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Los liantes

Comedia Amador y Fidel son dos pequeños timadores de playa que actúan en Torremolinos y alrededores con más desdicha que fortuna y viviendo tan de milagro que Dolores, esposa de Fidel, le ha abandonado porque no le considera capaz de dedicarse a algo serio y honrado. Eduardo, un amigo de ambos y que además es el cerebro del grupo, tiene la idea de hacer creer a un millonario que juega en un casino, que Amador es un hombre-elefante, a LOS ... [+]
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
18 de mayo de 2009
25 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
En verdad a mi me hace un montón de gracia cuando en este tipo de películas va uno de estos y se agachan bajo una tía en pelotas y empiezan a decir: "mira... dos tetitas; una y dos (a la vez que las va tocando). Y un culito... y aquí el ombliguito... ¡Jesús, que buena está!"...

Y me hace gracia porque en todas las películas hacen exactamente lo mismo. Y por el nulo sentido que tiene el diálogo me da mucho que pensar. Se ve que en realidad el director quiere hacer uso de la reciente liberación sexual de la época como sea, sin saber ni qué poner para después poder ofrecerle al pueblo otra película más plagada de coños. Así que la idea es la de despelotar a una tía y pedirle al otro que improvise. Claro, el pobre chaval se encuentra con un par de tetas y con un chocho en la cara y lo único que se le viene a la cabeza (comprensible, dicho sea de paso) es enumerar mientras va tocando cada hermoso recoveco de la anatomía humana; más exactamente en su apartado femenino.


Por lo demás la cinta es de lo peor (si cabe) del dúo Pajares y Esteso. No hay nada con menos gracia que exagerar algo que ya de por sí solo resulta exagerado. Y si el timo en sí es rocambolesco, la caricaturización de él llevada al máximo extremo lo termina por rematar.

Antonio Ozores, como siempre; el number one.
JuanCádiz
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11 de agosto de 2011
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno... ¿qué se puede decir? Pajares liga aquí más que nunca (si me dicen que en los 80 era el hombre más deseado de España me lo creo y todo), Esteso sigue en su papel de zoquete (no sabía hacer otro) y Antonio Ozores con su gracia característica (¿para qué cambiar?).

Aquí son unos timadores de poca monta que engatusan a pardillos en la Costa del Sol y acaban haciendo el capullo en un casino al lado de un cargante barbas que resulta ser millonario. Todo en la línea habitual, pero con más desnudos gratuitos y con más tufillo machista que nunca. Imagino que había que llenar un poco de metraje porque con el guión andaban algo justillos. Pero, ¿qué puede hacerse en estos casos? Veamos:

COSAS QUE HACER CUANDO HAY QUE RELLENAR METRAJE (algunos ejemplos):

1) Caer sobre una chavala en pelotas. Cualquier excusa es buena. Hay que aprovechar que dentro de plano hay una tomando el sol... ¡y ya está!
2) La chica no está en pelotas, pero eso no es problema: se le quita la ropa y tan contentos. ¿Sabes lo bueno? ¡Que ella incluso se deja magrear y no protesta!
3) Nos sacamos de la manga una sesión de fotos de carnet con dos guiris. Ellas acaban completamente desnudas y Pajares arrancándoles un pelo púbico (que es lo lógico en éstos casos).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cirilo
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15 de febrero de 2024
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nueva incursión de Mariano Ozores en el ambiente del juego (Ya no va más, Los bingueros...), esta vez en el casino de Torremolinos, con sus dos showman estrellas, Esteso y Pajares, y el inefable Antonio Ozores a la zaga. Igualmente se echa mano de las clásicas supersticiones durante el juego con los posibles gafes y por el otro lado los llamados "hombres elefantes", aquellos que proporcionan una suerte bárbara a los demás aunque él no la tenga.

En Los liantes, el meollo de la cuestión rodará en torno a la ruleta y tendrá a Emiliano Redondo acompañando al famoso dúo. Los liantes es una película que repite las fórmulas conocidas de este director que mezcla un humor chabacano y el "destape". Personalmente opino que responde a las expectativas aunque hoy día este cine esté infravalorado pero estaba muy demandado por entonces y de ahí las once películas que protagonizaron estos dos. De hecho, la fórmula se ha intentado repetir posteriormente, por ejemplo con Martes y Trece, pero el invento ya no funciona. No es un cine para buscar pero si aparece por las parrillas televisivas, siempre a horas nocturnas como debe ser, es una opción difícil de desechar, al menos por los buenos aficionados porque el resto de lo que haya por otras cadenas será repetido y aburrido.
floïd blue
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24 de abril de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es bien sabido que España es un país de pícaros, de tramposos, de timadores, de charlatanes. Cada uno con su tradición; Irlanda tiene los borrachos, Bélgica los bombones, Japón los samuráis, y nosotros, qué le vamos a hacer, tenemos a los liantes.

El cambio de década para Mariano Ozores significó una etapa de mucho éxito, una etapa lucrativa (al menos en su comienzo) gracias a la buena respuesta que daba el público a las peripecias protagonizadas Esteso y Pajares; aunque parezca mentira, y aunque las taquillas americanas se derretían con la monumental "El Imperio Contraataca", aquí títulos como "Los Bingueros" o "Yo Hice a Roque III" hacían la pascua en cuanto a recaudación a la "space opera" de George Lucas.
La serie continuaba tras la muy negra y ácida "Los Chulos", y si la parodia de "Rocky" y la parafernalia del mundo del boxeo gustó a todos, el sr. Ozores no iba a detenerse, así que volvería a unir al infalible dúo (junto a su hermano Antonio, cómo no) en una nueva aventura alrededor de las bonitas playas de Torremolinos que tanto adoraba para contarnos las penurias que han de pasar Amador, Fidel y Eduardo, tres amigos que se ganan el pan a base de practicar la vieja afición del ciudadano español de clase baja: el timo. Pero no timos a gran escala...

Como podemos ver al inicio del film lo de estos cutres desarrapados (y valga como demostración lo de la estafa del radiocasete al turista en la playa...¡donde Fidel tiene que hacer el ruido del avión por no haber cinta de muestra!) son las trampas más conocidas del ramo (el chantaje fotográfico, el policía falso) pero lo más gracioso es que casi todo lo que hacen les acaba saliendo mal. La salvación está en el sr. Calapeña, un millonario repelente y de lo más supersticioso cuya suerte jugando en el casino es pésima, excéntrico individuo del que se pueden aprovechar Fidel y Eduardo.
Como en "Yo Hice a Roque III" pero cambiando el universo del boxeo y el ring por el de los estafadores y el glamour de los casinos de la Costa del Sol, el director nos presenta otro engaño, perpetrado por los personajes de Esteso y Ozores usando de cebo la figura del encarnado por Pajares, un inocente tontorrón obsesionado con las mujeres. Y así está planteada esta simpática intriga: mientras que el sr. Calapeña se crea que Amador es un hombre-talismán, el trío tendrá la fortuna en sus manos...hasta que el saco se rompa por la avaricia y, como le suele pasar a todos los timadores sin suerte, el negocio acabe por derrumbarse irremisiblemente.

Lo malo es que, donde acertaba "Yo Hice a Roque III" falla "Los Liantes", y el director, queriendo repetir un éxito parecido a "Los Bingueros" y teniendo muy presente las influencias del clásico de Lazaga "Los Tramposos" y su propia "Objetivo: "BI-KI-NI" " (en ambas aparecía Antonio), fabrica a fuego rápido y sin fijarse bien en lo que ha cocido un guión con muchas posibilidades que no termina de funcionar, un guión que vuelve a acumular divertidos "gags" y chistes gruesos de doble sentido al servicio del carisma de la pareja protagonista, pero con una trama central a la que se mira de reojo, a la que se le podía haber sacado más jugo.
Todo se resuelve con mucha rapidez (con tanta que en diez minutos Fidel y Amador pasan de ser ricos y grandes amigos del millonario a perderlo todo y ser repelidos por el tipo en cuestión) y lo peor es que los agujeros que ha dejado el guión sin tapar por falta de imaginación, además de los conflictos amorosos entre los protagonistas, que en absoluto preocupan a la película (y que aparecían mucho mejor narrados en "Los Bingueros" y "Yo Hice a Roque III"), son rellenados con desnudos por aquí y por allá propios de la época. De hecho pasando el ecuador del metraje tendrá lugar uno de estos vergonzosos momentos; en efecto se trata de ese tan conocido en el que vemos al alegre trío protagonista junto a dos señoritas extranjeras cuyo único cometido es quitarse ropa y nada más.

El por qué sucede esto es tan absurdo que resulta absolutamente irrelevante. Se trata de una secuencia filmada tras acabar el rodaje, y metida con un calzador enorme en la historia, por expresa petición del productor José María Reyzábal, quien había sido advertido por los distribuidores de que la película no contaba con suficientes desnudos. Esto era así, señores, y uno tenía que estar acorde a los gustos del público, y si había que añadir a dos guapas señoritas desnudas pues se las añadía...
Frívolas maniobras impensables en el cine actual, tanto como la mordaz y un tanto reprochable visión del sr. Ozores para con la actitud degradada de la esposa frente al marido (chirriante cuando menos esos celos de Fidel ante Dolores mientras la engaña con otra chica...¡lo que confiesa a voz en grito el muy imbécil!), actitud que alcanza lo impensable al atreverse los dos protagonistas a ofrecer a sus respectivas parejas a dos árabes millonarios (¡!). Pero claro, el director camufla todo esto con su humor de chascarrillo castizo y ligero. Pajares vuelve a hacer el papel de tonto y experto en las féminas, donde se siente cómodo, y Esteso, más repelente que de costumbre, encarna a un personaje chillón, cazurro e hipócrita con el que no muchos simpatizarán.

Antonio Ozores tan divertido como siempre con su facilidad de palabra y sus impagables expresiones. Mientras, un secundario tan acertado como Emiliano Redondo y dos princesas del "destape", Adriana Vega y Loreta Tovar, ambas en una escena en el interior de una caravana que no tiene desperdicio.
Antonio Gamero, Adrián Ortega y Alfonso del Real (ya de la familia Ozores) completan el plantel en esta amena farsa de pícaros sinvergüenzas, guapas mujeres y lujosos casinos que por desgracia no logra ponerse a la altura de otros títulos del realizador y del dúo; cuenta, eso sí, con una de sus escenas más míticas: la del túnel de lavado. Está entre las más conocidas, sí, pero no es de las mejores.
Chris Jiménez
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7 de septiembre de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo en general un interés en las películas de estos dos señores pues forman parte de una etapa de nuestra historia del cine español, fueron además un reflejo de la sociedad de la transición que fue llevada al cine con más o menos humor ligero y humor grueso en muchas ocasiones.

Evidentemente las comedias del duo no se escaparon a la moda y el auge del destape totalmente gratuito y reiterativo que venía imperando en el cine español desde finales de los 70, a esas películas se les podía llamar perfectamente un tipo de comedia erótica a la española, curiosamente los italianos ya lo venían haciendo desde unos años antes, caso de las innumerables películas protagonizadas por Alvaro Vitali.

Si le doy una nota tan mala es por la escena que se ha hablado en algunas anteriores críticas, la escena donde el duo Pajares y Esteso acompañados por el señor Ozores dejan completamente desnudas a dos señoritas turistas que les parece que les están tomando el pelo por no decir otra cosa, y encima las pobres no rechistan ni jota, vale que es una película pero...

Exigencias del guión y del productor que por lo visto había pocos desnudos, pues hubo que quitarse de la manga esas escenas de relleno y metidas con calzador, a mi sinceramente me han parecido de vergüenza ajena, muy vulgares vamos, sobraban.

Aún con eso la película divierte en lineas generales, los apuntes a los hechos históricos como el 23F son evidentes y aún pueden a día de hoy hacer o caer en gracia.

Como bellezón total la que creo que es la indiscutible musa del destape español Adriana Vega, muy jovencita con poco más de 20 años, luciendo su precioso palmito siempre que se lo requieren y evidentemente bajo las exigencias del guión, o eso nos decían.

Del mismo año 1.981 y aún con sus carencias y sus idas de cabeza me parece más divertida en términos generales "Los Chulos", el señor Mariano Ozores no paraba de escribir y dirigir pero las taquillas respondían.
Elverde124
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