A Coachman

Es un placer poder escribir unas palabras sobre "Mabu" (en coreano, "A Coachan" o "The Stableman" en inglés), una película surcoreana en la que participaremos de la vida de una familia cuyo principal protagonista es el padre, viudo para más datos y con cuatro hijos, que forma parte de un gremio que ya en esa época y en ese momento empezaba a estar desfasado. Ese padre cuida lo mejor que puede de su prole, pero entre todos sólo suman problemas y problemas. Él tira y tira de un caballo que para colmo no le pertenece, carga y descarga día sí día también mientras la irrupción del camión va acabando con el negocio.

Hay buenos y malos, aquí los grises no aparecen, así que es fácil identificar quienes ayudan y cooperan y a quienes no hacen otra cosa que poner obstáculos en las vidas de los demás. Es un placer escribir sobre una Corea del sur que estaba lejos de ser la potencia económica actual y cuya población en la capital presentaba a la vez tristes contrastes: por un lado gente como el cochero y su familia que luchan por conseguir una vida mejor, y por oro lado quienes sustentan poder económico y no se han de preocupar de la cena de cada noche.

Permanecerá semiolvidada, olvidada totalmente, es lo mismo, pero esto no es Cine de Barrio, esto es cine comprometido, años 60 en Corea del sur, pero buen cine. Es verdad también que no es un Ozu coreano, esto no es una obra maestra, pero valen la pena visitar títulos así, sin complejos, para que quede demostrado que siempre se ha hecho buen cine en cualquier rincón del planeta.

Ja Chunsam (Seung-ho Kim) es un humilde cochero que trabaja con un caballo alquilado halando una rústica carreta llevando paquetes, en un momento histórico donde esta labor se está quedando en el pasado frente a la aparición cada vez más constante de automóviles, por tanto, cada vez se gana menos dinero.

Chunsam es viudo y hace lo posible para sacar adelante a sus cuatro hijos, dos hombres y dos mujeres, una de ellas es muda y está casada, la otra se avergüenza de su padre y busca mejorar su condición económica, de los hombres el más grande está estudiando para pasar un examen de admisión, mientras el menor, comienza a meterse en algunos problemas de robos.

Mabu fue el primer filme surcoreano en alcanzar relevancia en alguno de los festivales más importantes del mundo, específicamente en la edición 11 del Festival de cine de Berlín donde se llevó el Premio especial del jurado, convirtiéndolo en el segundo mejor largometraje de dicho certamen.

La película presenta un áspero drama por todos lados, los hijos tienen sus dificultades pero el que carga el peso de todo es el padre, que debe velar por subsistir con los cuatro, en condiciones que cada vez se vuelven más complejas, una obra sencilla con buenas interpretaciones y con un cierre que brinda esperanza.