa interesante de invertir los valores entre víctimas y psicópatas.

Divertido filme que no por ello evita la enorme violencia, la sangre, la brutalidad y el horror.

La historia se basa en ese tipo de películas donde personas de ciudad (suelen ser los buenos) va un fin de semana o unas vacaciones a un lugar campestre o montañoso de los EE.UU. y se tropiezan con lugareños (suelen ser los malos de este tipo de películas) que suelen tener la manía de torturar, asesinar y derramar sangre humana como si fuese su pequeño entretenimiento; pero todo ello dinamizado con un personaje central, un joven gordo, barbudo, paleto y buenazo que nos hará desternillarnos de risa.