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La ciudad desnuda

Cine negro. Thriller Una calurosa madrugada neoyorkina, la modelo Jean Dexter es asesinada a sangre fría. El teniente de homicidios Daniel Muldoon (Barry Fitzgerald) se hace cargo del caso con la ayuda de un joven y competente detective, Jimmy Halloran (Don Taylor). Mientras los policías tratan de desentrañar los motivos que condujeron a la muerte de la chica y de encontrar a su asesino, la vida cotidiana sigue como si tal cosa en el corazón de la populosa urbe. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 33
Críticas ordenadas por utilidad
30 de marzo de 2009
68 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable film de cine negro realizado por Jules Dassin (1911-2008) ("Noche en la ciudad", 1950). El guión, de Albert Maltz y Malvin Wald, desarrolla un argumento original de Malvin Wald. Se rueda en escenarios naturales de exterior e interior de NYC (Roxy Theater, Universal Building, Roosevelt Hospital, City Morgue, Williamsburg Bridge, etc.). Nominado a 3 Oscar, gana 2 (fotografía y montaje). Producido por Mark Hellinger (“Fuerza bruta”, 1947) para Universal, se estrena el 4-II-1948 (NYC).

La acción dramática tiene lugar en NYC a lo largo de 2 días del verano de 1947. La modelo Jean Dexter, nacida Mely Batory, de origen polaco, aparece asesinada en el baño de su apartamento. El veterano detective Dan Muldoon (Fritzgerald) y su ayudante Jimmy Halloran (Taylor), junto con otros policías, realizan la investigación. Dan lleva 22 años de servicio en el cuerpo y Jimmy sólo 3 meses. Dan es astuto, experto y eficaz. Jimmy es novato, inexperto y voluntarioso.

El film suma crimen, cine negro, misterio, drama y thriller. Rodado en estilo documentalista, muestra con complacencia la ciudad, sus edificios, sus calles y sus habitantes. Como explicó el realizador, el film constituye un intento de combinar un relato de cine negro con el uso de la estética neorrealista que se pone de moda en Europa tras la IIGM. De ahí que el rodaje se haga en escenarios reales, en situaciones reales y situando los actores junto a los ciudadanos. Trata de combinar el relato principal con escenas tomadas de la vida cotidiana real (empujones en el metro en horas punta, tránsito de peatones y vehículos por las calles, sesión de un gimnasio, club de pistas de tenis...). Los personajes, incluidos los principales, son seres humanos normales, corrientes, creíbles y próximos, con los que el espectador se identifica fácilmente.

La descripción de la investigación se desarrolla con minuciosidad, rigor y coherencia. Se muestra su desarrollo paso a paso, detalle a detallle. Con la ayuda del misterio que envuelve la autoría del crimen y los peligros que corren los protagonistas en su labor de identificación y localización de los responsables, se crea una atmósfera de tensión que atrapa al espectador hasta introducirlo en el vigoroso crescendo dramático del último tercio de la cinta. Es uno de los grandes trabajos de Dassin, realizado poco antes de su marcha de EEUU a raíz de la infausta “caza de brujas”, del senador Joseph McCarthy.

(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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15 de octubre de 2006
52 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
He de reconocer que durante los primeros minutos de la película la voz en off todopoderosa que nos va desgranando la vida en la urbe me molestaba bastante pero, menos mal, que llega un punto en que deja de dar el coñazo para dejarnos disfrutar de otra maravilla de Dassin... éste hombre es un genio del cine negro y policíaco, uno de sus mejores representantes, sino como explicar el gran número de imprescíndibles que tiene en su haber, a saber... Rififi, Topkapi (ay!! del que ose meterse con ésta película en mi presencia), Noche en la Ciudad y ahora acabo de descubrir otra, ésta Ciudad Desnuda.
Lo que hace éste hombre se llama talento, talento para mezclar grandes escenas de acción (hay un antecedente en éste filme de la persecución de French Connection) con ironía, grandes interpretaciones, ritmo, una historia sin cabos sueltos... en fin que es todo un placer disfrutar de películas así y que ningún buen aficcionado al cine que se precie debería perdérsela.
lovekraft
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6 de diciembre de 2009
32 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nueva York.
Neorrealismo Yanqui.

Esos dos ingredientes son los que utiliza Jules Dassin para hacer esta estupenda película.

No hay títulos de crédito. Miento, sí los hay pero son orales. Los suelta el narrador al principio, que es nada menos que el productor del filme. Puede molestar al principio, pero tiene gracia que el amo del cotarro te cuente la película.

La historia es un caso de asesinato. Nada del otro mundo. Incluso desde el principio ya sabemos quien es el asesino. No importa, Dassin se las ingenia para darnos un paseo por la ciudad sin bajar la intensidad, con un guía de lujo: Barry Fitzgerald.

No hay decorados, no echan a la peña para rodar. Si el metro está lleno, pues así lo reflejan. Los ruidos son los de Nueva York, que es la verdadera protagonista.

Tal vez la mejor película sobre la Gran Manzana.
Gilbert
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10 de julio de 2011
31 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imperfecta y hermosa, desequilibrada y genial, "La ciudad desnuda" se revela como una obra fundamental en la filmografía del director, y también dentro del género, tanto por las novedades que aporta como por las influencias que asume.

Digo que es imperfecta y desequilibrada porque el argumento tiene poco peso en comparación con el marco en el que se desarrolla; es más, el verdadero argumento es el marco, esa ciudad impresionante, hermosa y terrible a un tiempo, que encarna la vida y la muerte de los que la habitan. Nueva York es la estrella del filme, la diva, y está tan maravillosamente fotografiada por William Daniels como lo estaría cualquier estrella femenina (de hecho Daniels era el director de fotografía predilecto de Greta Garbo, que estipulaba su presencia obligatoria en las películas en las que intervenía). La ciudad es la protagonista, pero cumple el rol de la mujer fatal, atractiva y destructora, capaz de engullir a los que la frecuentan, revelando así su cara más siniestra, aspecto que Dassin mantendrá en sus posteriores realizaciones como "Mercado de ladrones", "Noche en la ciudad" y "Rififí" (sus mejores obras, en las que las ciudades cumplen el mismo papel que en el presente filme).

Otro aspecto cuestionable es el empleo, un tanto abusivo, de la voz en off, especialmente en el inicio de la película, que formalmente es espléndido. En mi opinión las imágenes de la ciudad hablan por sí solas, no necesitan acompañamiento ni aclaraciones. Debe señalarse también que las ambiciones sociales de la película quedaron cercenadas por el estudio, que cortó gran parte de la cinta, impidiendo que Dassin mostrara plenamente su vena neorrealista, lo que desequilibra un poco el conjunto final.

Pero todas estas posibles debilidades palidecen ante las virtudes de una película maravillosamente filmada, que capta como pocas el pulso de la vida urbana; cuando veía el comienzo, con esos planos aéreos de Nueva York, inicialmente diurnos y después nocturnos, resultaba imposible no asociarlos al arranque de "Manhattan", al igual que un hermoso plano, tomado junto al puente, que remite a otro plano memorable de la citada obra de Allen. Las escenas urbanas beben de las fotografías de Arthur Fellig, célebre por sus reportajes asociados a crímenes y cuya vida se llevó al cine en la interesante "El ojo público"; sin ir más lejos, el título de la película es el de un libro de fotografías que publicó dicho fotógrafo en 1945. Hay también cierto influjo de una obra documental mítica, como es "Berlín, sinfonía de una ciudad" de Ruttmann, y de algunos pintores norteamericanos de principios de siglo (en el comienzo, de un expresionismo brillante, hay un plano nocturno de un tren elevado que recuerda poderosamente al cuadro "Six o'clock, winter" de John Sloan). Igualmente, la relevancia que se concede a la arquitectura urbana, recuerda a algunas obras del expresionismo alemán, como Metrópolis (aunque en ella la arquitectura fuera puro decorado).
Spoiler.
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Quatermain80
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9 de febrero de 2019
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este film utiliza la figura de El Relator para ir informando y comentando la acción. El tono empleado no es el del documental, como en otras películas policíacas o de cine negro de esas fechas se ha hecho al inicio para poner en antecedentes al espectador, si no que durante toda la película, eso sí, sin molestar, comenta las secuencias más importantes con frases del orden de: “Eh, fulanito ¿por qué no haces eso ahora?” “Busca, inspector, no debe andar muy lejos”. El tema está en que esa voz en off no ralentiza el ritmo y, aparentemente, no incide en el drama de la acción, pero me he fijado especialmente que la película tenía un argumento lo suficientemente sólido o normal para que transcurriera sin necesidad de ese Relator.

Los personajes están bien definidos, a Barry Fitzgerald le sobra personalidad para dar vida a un teniente de la policía de buenas maneras pero tajante. A su alrededor se mueve gente con eficacia gracias a una buena labor de dirección, y los de enfrente, los fuera de la ley, o son mentirosos muy creíbles o asesinos escurridizos.

La película es un caso de asesinato como miles hay en una ciudad de ocho millones de habitantes (entonces) como Nueva York, esté desnuda o vestida, y la consiguiente investigación policial que está rodada en escenarios reales con gente de la calle y tiene un final emocionante.
floïd blue
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