En compañía de hombres

Brutal argumento en el que dos amigotes se conjuran (aparentemente) para seducir a una pobre chica sorda, compañera de trabajo, con el único objetivo de abandonarla en el momento que ella se enamore de los dos, a causa del resentimiento que tienen hacia las mujeres en general. Aaron Eckhart borda su papel de macho alfa de la manada de hombres de la oficina, y Matt Malloy igualmente está tremendo como el jefecilllo débil y manipulado por su supuesto amigo. Lo más interesante de la peli no es el complot que los dos tipos traman contra la discapacitada, sino el verdadero objetivo de la venganza del personaje de Eckhart.
Neil LaBute firma una apreciable ópera prima dejando muestras de su talento, que más tarde explotaría con la gran Persiguiendo a Betty.

Llevo ya un tiempo siguiendo la trayectoria de Neil Labute y puedo afirmar sin ninguna duda que esta película es una de las que más me han gustado hasta la fecha de este director y que el personaje interpretado de forma correcta por Stacy Edwards me ha llegado, me ha tocado la fibra. En este primer film de Labute se puede ver claramente como algunas personas se dedican a putear a otras por el simple de hecho de hacer daño, sin motivo ninguno. Esta maldad está aquí representada por dos machistas y misóginos amargados y con un complejo de inferioridad apabullante que sueltan toda su mala leche en una agradable chica sorda que tuvo la mala suerte de estar en el lugar y el momento equivocado. Hace tiempo que Aaron Eckhart es una de mis debilidades pero podría asegurar que aquí nos regala una de sus mejores actuaciones, si no la mejor. Está inmenso, despreciable, repugnante, odioso, todos los calificativos se quedarían cortos para describir lo que su malvado personaje me hizo sentir. Junto a él un desconocido Matt Malloy, quién también intervendría en la producción de la película y que nos deja una buena y convincente actuación como el pelele que se deja convencer por Eckhart de que hay que hacer daño a cualquier mujer que se cruce en sus caminos. La parte femenina viene de la mano de una Stacy Edwards más que correcta, una discreta actriz que me ha sorprendido muy gratamente aquí y con la que no puedo dejar de sentirme identificada. Una película cruel, real y sencilla que te dejará con algo de mal cuerpo y preguntándote cómo hay gente que puede comportarse así en la vida y dormir bien por las noches.

En compañía de hombres, primer largometraje de Neil LaBute, contiene muchas de las constantes que identifican el trabajo de su director, sirvan como ejemplo sus sarcásticos diálogos o sus amorales personajes. La historia narra el pérfido juego que pergeñan dos amigos y compañeros de trabajo, el atractivo pero arrogante Chad (Aaron Eckhart) y el mucho más retraído Howard (Matt Malloy). Ambos deciden, tras un desengaño amoroso del segundo, seducir a una mujer para posteriormente abandonarla sin explicación alguna. La víctima de sus fechorías será una nueva compañera sordomuda de nombre Christine (Stacy Edwards).

El éxito de este tipo de producciones se basa, sobre todo, en su guión. El de la película que nos ocupa es tan irreverente como cabría esperar (algo que sólo parece ofrecer el cine independiente, el realizado al margen de los grandes estudios). Además, las interpretaciones son correctas, destacando por encima de todas la llevada a cabo por Eckhart, perfecto en su papel de machista y manipulador sin escrúpulos. Sin embargo, falla uno de los pilares base: los diálogos. Y es que los mismos, sin ser malos, no están a la altura y acaban resultando algo redundantes, lo que perjudica irremediablemente al conjunto.

Tengo que decir que me reí un montón con esta película, aunque resulte cruel por mi parte, pero es así. El comportamiento machista y sin vergüenza de estos dos ¿amigos? (no tienen ningún reparo em meterse y jugar con los sentimientos de una joven sorda sólo por propio divertimento) es uno de los más reales que he visto en mi vida en una pantalla.

La primera parte es algo tediosa pero va in crescendo a medida que se desarrolla la trama; presenciamos con entusiasmo, lo que todos deseamos que les ocurra a los dos protagonistas, pero con un final impactante descendemos a los infiernos de la crueldad de la vida.

Doctor Hackenbush.