Día de la Independencia

Cuando la bestial campaña publicitaria en torno a la película se ha esfumado, cuando tenemos tropecientas películas de invasiones alienígenas y catástrofes en general, y cuando sus efectos especiales empiezan a verse incluso antiguos... ¿qué nos queda? Pues contra todo pronóstico, una película muy divertida cuyo espíritu ha llegado a toda una generación.

Pero no está bien, porque hemos cambiado mucho, y decir que Independence Day te parece una gran película con toda la americanada que es, con Will Smith todavía haciendo más del Príncipe de Bel Air que de un personaje nuevo, y con una pasión por la destrucción de Roland Emmerich como para condenarle a prisión por pura prevención, es no tener ni idea de cine. Esto es así y es el mundo que nos ha tocado vivir.

Porque ahora lo que hay que hacer es ponerse gafas aunque ni siquiera las necesites para ver, ver cine de autor, indignarse por lo patéticas que son estas películas y lo cazurra que es la gente que acude al cine como borregos a ver "espectáculos palomiteros vacíos". En definitiva, aparentar ser la persona más culta del mundo mundial y a la misma vez hacer lo posible para no deslizar lo aburrido que realmente eres. Porque todos aquellos que vieron Independence Day en el cine en 1996 que incluso aplaudían y gritaban ante los discursos del presidente Pullman son unos ignorantes cuyo tiempo no merece la pena, ya que estaban disfrutando sin más y no cultivando su mente con la película que estaban viendo. Disfrutar con una película y nada más, ¿puede haber algo peor en esta vida?

Ahora eso es impensable. Si vas al cine a ver algo reciente (qué se yo, Transformers por decir algo) y sientes esa sobredosis de "flipamiento" ante lo que estás viendo, te sientes cohibido cuando en realidad tienes un niño dentro que está gritando: "¡¡Mira como acaba de explotar media ciudad!!". Si se te ocurre expresar cualquier afinidad con ese tipo de películas no mereces la pena, no entiendes de nada y eres un paleto.

A todos aquellos que aplaudieron en la sala del cine donde vi Independence Day por primera vez cuando era sólo un niño les digo: Qué aburrido sería el mundo sin vosotros.

Llevaba toda la película pensando, sorprendida, que veía poco de Michael Bay en el estilo de «Independence Day». Y tanto, como que no es suya, sino de Roland Emmerich, y eso sí que me encaja: a la peli le falta nervio.

Repasada su filmografía, se ve que el buen alemán está un poco obsesionado con las catástrofes que ponen a prueba a la humanidad y destruyen la Tierra, sean de la naturaleza que sea, en este caso una invasión alienígena. Esta trama es un poco flipante, que conste, con esa guerra entre naves y aviones en pleno cielo neoyorquino. Pues claro que sí, ¿por qué no? ¿Por qué tenemos tan poca imaginación? Lo que algunos critican con dureza, a mi me encantaría verlo en España, lo repito: Cine de acción que impulse nuestra instituciones y nuestros edificios gubernamentales. El Congreso derruido por una rayo láser de una mega nave espacial que se ha posado sobre Madrid. ¿Por qué no? Y desde La Zarzuela el Jefe de Estado en plan 23-F llamando a la calma, y el gobierno en gabinete de crisis. ¿Por qué no puede hacerse?

En Estados Unidos no tienen esos complejo, y de hecho se pasan de desacomplejados en muchas ocasiones, pero «Independence Day» tampoco me parece en exceso patriótica, al menos si quitamos lo del 4 de julio universalizado. Como ya he dicho otras veces: ellos son así. Les gusta su bandera y les gusta su país, y el sueño americano que te permite incluso morir por Estado Unidos. Riámonos, pero ¿tomárselo como una ofensa?

¡Ay!, qué poca imaginación.

Uno de los taquillazos más sonados de los 90 y "rival" de "Mars Attacks!".

Partiendo del explotado tema de extraterrestres con mala uva que quieren aniquilar a los humanos y apoderarse del planeta (y la humanidad debe evitarlo), se nos narran varias historias de diversos personajes que acaban interconectándose y juntando fuerzas para hacer frente a los invasores. El ritmo es frenético y los acontecimientos ocurren rápido, con lo que es casi imposible quedarse dormido.

Actuaciones increíbles las de Jeff Goldblum y Will Smith. Encajan perfectamente en sus papeles de técnico despistado y militar chulo. El resto de actuaciones son más irregulares, destacando Bill Pullman en esa irregularidad; no me resulta creíble como presidente de los EEUU.

Efectos especiales muy buenos para su época.

Resumiendo... Esta película se disfruta quitándose uno prejuicios típicos de gafapasta y viéndola como un mero entretenimiento palomitero.

La pusieron en la crítica española un poco por debajo de la media, para mí parecer, es una película para verla tranquilamente, acompañado de palomitas. Fantástica es un rato, pero te llena sobre todo por los efectos especiales. En su época de los mejores que he visto. Está claro que a lo mejor adolece de un poco de credibilidad pero no son extraterrestres los que nos atacan? Entonces pueden tener la tecnología que más les guste, que para combatirlos se unifica el mundo haciéndose amigos hasta los enemigos, pues normal lo que está en juego es la supervivencia de la raza humana contra la de unos invasores, que hay de extraño.

Una pelicula muy mala, especial para aquel que le gusta el cine fantástico.