Brüno

324/31(27/09/09) Borat se cambia el traje y ahora es Brüno. Divertida a ratos comedia irreverente y políticamente incorrecta en la que se hace una sátira sobre la búsqueda de la fama y sus caminos para alcanzarla, todo ello con el vehículo de un personaje esperpéntico, Brüno es el alter ego del cómico Sacha Baron Cohen, que le sirve para poner de vuelta y media a todo cuanto se cruza a su alrededor, bien sea la moda, las prácticas sexuales, el conflicto israelí-palestino, la adopción de niños "afroamericanos" en África, la homosexualidad, los que "curan" la homosexualidad, reuniones para orgías y más. Es un batiburrillo desigual, con alguno gags buenísimos y otros muy forzados, cayendo varias veces en la sal gorda, en lo fácil de reírse del clásico teta-culo-caca. "Borat" me resultó más ácida, más corrosiva, mejor terminada, resultaba una sátira dotada de mayor frescura, está se pasa de retorcida, da varios pasos hacia adelante y se pasa, aún así me declaro fan de Sacha, de sus Alí G, Borat y ahora Brüno. Recomendable a los que gustó Borat. Fuerza y honor!!!

Bruno, es el personaje más bestia de la factoría Cohen. Más macarra, más bruto y muy vulgar. Ahora la pregunta es ¿Alguien ha visto Da Ali G show?. Porque el Bruno de esa serie, era el doble de gracioso, mucho menos violento y más ínsipido. No digo que la peli sea un horror, solo que es asquerosa, ahora, hay varios aciertos y varios defectos.
Aciertos: Cohen, vuelve a estar excelente, la escena de los cazadores, la del boxeo y alguna otra.
Defectos: Pocas risas, Gasoil no tiene gracia, muy bruta.
En fin, mediocre tirando a pasable(+).

El amigo Sacha Baron Cohen se hizo universalmente famoso gracias a su Borat, una simpática anécdota en forma de falso documental, con alguna chispa desternillante, eso sí.
Un trienio después, se repite la misma fórmula, con resultado inferior, por la razón que da pie al título de mi crítica: cuando uno va por la vida con la intención de provocar, lo más sencillo es buscar una víctima propiciatoria para ello, alguien a quien sea fácil sacar de sus casillas; pero esto no demuestra talento, sólo hace falta ser un poco tocapelotas, lo chungo es desquiciar a una persona normal, atacando la base de esa supuesta convencionalidad.
El personaje de Brüno, tan (homo) sexualmente explícito como carente de otras facetas que le completen, se dedica durante todo el metraje a burlarse de personas cuya existencia es una burla en sí misma: homófobos curanderos de la homosexualidad, mediums estafadores, palurdos aficionados a peleas sangrientas, padres que harían cualquier cosa para que sus vástagos consiguieran la fama y de paso unos cuantos dólares, extremistas árabes y judíos, terroristas (ojo, que el supuesto líder de las Brigadas de los Mártires de Al-Agsa no lo es, sino que Baron Cohen trampeó un poquito en este asunto), cazadores a los que no se les intuyen muchas más neuronas que a las presas a las que cobran, etc., etc.
La trama carece de ritmo narrativo, no existe una buena continuidad entre los mejores momentos de la peli, y en ocasiones languidece casi hasta el bostezo; creo que la cosa se salva porque en contados fragmentos sí que se despliega el talento provocativo del autor, para elevarse por encima del formato de cámara oculta con travesti que marca el tono general (ver "spoiler").

Brüno Gehard (Sacha Baron Cohen) es un austríaco depravado y vulgar homosexual que se dedica a reportero de modas, este desea ser famoso como las estrellas del cine. El marica de Brüno Gehard ("broo-noe gay-hard") intentara todo lo que sea por ser famoso, pero sin dejar de ser homosexual.

El cine, además de entretenimiento, tiene una obligación social. Hay un tiempo para cada cosa y un lugar para ello. Su demostración explicita del sexo no puede ser clasificado con un “R”, a lo menos un “NC-17”.

La comedia absurda e irreverente de Sacha Baron Cohen a corto plazo gusta, pero a largo plazo va perdiendo gracia. Los chistes de corte sexistas y raciales son de mal gusto. Es lo más vulgar y soez que se ha visto en el cine recientemente. Pretender hacer reír con este estilo, es enajenarse de una realidad, ¡lo poco gusta y lo mucho empalaga!

Ayman Abu Aita que hace de supuesto terrorista palestino en la película, está planeando emprender acciones legales contra Sacha Baron Cohen por difamación y engaño. Además de esta broma y otros comentarios despectivos de corte religioso, político y racista, han dado pie a que el actor haya declarado que está recibiendo amenazas de muerte.

La película tuvo un presupuesto $42 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $131 millones, más $11 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió cuatro nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine.

La risa está infravalorada. He leído las críticas de algunos reputados críticos y reconocen haber sentido ataques de risa con la peli, pero la puntuan bajo. Yo no suelo reirme el el cine, y menos a carcajadas, y con Bruno me he partido el culo en un par de ocasiones, y me reído en unas cuantas más.

Además, el formato me parece un acierto: mezcla de ficción con reality, dejando claro qué es qué. Sin embargo, como ya me pasó con Borat, no acabo de creerme todas las situaciones que se suponen grabadas sin el consentimiento de los que en ellas aparecen. ¿Se pueden emitir imágenes sin el consentimiento de los que aparecen en ellas? Y lo que más me escama, ¿por qué los "no actores" no miran nunca a cámara, si se ve que la lleva un operador y no es una cámara oculta?

Aunque fuera todo un fake, merece la pena.