Reincarnation

Afirmar que toda Liberia es una gran potencia futbolística mundial basándonos en Weah sería erróneo. Él sobresalió, el resto no. Partiendo de aquí, puedo decir que gracias a las dos o tres que cuajaron en un principio, al terror oriental se le considera de lo mejorcito del género. Pero no es así. Detrás de "La maldición", "The eye" ó de "The ring", hay una legión de títulos de mediocres resultados. Si se hiciese una media contando con todas ellas, probablemente el cine asiático quedaría muy mal mirado; a la altura de una colilla empanada con serrín en los bajos del bar de la esquina.

Los títulos citados antes corresponden a la cima del japo-terror. Si tiras para abajo, tropezarás con propuestas discutiblemente acertadas. "Reencarnación" es un claro ejemplo.
Mete la pata en los mismos boquetes en donde la meten sus paisanas;

- En en comienzo aparecen distintos sustos a distintas personas. Uno detrás de otro sin aparente relación entre sí. Parece que nos quieren demostrar que aprobaron un cursillo de miedo y están locos por mostrarnos sus habilidades.

- La historia mal narrada. Ver Reencarnación (o cualquier otra) es meterse de cabeza en un laberinto confuso de historia. Es como si el del montaje tuviese dislexia, pero en lugar de liarse con las palabras lo hiciese con las escenas. También es cierto que no ayuda mucho el hecho de que los actores asiáticos son muy parecidos entre sí.

No puedo aprobar esta cinta. No me ha dicho casi nada. La trama es flojísima, y ya está todo demasiado visto. El desengaño con ella, a salpicado a todas las demás. Por ello, os manda un saludo un ex amante del cine de terror oriental.

Probablemente esta película no tenga un hilo conductor muy coherente, pero tal vez eso sea al mismo tiempo su mayor virtud. Mi sensación después de ver la película es la misma que tiene uno después de tener un sueño; generalmente en los sueños no hay mucha coherencia espacial (los escenarios cambian abruptamente), las personas con las que interactuamos en los sueños también se intercambian, no hay una lógica muy estricta que digamos, etc. y justamente eso libera de mucha carga sicológica. Pero claro, esta vez se trata de una pesadilla que, sin dejar de ser sueño, tiene un efecto liberador.

Soy amante del cine de terror y últimamente me he decepcionado del género. Parece que se han acabado las ideas y muchas películas recurren a un despliegue de efectos especiales para ocultar guiones débiles y tristes actuaciones. Esto ocurre casi siempre con el cine estadounidense, cuyos realizadores parecen tener la conexión directa FX-TAQUILLA, ecuación en la que no siempre se incluye la calidad del filme. Por eso, cada vez más busco el cine de otros países tratando de hallar una bocanada de aire fresco. Y si bien no siempre se consigue, en ocasiones se logra respirar un ambiente diferente, libre de la parafernalia hollywoodense.
En el caso de Reencarnación, confieso que en varias ocasiones me aceleró el pulso y aunque no es terror puro, maneja un suspenso, a mi parecer, bien logrado. Pero lo principal, muestra que se puede hacer un filme interesante sin necesidad de desplegar efectos especiales sofisticados e imágenes por computadora (que no siempre se ven reales). Tiene sus fallos, como cierta confusión en el guión cuando se empieza a esclarecer la trama, pero esto no le resta méritos a este filme que puede verse como un buen representante del terror japonés.
Por cierto, en Ecuador es difícil conseguir películas de terror que no sean gringas. Llevo meses buscando REC y parece que me tendré que conformar con su remake estadounidense, QUARANTINE. Esto sí me da terror, pues ya sabemos la mala costumbre gringa de torpedear y destrozar filmes originales con malas copias.

El afamado director Takashi Shimizu, responsable de películas como "La maldición" y todas sus secuelas, precuelas, versiones americanas y demás firma este film con una nueva galería de atormentados espíritus orientales.
Én ella se nos cuenta cómo se está rodando una película sobre un crimen múltiple acontecido muchos años atrás en un hotel japones, donde un hombre asesinó a su familia y a diversos empleados del establecimiento antes de quitarse la vida. Nos narra cómo, cuando los protagonistas de esta filmación entran en contacto con la historia, comienzan a producirse fenómenos inexplicables, apariciones, visiones... que les van haciendo percatarse de que lo que allí ocurrió y que están ahora interpretando en la película que ruedan, tiene mucho más que ver con ellos de lo que piensan.
El film, en el que se encuentran ya "topicazos" propios del director (y muchos del reciente cine de terror oriental ) como ciertas puestas en escena, ciertos efectos de sonido, la manía de utilizar los armarios, los niños siniestros (no olvidemos que estamos ante el creador del inolvidable "Toshio")... se reviste también de novedades, como un mayor virtuosismo visual para las apariciones y alucinaciones de sus protagonistas, y la utilización de una muñeca siniestra (alter ego japonés de Chucky y la muñeca de "May") que resulta ser una de las grandes protagonistas de la película, siendo ella mucho mejor que varios de los personajes que nos presenta.
Sin llegar a ser aterradora, esta película sí que resulta inquietante, por lo que cuenta y por cómo lo cuenta (además es de agradecer que lo hace a un ritmo más animado del que nos tiene acostumbrados el cine nipón de terror). Es inteligente, pues sabe jugar con el espectador, llevarlo a conclusiones sobre los misterios que presenta para luego dar giros de guión y sorprender...
No esperaba gran cosa de ella, y he de reconocer que me ha sorprendido gratamente, recomendable para los amantes del cine oriental de terror y para aquellos que creían que estaba todo visto en este tipo de películas.
Enoch

El género de Terror es otro de los que lelga desgastado al siglo XXI. A mi parecer las últimas realmente interesantes han sido orientales (japonesas, coreanas, hongkonesas). A pesar que la han vapuleado bastante, Rinne es un filme que se deja ver y su ritmo narrativo no decae en ningún instante. La trama gira sobre la criptomnesia que es tener recuerdos encriptados de vidas pasadas y que de repente afloran, en este caso para reconstruir un crimen acontecido 35 años atrás en un hotel, para lo cual, cada víctima se encarga de buscar a su propia reencarnación. Si bien los sustos no son del otro mundo (nada que nos haga saltar de los asientos), no puede negarse que la película guarda mucha similitud con The Shining de Kubrick-King (Jack Torrance revive una masacre acontecida en 1921 en un hotel invernal) y la muñequita de marras hace muchos guiños a Chucky. El logro pirncipal de la historia es no saber hasta el final quien se reencarnó en quien. Pocos espectadores deben haber adivinado quien era Nagisa en realidad.