Mi deseo en tu piel

He de confesar que siempre al ver cine escandinavo me pareciera que reflejan en su estado de ánimo mucho de lo que les afecta el clima. Todo es frío, gris azulado, rostros inexpresivos y la búsqueda de motivación.

En Soap marca un dilema poco expuesto y con mucha relación con las diferentes formas en que se presenta la depresión, aquí el protagonista lleva tiempo tratando de conseguir un permiso que le permita convertirse en mujer, pero alguién ha llegado para hacer que dude de su proposito. “Quiero ser mujer pero… me he enamorado de una”, es realmente extraño, pero no del todo imposible.

Dentro del filme no solo se aborda el travestismo como punto central, también las relaciones destructivas, lo cual implica el abuso físico y mental sobre el débil; la incomprensión de sentimientos e incluso los roles del dominante y el dominado.

Buena elección para conformar filmes de la Muestra Internacional de Cine en la Ciudad de México.

Sobre esta película, más que hablar sobre lo interesante o no que pueda parecer su argumento, quiero comentar lo mucho que me gustó la forma en la que está rodada. Muchos planos cámara en mano en una historia estructurada por capítulos en la que un narrador hablará al final de cada uno de ellos sobre lo que ya hemos visto. Mientras eso ocurre se intercalan imágenes fijas con otras en movimiento, tirando del blanco y negro para darle a esas escenas de análisis un marcado aire a pasado.

A partir de aquí, entiendo que haya gente a la que no le interese lo más mínimo la historia de un chico travestido que mientras espera la autorización del gobierno danés para su operación de cambio de sexo se enamora de su nueva vecina.

Tratar dos personalidades tan complejas como son las de las protagonistas y tratar las relaciones entre ellas, requiere de un auténtico guionista que sepa definir los sentimientos. Así mismo el director tiene que conseguir plasmar en imágenes lo que el guión tiene. Y por último los intérpretes están obligados a desarrollar un difícil papel lleno de matices. Todo esto aquí se da, pero no tanto como para hacer una película redonda. La acción se desarrolla enteramente en el interior de los dos apartamentos que ocupan las protagonistas y tratándose de ahondar en el interior de cada una de ellas, la fotografía tiene que ser muy intimista. Pero el ser intimista y realista no quiere decir que en muchos momentos no puedas ver lo que ocurre en la escena. Este es un fallo de los muy modernos, o de los directores que no cuentan con buenos fotógrafos. Hay un plano que se repite varias veces del exterior en el que vemos unos árboles llenos de flor con las ventanas al fondo. Estos planos, cuyo significado entiendo, están muy iluminados y contrastan demasiado con la iluminación que tenemos en el interior de las habitaciones, donde además no hay persianas, sino simples cortinas que dejan entrar la luz. La utilización del blanco y negro con la voz en off es muy adecuada para la historia. Por todo lo que he dicho no llega a ser para mi una buena película, aunque si es interesante.