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Recuerdos

Drama. Comedia Sandy Bates, director de cine especializado en comedias, asiste a una revisión de su obra en un hotel de la costa. Mientras a su alrededor todo el mundo quiere conocerlo y colmarlo de halagos, Bates se refugia en su interior para repasar los instantes más significativos de su vida sentimental y encontrar un sentido a su vida dentro de un mundo que cada vez le resulta más extraño e inhóspito. (FILMAFFINITY)
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Críticas 32
Críticas ordenadas por utilidad
16 de octubre de 2007
55 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
Décimo largo realizado por Woody Allen. Escrito por él, se rueda en New Jersey (Ausbury Park, Belmar, Ocean Grove, etc.) con un presupuesto de 10 M dólares. Es nominado a un WGA (comedia escrita directamente para la pantalla). Producido por Robert Greenhut, se estrena el 26-IX-1980 (EEUU).

La acción tiene lugar en NY y alrededores en 1979. El realizador de cine Sandy Bates (Woody Allen) reflexiona sobre su obra, vida y relaciones. Producido tras "Interiores" (1978) y "Manhattan" (1979), es un film muy notable, poco conocido, que contiene referencias autobiográficas, un homenaje a Fellini y a su "8 y 1/2" (1963), apuntes autocríticos de la obra realizada hasta entonces y una respuesta velada y jocosa a las críticas recibidas ("Interiores").

La película es uno de los primeros trabajos serios del autor. Combina elementos de comedia y drama, que envuelve en un contexto de humor, con trazos de crítica social, confesión personal (medicación de litio) e introspección. Demuestra su afición al cine con citas entusiastas ("Ladrón de bicicletas", De Sica, 1948), guiños de simpatía ("Los viajes de Sullivan", P. Sturges, 1941), profesión de admiración (Fellini) y simples referencias ("Los crimenes del museo de cera", De Toth, 1953). Cita a realizadores (Orson Welles), actores (Vincent Price) y cómicos (Bob Hope, Laurel y Hardy, Hermanos Marx). Menciona grandes nombres del teatro (Shakespeare), novela (Proust), pensamiento (Schopenhauer) y música (Beethoven y Bach). En la decoración de los escenarios incluye esculturas del artista pop George Segal y pinturas de Max Cole. Aparece la figura del mago, que retoma en obras posteriores ("Scoop", 2006). Expone una visión pesimista del género humano, que subraya con una estremecedora ampliación de la instantánea de una ejecución sumaria en Vietnam. Asume, además, una concepción pesimista del Universo, sometido a una degradación continuada que provocará su desaparición.

La música, dirigida por W. Allen, aporta una banda vibrante y variada que incorpora 3 composiciones para piano de Dick Hyman ("Easy Love", etc.), fragmentos de jazz e interpretaciones memorables de grandes figuras ( "Stardust" de Louis Armstrong, "Moonlight Serenade" de Glenn Miller y "If Dreams Come True" de Chick Webb). La fotografía, de Gordon Willis, en B/N como la de "8 y 1/2", proyecta sombras en la pared (secretaria), crea composiciones surrealistas (paraíso del jazz, elefante en la playa), realza los números de magia, incorpora sueños (su propia muerte), marca contrastes inquietantes (gaviotas/basurero) y ofrece secuencias dedicadas a Fellini (interior del vagón). Las interpretaciones de Charlotte Rampling, Jessica Harper y Marie-Christine Barrault son loables. Debuta en un pequeño papel Sharon Stone (vagón de los ricos).
Miquel
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29 de noviembre de 2006
30 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Evidente homenaje del maestro semita hacia su admirado Fellini en la forma de "Amarcord" y esencialmente y por temática "Otto e mezzo", aunque Allen autocatalagora con absoluta modestia esta obra como "simplemente un cuatro", por considerar que no llegaba siquiera a alcanzar la mitad de la magia de aquella otra de Fellini, aunque también están presentes ciertas similitudes de las obra de gente como Bergman y/o Preston Sturges en su "Sullivan´s travels"...

Aunque infravalorada por parte de la crítica que la llegó a catalogar de pretenciosa por lo autobiográfico del asunto, lo cierto es que un año después de filmar su obra cumbre "Manhattan" se decide por llevar a la práctica esta obra llena de inolvidables y mágicos momentos y compendio de algunas de las más ingeniosas frases de la factoría Allen...

Tal vez el maestro neoyorkino quisiera llamar la atención del hartazgo existencial a que estaba sometido...De hecho, cuando su alter-ego en la película, el personaje de Sandy Bates, interpretado por él mismo llega en la ciudad de Kansas al hotel Stardust donde se celebra un festival cinéfilo en retrospectiva de su trayectoria , los miles de fans allí congregados le agasajan siempre con los mismos tópicos; "...eres mi ídolo...eres un maestro de la desesperanza...me encantan tus películas, sobre todo las divertidas del inicio..."...

"La vida no es como el arte ó la masturbación que se pueden controlar...la vida es fruto del azar casuístico"...En otro momento de la cinta, casi al final, uno de los innumerables fans que le agasajan, le aborda en los pasillos del hotel Stardust y aparte de ensalzar su obra le reprocha recordándole que creciendo juntos en el mismo barrio, él acabó siendo taxista, mientras que Sandy fructificó como cineasta de éxito...La vida se nos escapa de nuestro control...

Con una estupenda fotografía en blanco y negro a cargo de uno de sus habituales Gordon Willis, y una estupenda banda sonora que va desde la pieza musical epónima que sirvió además de inspiración a Allen para titular su obra, "Stardust", de Hoagy Carmichael e interpretada por su eternamente admirado Louis Armstrong, pasando por el recurrente tema del "Body and Soul" de su también admirado Django Reinhardt ó el "Brazil" de Ary Barroso, hasta el "Three Little Words" de Harry Ruby, Allen pergeña esta extraña mezcla de influencias que compendia las obras arriba citadas del maestro Fellini... que entre recuerdos y más recuerdos el cinesta va recordando a lo largo del metraje...

La constante alusión de Allen al miedo a morir sin entender el sentido de su efímera existencia...preocupaciones éstas que ocupan el espacio de las mentes de una sociedad más moderna y avanzada en contraposición a aquella otras sociedades primitivas donde las preocupaciones eran otras,... como el subsistir con medios precarios...

Tal vez la gente como dijo en alguna ocasión un gran productor de cine "esté harta de tanta realidad"...

E N T R A Ñ A B L E.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
burton
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29 de abril de 2006
27 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Probablemente esta película, tan magnífica como olvidada, sea una de las comedias más melancólicas, dramáticas, personales e introspectivas de toda la carrera de woody allen.

En ella se narra la vida de Sandy Bates, un director de cine cansado de hacer películas cómicas, que aunque gustan a todos sus seguidores, no le llenan. (Como dice el en una escena de la película "I don't feel funny"). Tras acudir a recoger un premio a un certamen donde se expondrán sus films, se reencuentra con su infancia, sus temores más profundos y sus fracasos sentimentales.

Rodada en blanco y negro, contiene alguna secuencia que en lo onírico homenajea (no muy sutilmente, todo hay que decirlo) a la gran 8 1/2 de Federico Fellini.


I-M-P-R-E-S-C-I-N-D-I-B-L-E

Un Saludo
mijack
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9 de octubre de 2006
24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fellini, Ocho y medio, Mastroianni. Con Recuerdos... de una estrella, Woody homenajea sin ningún rubor a la otra gran influencia europea del aprendizaje cinematográfico y sentimental del joven Allen. En sus primeras películas el director estadounidense lo ha ido salpicando con referencias. Annie Hall, Manhattan, Interiores, nos han mostrado la faceta culta de su director; Allen es un devoto y fervoroso admirador de gente como Bergman, Kurosawa, Buñuel o de este Fellini. Y para Allen llega el momento de saldar una pequeña deuda que tenía con el director italiano.

Corre el año 1963 y Allen muestra interés por trabajar de algún modo con Fellini. No será posible. A Woody la espina se le queda clavada. Algún día, piensa para sus adentros, se desquitará. Desde los primeros hasta los últimos planos de Recuerdos, Allen sigue a rajatabla las huellas de la cinta de Fellini Ocho y medio. No faltarán quienes carguen contra Allen por considerar Recuerdos como una copia descarada de la película italina.

La fatalidad parece acompañar a Woody a lo largo de toda la película. Vemos a un protagonista agobiado por las masas, abrumado por los mismos problemas de siempre, que tampoco tiene mejor suerte con las mujeres y que sólo encuentra abrigo al arrimo del jazz de Louis Armstrong.

Recurriendo una vez más al blanco y negro, Recuerdos refleja un cierto ahogo del propio Allen tras el éxito conseguido en los últimos años de su carrera profesional. Como el personaje de la película, Allen se ve rodeado de admiradores que desean estar con él, conocerle, amarle, cuando nadie sabe en realidad que los pensamientos que pasan por su mente remiten a la desesperanza y la fatalidad.
cassavetes
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16 de mayo de 2016
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1963 Woody Allen, una naciente estrella de la comedia norteamericana (no había empezado a filmar sus obras maestras por entonces), estuvo a punto de trabajar con su admirado Federico Fellini, pero al final no pudo ser.

Unos años después, en 1980, ya en el Olimpo del cine tras haber filmado obras maestras como "Annie Hall", "Manhattan" o "Hannah y sus hermanas" además de descacharrantes comedias como "El Dormilón", "La última noche de Boris Grushenko" o "Toma el dinero y corre", el maestro neoyorquino firma su particular homenaje al genio italiano -y concretamente a su film de culto "Fellini ocho y medio"- con esta entrañable película, "Stardust Memories", que de paso sirve para rendir homenaje al gran Louis Armstrong, con cuya música creció.

El recibimiento de la película fue bastante frío, sobre todo por parte de la crítica, pero poco a poco la película ha ido calando entre los muchos admiradores del genio neoyorquino hasta convertirse a su vez en un film de culto para sorpresa del propio Allen, que hablaba de esta obra como "Allen ocho y cuarto", en referencia a la distancia que le separaba de la mítica película de Fellini.

Ayer la volví a ver, no llega a la altura de sus obras maestras, pero es realmente deliciosa. Su título en español es "Recuerdos" o "Recuerdos de una estrella". Que la disfruten.
lisufelligus
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