¡Corre, Tiger, corre!

No es un película para peques

Bienvenidos a un interesante viaje con lección de vida de por medio en el que muchas cosas no son lo que inicialmente parecían ser. Un viaje en el que los mejores compañeros serán los que la primera impresión te dijo que no eran muy de fiar, en el que los que más amedrentaban no serán tan fieros como las apariencias sugerían, en el que las promesas no eran tan ciertas como te creías y en el que lo que se nos insinuaba ser un truño de los buenos se irá destapando poco a poco como una emocionante historia con mucha tela que cortar. Porque esta película aparenta empezar un tanto torpe y despistada, como a la cría que tras ser parida le cuesta mantenerse erguida y caminar, pero rápido endereza el rumbo para coger velocidad de crucero y llevarnos de la mano hacia muy buen fin.

Pensada para que los padres se enganchen a la historia y encuentren un trasfondo con emoción y mensaje de peso mientras los niños se descojonan con ciertas escenas que, para qué engañarnos, tienen su gracia. A mí me ha gustado ese planteamiento filosófico que contiene la peli, que invita a crecer como persona aceptando los palos existencialistas que la vida te da cuando menos te lo esperas, que duelen como una patada en la entrepierna pero que son necesarios para hallar ese remanso de paz interior que no siempre tiene por qué ir acompañado de felicidad y jolgorio. Acepta las cosas tal como son, déjate ayudar y valora a aquellos que te entienden y te apoyan en los momentos más duros, porque la nobleza y la sinceridad valen su peso en oro. Desde luego más vale eso que no que te bailen el agua y te digan lo guapo, lo bueno y lo fantástico que eres para que tu ego quede satisfecho aunque en el fondo seas un mierda y todo el mundo lo sepa. Porque una borrachera de honestidad vale más que un perfecto montaje de falsedad y como las apariencias suelen engañar hasta que no decides comprobarlo por tus propios medios, vale la pena arriesgarse para que el verdadero significado de las cosas se revele ante tus ojos. Solo así llegarás a ser lo que un día prometiste llegar a ser. Puede que no tan perfecto como te imaginaste, pero sí tan real como merece ser. De todo eso va esta bonita historia que sabe presentar el paquete con un amable envoltorio para los niños.

Me deja un poco frío la animación de los personajes o, cuanto menos, la animación de los rostros de los personajes. Hay mucho movimiento, mucha carrera, mucha pelea, muchas escenas cómicas y todo eso rinde bien. Pero me cuesta llegar a conectar del todo con lo que los personajes demuestran que están sintiendo por medio de sus gestos. Sé lo que sienten y lo que piensan por lo que me dicen las voces del doblaje y por lo que veo que está ocurriendo en pantalla, pero esa parte emocional tan importante que viene dada por la parte gestual aquí se respira un tanto blanda, como un buen producto chino de imitación que se siente de mala calidad cuando lo tienes entre tus manos. Disney, la factoría Pixar y muchos productos que ha dado DreamWorks son claro ejemplo de cómo un dibujo animado o un personaje hecho por ordenador te puede conquistar con su mirada, y eso aquí no lo tenemos señoras y señores. De hecho, si no fuera por eso, la película sería mejor todavía de lo que es. Pero bueno, los chinos aprenden rápido de todo y cuando se ponen a algo, lo suelen conseguir en poco tiempo, así que esperemos que sus próximos productos de animación mejoren esta faceta.

En definitiva y a pesar de esta parte algo coja de la animación, es una película divertida y útil para reflexionar y darle una vueltas al coco después de ser vista. A mí me ha gustado, así que...¡¡PAQUETE BIEN ENTREGADO!!

LO MEJOR:
- Aquí hay mucha sustancia más allá de una simple película para niños.
- Que te deja preguntándote...¿y por qué no intentarlo?
- A las empresas de mensajería: ¿Veis como si se quiere los paquetes sí que llegan al destinatario?

LO PEOR:
- Empieza un tanto floja.
- La animación gestual de los personajes es bastante mejorable.

La película es muy floja, el niño protagonista se hace un poco insoportable por lo plano que es y no para de repetir incansablemente su frase estrella.
La transición entre escenas es a veces muy brusca, dando saltos en la trama. Esto unido a que en la película hablan (y explican) mucho en vez de enseñar, pues hace que sea una peli pesada y pobre.

Pero lo más grave es el contenido de la película y su calificación por edades. No es en absoluto para todos los públicos. Hay violencia muy explícita. Sangre. Muertes. Degollamientos. A partir de cierto punto se menciona una tragedia del protagonista (un niño de 11 años) casi constantemente. Y el coprotagonista es un borracho que bebe continuamente para poder funcionar. Es un auténtico desastre.

"¡Corre, Tiger, corre!" es una película de animación familiar que destaca por su emotiva historia de superación y valentía. Dirigida por un equipo encabezado por Joey Zou y Stanley Tsang, se centra en el joven Tiger Tun, un niño de 11 años cuyos padres han desaparecido. Decidido a encontrarlos, Tiger se embarca en una misión junto al legendario, aunque desaliñado, maestro Yang, a través de un peligroso valle. Este viaje se convierte en una odisea de crecimiento personal y valentía para el chico, quien se esfuerza por convertirse en un pequeño héroe.

Aunque ¡Corre, Tiger, corre! puede seguir una trama predecible, este aspecto se ve compensado por la profundidad emocional y la riqueza de los personajes, especialmente del tierno protagonista. Su resiliencia y coraje, junto con la relación que desarrolla con el maestro Yang, aportan una capa de complejidad y calidez humana que enriquece la narrativa.

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