El juicio dictado sobre cada muerto

Jan Troell, veterano director de algunos clásicos del cine sueco, aborda una biografía sobre el periodista Segerstedt, al que ninguno conociamos allende las fronteras de su país natal. En mi opinión, la presente cinta destaca por las elecciones estéticas sobre la miríada de biopics esmerados pero faltos de alma. La fotografía es excelente, y las actuaciones son muy buenas también. En el debe queda una vez más esa obsesión por indagar en la vida amorosa del autor por encima de su vida profesional. Creo que nunca hay un equilibrio entre ese triángulo amoroso (cuadrado, si añadimos a la esposa de Segerstedt, la cual queda algo desdibujada) y la furibunda y encomiable actitud antinazi de nuestro protagonista, que al parecer afectó a su carrera profesional en una Suecia cómplice del nazismo. Lo peor es que esto último queda un poco esquemático, dado que no hay tanto foco aquí como debería. Por supuesto, otras personas pueden discrepar de esta opinión, y en cualquier caso he de decir que la película me parece muy recomendable en su conjunto.